76: ¡Shen Lian, no malcries al bebé!

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Cuando la noticia del nacimiento de Zhao Jean llegó a oídos de Shen Lian, contener al pequeño muchacho para que permaneciera en su habitación demostró ser una tarea muy complicada. A pesar de que conocía muy bien las limitaciones causadas por su estado, no podía aguantar las ganas de conocer al pequeño hijo de su amigo ahora que había nacido y estaba en perfecto estado.

Shen Lian se quejó, chilló y pataleo ante su esposo para que lo dejara ir a conocer a Zhao Jean. No obstante, Mo Yang resistió todos sus avances y se mantuvo firme mientras Shen Lian hacía pucheros. Fue difícil, pero no podían arriesgar la salud de Shen Lian por ninguna circunstancia. El príncipe no quería perder a su esposa, incluso si la probabilidad de que aquello pasara era bastante baja.

La semana que siguió el nacimiento de Zhao Yuan, también conocido como el niño mixto, Shen Lian estuvo comportándose de una manera insoportable e infantil que nadie además de su madre había presenciado jamás. Estaba siendo mucho más exigente de lo normal, lo cuál tenía a Mo Yang corriendo de un lado a otro para cumplir todas sus demandas, por más irrazonables que fueran.

La paciencia de Mo Yang hacia el comportamiento irracional de su esposa demostró ser infinita. Sin importar cuántas quejas y pucheros recibió, el príncipe se mantuvo firme en su decision de no permitirle dejar la habitación.

Shen Lian se rindió después de una semana porque su esposo aún insistía en que permaneciera confinado a su habitación. Luchar contra su esposo lo hacía sentir demasiado culpable luego, así que desistió sin poner muchas quejas. Sintió que era mejor estar de acuerdo con Mo Yang por ahora, ya que podría conocer al bebé de Zhao Yuan en cualquier momento.

El tiempo había pasado tan rápido que ahora Shen Lian tenía casi ocho meses de embarazo, y su estado era más delicado que antes. Su estómago se veía en extremo abultado, le dificultaba caminar correctamente debido a la presión. Por laguna razón que desconocía, éste embarazo parecía ser mucho más grande que el primero. Con el principito solo había sentido tal grado de incomodidad los días previos al parto; con éste embarazo había sido estresante desde el principio.

Shen Lian estaba sentado leyendo una carta de la madre de Antoine. Él había enviado cartas a todas las personas del palacio días después de su partida, y parecía dispuesto a seguir haciéndolo por un largo tiempo. Feng Shu era una persona muy amable gentil, solo ruda cuando debía disciplinar a su hijo. Aunque debía ser mayor, su rostro lucía casi de la misma edad que el de su hijo. A Shen Lian le caía bien porque era una buena persona, podía verse en su personalidad.

La carta consistía de muchas exclamaciones emocionadas por parte de Feng Shu, quién no encontraba un límite para la cantidad de veces que podía hablar amorosamente de su primer nieto. Leer la emoción de Feng Shu le hizo pensar en su propia alegría cuando nació su primer hijo, Mo Ting. Era increíble ver el alcance que podría tener el amor de una madre incluso a la distancia.

Shen Lian suspiró de cansancio al sentir una patada cerca de su vientre. Su segundo hijo parecía tener el doble de energía que Mo Ting, a juzgar por lo mucho que se movía durante el día entero. No parecía haber un momento en que durmiera, pues siempre se sentían sus patadas. A veces Shen Lian se confundía, pues creía sentir dos patadas en lugares distintos, pero creía que era tonto.

Cada día esperaba pacientemente a que su esposo regresara de la corte con el principito para tener algo de tiempo de calidad con ellos. Cualquiera se habría aburrido, pero Shen Lian estaba descubriendo que le gustaba pasar tiempo solo. Podían ser las hormonas o no, sólo sentía que la tranquilidad de su habitación era reconfortante. Usualmente, Mo Yang llegaba al atardecer, lo que le daba bastante tiempo para sí mismo.

Baobao, deja descansar a tu madre por un rato— habló Shen Lian, acariciando su propio estómago como si el bebé pudiera oír. —Eres muy inquieto.

La esposa del soberano. (BL)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora