12: El príncipe y su látigo regresan. ¿Shen Lian mostrando algo de rebeldía?

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Más o menos así luce Shen Lian. ↑↑↑Sólo que más tierno y mucho más bajo.

                                ★★★

Ya en el campamento, Shen Lian se había retirado a su habitación, en dónde empezó a mortificarse a sí mismo con pensamientos sobre lo sucedido temprano. Llegó a la conclusión de que aunque Mo Yang lo tratara de un modo íntimo cuando estaban en privado, el príncipe evitaba cruzarse en su camino al estar rodeado de gente. Se convertía en un hombre frío e indiferente apenas llegaban a un lugar con personas.

Varios minutos después de su encuentro en el lago, Shen Lian oyó un estruendo afuera de su habitación que le pareció bastante raro. Podía oír las voces de los soldados en murmullos y susurros, pero no alcanzaba a comprender qué estaban diciendo.

De haber sido un ataque, alguien le habría notificado de inmediato para sacarlo del campamento. Parecía que algo había ocurrido con los soldados.

Shen Lian asumió que si todos estaban afuera, nadie le impediría salir de su habitación a ver qué pasaba. Con esa nueva resolución, dejó sobre su cama el pendiente de jade regalado por el emperador con el que había estado jugando desde hacía un rato. Era un hermoso accesorio por parte de Zhang Liu, pero Shen Lian no era alguien que le diera mucha importancia a los objetos. Sólo les concedía cierto valor sentimental cuando era algo que le regalaban personas a las que quería. Y sí, él quería mucho al emperador, sólo qué no encontraba el propósito de aquel pendiente.

El joven Shen salió de su habitación con pasos lentos y precavidos. Aún no sabía exactamente qué era lo que pasaba, así que prefería mantenerse alerta en caso de que fuera un ataque. No confiaba en qué su básico entrenamiento le sirviera de mucho contra asesinos o rebeldes entrenados profesionalmente.

Guiandose por los sonidos, avanzó hasta encontrar la fuente. Terminó en el patio de entrenamiento, observando a todos los soldados mientras discutían sobre algo con expresiones llenas de preocupación. Rápidamente ubicó a su grupo de amigos, a excepción de Yin Jun, a quién no veía en ningún lugar cercano.

Ip Chung lo notó antes que los demás, y lo señaló para que los otros voltearan a verlo. Los cuatro soldados corrieron hacia él tan pronto como procesaron su presencia allí. Lucían bastante consternados.

—¡Shen Lian!— exclamaron los cuatro, arrodillándose frente a él y agarrándose de su túnica con desesperación.

—¿Q-qué pasa con ustedes?— preguntó el joven, sonrojado por la atención inesperada.

—¡Tienes que ayudarnos!

—¿Q-qué sucede? ¿Por qué actúan así?

—E-es el príncipe— tartamudeó Zhan Nian.

Aquello hizo que Shen Lian se preocupara demasiado.

—¿L-le sucedió a-algo?

—No, pero...— Bai Rulan gimió desesperado— ¡Va a azotar a Yin Jun!

Oh no. Shen Lian solo conocía una razón por la que Mo Yang castigaría a Yin Jun, y era él.

De seguro Mo Yang iba a azotarlo por verlos cuando estaban en el lago. Shen Lian no quería que alguien fuera castigado por algo tan simple como eso. Aún si aquella situación lo había avergonzado demasiado, él no podía dejar que lastimaran a su amigo sólo por eso.

En lo más profundo de su mente, Shen Lian estaba molesto de que Mo Yang fuera castigar a Yin Jun por algo tan insignificante como había sido ese momento. Pensaba discutir con el príncipe, aunque tal vez no podría reunir el coraje para hacerlo.

La esposa del soberano. (BL)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora