34: Conflictos amorosos entre tres personas.

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Zhao Yuan no tenía tiempo para detenerse a considerar las consecuencias de haber aceptado el improvisado cortejo del médico extranjero. Entre eso y su constante vigilancia sobre el embarazo de su señor, apenas había pensado en el inepto soldado que lo persiguió brevemente.

Ni siquiera se preocupó al oír sobre la llegada de los soldados, tan consumido como estaba por sus deberes. Pensó que tal vez no alcanzaría a verlos.

Como se esperaba, estaba equivocado.

Sucedió en medio de una repentina búsqueda de vegetales. Al parecer, Shen Lian había despertado con apetito de vegetales frescos. El joven Shen fue tan específico con lo que quería qué Zhao Yuan se vio obligado a la tarea de viajar por carruaje hasta la antigua casa de su señor, conseguir los vegetales que pedía y regresar antes de que el sol empezara a ocultarse.

Al principio todo iba bien. Antoine y Yin Jun se ofrecieron a acompañarlo, y como no tenía ningún interés en preocuparse por ellos dos, simplemente los dejó.

Sin que él lo supiera, Antoine hizo todo lo posible para evitar que Yin Jun alcanzara el carruaje a tiempo. Envio a un grupo de sirvientes para distraerlo, y mientras eso pasaba, él apresuró la salida de Zhao Yuan sin darle explicación alguna.

Para sorpresa del médico, Yin Jun llegó antes de que el carruaje saliera. Ambos intercambiaron una mirada llena de desafío, pero cambiaron sus expresiones cuando Zhao Yuan se acercó a ellos.

El sirviente no los miró por más de dos segundos.

—Vamos.

Como perros entrenados, los dos hombres obedecieron las órdenes de Zhao Yuan.

El viaje fue tranquilo a pesar de la hostilidad que había entre el médico y el soldado. La única persona que parecía no notar su animosidad era el causante del conflicto. La atención de Zhao Yuan estaba puesta en cumplir con su tarea, no en apaciguar a los dos hombres que lo perseguían.

Les tomó poco tiempo alcanzar la cabaña en la que Shen Lian había vivido. Curiosamente, el lugar no se había deteriorado. Todo se veía de la manera exacta en que Shen Lian lo describió.

Zhao Yuan bajó del carruaje al último, ignorando las dos manos extendidas hacia él. Tanto el médico como el soldado sintieron frío ante la total indiferencia del joven sirviente.

Siguiendo las instrucciones del emperador, Zhao Yuan rodeó la pequeña estructura y se encontró con una cosecha de vegetales. Aunque le pareció extraño verla en perfecto estado, Zhao Yuan no se permitió un momento de consideración. Empezó a tomar lo que necesitaba, guardandolo en una bolsa que había llevado.

—¿No necesitas ayuda?— preguntó Yin Jun con curiosidad.

—No.

—¿En serio?

—Mmhm.

—Soldadito, mejor quédate callado— aconsejó Antoine.

Al fallar con sus intentos de acercarse a Zhao Yuan, Yin Jun se conformó con observarlo desde la distancia.

Cuando el sirviente desapareció de su vista, Yin Jun se volvió hacia el médico, lanzándole una mirada resentida. Riendo, Antoine le dio un golpe en la espalda al soldado.

—Ten algo de dignidad, bruto. Él no quiere tu ayuda.

—No me agradas— anunció Yin Jun.

—Lo sé. Tu tampoco me agradas.

—¿Sabes por qué?

—Es muy obvio. Quieres robar lo que es mío.

—¿Tuyo?— Yin Jun frunció el ceño —No es una propiedad.

La esposa del soberano. (BL)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora