Shen Lian podía sentir cómo su cuerpo se iba quebrando y ajustando de muchas maneras para dar a luz al principito. Cuando habló con el médico sobre el parto, éste tomó la lo muy desconsiderada decisión de omitir cuán doloroso sería el proceso.
El cuerpo de Shen Lian no fue creado con el propósito de concebir, pues a pesar de todo seguía siendo un varón. Los genes que tenía su clan le permitían formar un bebé, claro, pero no ayudaban a prepararlo para dar a luz. Básicamente, el médico debía extraer al bebé de algún modo antes de que terminara dañando todos los órganos internos de su madre en busca de una salida. En los diarios del clan FengLiuShen había muchos casos de partos que cobraban la vida de la madre o del hijo, y en los peores, de ambos.
Antoine sabía todo ésto, pues tenía en su poder un diario que relataba cada embarazo masculino que se había dado en los inicios del clan. Además contaba con anotaciones que su maestro había dejado sobre qué hacer en caso de complicaciones como las que sabía iba a enfrentar.
El médico maldijo en voz baja, dientes apretados mientras veía la condición de Shen Lian desarrollándose frente a sus ojos. El joven Shen estaba sufriendo tanto, y como médico Antoine sentía que era su responsabilidad aliviar ese dolor.
Shen Lian gimió cuando ese dolor en su vientre regresó con fuerza, como un tirón en su estómago que no podía aliviar. Sus ojos se cerraron, apretando las lágrimas que aún amenazaban con derramarse de su rostro. Hasta respirar se le hacía difícil debido al inmenso dolor en lo bajo de su cuerpo.
Diminutas gotas de sudor corrían por el rostro de Shen Lian a medida que lo dolores se hacían mucho más frecuentes e intensos, torturando su cuerpo de la cintura para abajo. Cada contracción se sentía como un puñal que se clavaba dentro de su panza repetidamente, sin parar.
Apenas pudo recuperar la consciencia lo suficiente para oír la voz preocupada del médico, que se había acercado bastante.
-Wangfei, tendré que revisar sus áreas más privadas. ¿Me lo permite?
-¡Agh! S-sí- murmuró Shen Lian con esfuerzo, manteniendo los ojos cerrados.
-Bien- un sonido líquido y luego regreso la voz de Antoine. -Debo evaluar el área físicamente, Wangfei. Tal vez sienta una punzada de dolor, pero no sé preocupe.
Shen Lian asintió, y el gesto lo cansó tanto que su visión se llenó de puntos negros. Bailó cerca de la inconsciencia, pero terminó despertando poco después. No quería perderse el nacimiento de su hijo, así que iba a soportar el dolor.
Antoine recogió las túnicas de Shen Lian con algo de vergüenza, aunque está fue rápidamente reemplazada por una concentración profesional. Trató de sentir el área por dónde saldría el bebé, y suspiró de alivio al sentir que el tejido se había estirado bastante. Prefería no pensar en qué había causado tal estiramiento particular, pues había oído de las sirvientas sobre la increíble resistencia del príncipe en cuanto a actividades nocturnas.
Bien. Por las hormonas que generaba el embarazo, Shen Lian había desarrollado ciertas partes femeninas que ayudarían a facilitar el parto de manera interna. Como otras mujeres, liberó una gran cantidad de líquido cuando el bebé estuvo listo para nacer. Sólo tenía un lugar de salida, así que el líquido debería actuar como un aceite natural que podría facilitar el estiramiento de la piel.
Una mujer generalmente sufría fracturas en su cadera al dar a luz, pero el cuerpo de Shen Lian no soportaría tal presión. Debido a que era algo poco natural, su cuerpo se sentiría muy adolorido, y sin embargo no hallaría el modo de liberar su carga.
Por eso Shen Lian tenía que presionar su organismo para que el bebé saliera con éxito y sin dificultades. Sí, tal vez no iba a ser tan complicado.
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La esposa del soberano. (BL)
RastgeleShen Lian, primogénito de la noble familia Shen, fue criado en el campo junto a la sirvienta preferida de su padre. Ella lo crió como a su propio hijo, brindándole el amor y cariño en el que su familia jamás se interesó. Con el paso del tiempo, él e...