Lizbeth.Cuando llegue a casa de Cloe sus padres me sonrieron forzadamente y por supuesto yo hice lo mismo. Ella me aseguro que todo estaría mejor.
—ven, desempaquemos— su rostro estaba iluminado.
Quiero tener esa energía...
La observé y asentí con la cabeza. Nos dispusimos a sacar todas las cosas, menos mal el cuarto de Cloe tiene el espacio suficiente para las dos. Caven las dos camas, su armario y el mio el cual es pequeño por suerte, una mesita de noche y lo demás, un poco de ropa, cobijas, dibujos, peluches, etc.
—oh dios, no sabía que esto me haría sudar—comenté cansada.
—um, quizás es porque eres floja ¿no crees?— Voltee los ojos fastidiada.
Cloe solía decirme que de milagro no parecía un marrano, puesto que era floja para el ejercicio, según ella era bueno para la salud tanto física como mental.
—No mires asi, te ves odiosa— me observo con fastidio fingido.
—tú eres odiosa— mis labios formaron una fina linea.
—¿Perdón?— expresó indignada.
Hay vamos... Hola de nuevo drama, ya te demorabas.
—¿Como pudiste?— su tono era como si la hubiera herido.
—soy sincera.
Ahora fue su turno de voltear sus ojos. Siguió en silencio desempacando, hasta que se detuvo para acostarse.
—Me canse, voy a dormir.
La mire con la boca abierta, ella dijo que me ayudaría y aún hay mucho desorden. Busque sus ojos pero fue inútil, ella se encontraba mirando el techo ignorandome.
—bien.
Empecé a ordenar todo sola sin hablar con ella, quizás asi me calmaría y dejaría el drama al igual que Cloe.
Luego de ordenar todo caí rendida a la cama. Me puse los audífonos de diadema y empecé a escuchar Rammstein para ser feliz. La música es un escape, un mundo alejado que solo te hace feliz con cada melodía, con cada golpe, cada sonido y tantas cosas, creando en ti sensaciones inexplicables.
Algo que amaba de las canciones era la voz de sus vocalistas. Deos era genial sentir lo hermoso que era, porque amaba escucharlas atentamente y disfrutar de lo agresivas, relajantes o sensuales que estas eran para mi.
No podría definir lo feliz que soy en esos momentos.
— Miremos una película— su voz era insistente de repente.
Lo siento por ella pero tan solo quiero perderme en buena música que me haga sentir bien; viva. La ignore y cerré mis ojos disfrutando.
Ella me hablo pero por los audífonos no la oí hasta que todo fue música y oscuridad.
***
Unos brazos me sostuvieron, melodías se escuchaban fuerte y luego sentí como se sacudía todo, alguien me estaba sarandeando. Abrí los ojos con lentitud tratando de acostumbrarme a la claridad de la habitación, la cual me hizo recordar algo importante; no estoy en mi cuarto.
Mis ojos se cerraron y los tape con las palmas de mis manos para luego frotarlos suavemente. Me impulse con pereza hasta quedar sentada y por fin abrir los ojos para ver con claridad. Las melodías me despertaron aún más y tarde noté que me dormí con los audífonos ¿como no los dañe? Si, yo quisiera saberlo.
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Quiéreme sin miedo (En Proceso)
Roman d'amourNunca tuvo alguien en quien apoyarse, era ella contra el mundo. Su música deprimente por más raro que fuera la hacía sentirse mejor, no quería seguir con una vida de mentira donde fingir se habia convertido en una rutina. ¿Como se puede dañar alguie...