Shen Lian paseaba por los pasillos de su palacio, una mano puesta sobre su estómago y una sonrisa en sus labios. Se sentía exageradamente feliz aquél día. Tal vez era por el estado de su cuerpo o por el hecho de que Mo Yang había aceptado su embarazo. De cualquier manera, estaba feliz. Y todos a su alrededor podían notarlo.
Como esposa del príncipe, Shen Lian tenía cierto rango dentro del palacio. Aunque antes nadie se había molestado en prestarle el respeto que correspondía, ahora que la noticia de su embarazo se había extendido, era obligatorio para todos los que habitaban el palacio mostrarle el respeto que le mostrarían a su príncipe.
El joven Shen se acostumbró con rapidez al malestar de su estómago, pues ahora que sabía la razón detrás del dolor, se le hacía imposible resentirlo. Quería mucho a su hijo. Su pequeño baobao.
Durante su desinteresada caminata, llegó al jardín de su palacio. Sólo lo había visitado una vez luego de su boda, y fue en compañía de Mo Yang, así que no recordaba muy bien cómo era el lugar. A pesar de eso, no dudó en adentrarse al jardín.
Shen Lian pasó un rato allí, observando las flores y recordando su vida en el campo, tal y como lo hacía cada vez que se relajaba. Estaba seguro de que a su madre le habría encantado conocer al bebé en su estómago, ya que ella siempre había hablado con bastante afecto de los niños.
Oh, estaba tan emocionado por el pequeño ser en su vientre. No podía contener su emoción cuando pensaba en lo milagroso que era el haber concebido un bebé incluso siendo hombre. También le interesaba saber cómo el médico extranjero parecía conocer tanto de los embarazos masculinos como el suyo. Nunca había oído de algo así, por lo que sentía mucha curiosidad.
Shen Lian pensaba mucho. Puede que no hablara sobre ello, pero en realidad pensaba sobre todo lo que ocurría en el castillo. Sabía que Zhao Yuan estaba triste desde la partida de los soldados, sabía que la señorita Qi había sido enviada a su casa como castigo, sabía que el emperador tenía las respuestas a todas sus preguntas, y también sabía que Mo Yang lo amaba. Ésto último era en lo que más pensaba recientemente.
Cuando el joven Shen pensaba en sus propios sentimientos hacia el príncipe, su cabeza se volvía un desastre. Le gustaría decir que también lo amaba. De verdad le gustaría. Tan sólo no encontraba la manera de explicar lo que sentía.
Sentía muchas cosas al estar con Mo Yang. Seguridad, afecto, calidez e incluso admiración. Todas esas emociones se acumulaban en su pecho cuándo veía al príncipe acercarse. Disfrutaba tanto estar junto a él que ni siquiera le importaba la indiferencia del príncipe. Su esposo lo cuidaba y se preocupaba por él. Aquello parecía suficiente para Shen Lian.
Y cuando Mo Yang le hablaba, no podía evitar los vergonzosos escalofríos en su cuerpo. Anhelaba sentir el calor del cuerpo de Mo Yang. De repente quería hacer "eso" de nuevo. Pero no sabía cómo pedírselo.
Las mejillas del muchacho enrojecieron al pensar en lo que su cuerpo había estado pidiéndole desde hacía varios días. Era tan vergonzoso que pensara en eso.
—Wangfei.
El muchacho saltó con sorpresa al oír la voz desconocida tan cerca de él. Al voltearse, se encontró con el peculiar rostro del médico extranjero, cuyo nombre aún era incapaz de pronunciar correctamente.
—¿Eh?— fue la respuesta de Shen Lian a ser interrumpido de manera tan repentina.
—Disculpe mi intromisión, Wangfei. Sólo estaba observando el jardín y me pareció que usted se encontraba en necesidad de un acompañante.
—Ah, sí. Le agradezco.
—¿Le molestaría caminar conmigo?
Shen Lian negó con la cabeza. Antoine lo interpretó como una respuesta positiva, así que empezó a caminar por el jardín con un muy alegre muchacho siguiéndolo.
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La esposa del soberano. (BL)
De TodoShen Lian, primogénito de la noble familia Shen, fue criado en el campo junto a la sirvienta preferida de su padre. Ella lo crió como a su propio hijo, brindándole el amor y cariño en el que su familia jamás se interesó. Con el paso del tiempo, él e...