21: Adolorida esposa.

4.5K 591 17
                                    

Shen Lian despertó porque sentía que se estaba quemando. Por todo el esfuerzo que requirieron las actividades de la noche anterior, fue difícil para él abrir los ojos. Sentía que había un peso sobre su cuerpo, impidiéndole realizar cualquier movimiento más allá de su cabeza.

Entre quejidos y murmullos incoherentes, logró abrir los ojos para cerrarlos de nuevo una vez recibió la luz del día. Parpadeó varias veces mientras se acostumbraba a la iluminación, sus ojos vagando por la habitación con una genuina curiosidad. No había podido analizar el lugar la noche anterior debido a razones obvias, pero ahora que lo veía bien, la habitación era realmente hermosa. Había decoraciones de jade en las paredes y múltiples accesorios de oro ubicados a lo largo del lugar.

Aún somnoliento, Shen Lian le restó importancia a la bella decoración y se acurrucó contra la fuente de calor que lo envolvía. Su consciencia no había regresado por completo, así que le importaba poco su actual estado. Estaba desnudo, su cuerpo totalmente abrazado por la fuerte musculatura del príncipe.

Cubierto de calidez, el joven Shen estaba tan cómodo que a los pocos segundos volvió a dormirse con las manos aferradas a los brazos de Mo Yang. Su respiración se calmó de inmediato, siguiendo el compás de su tranquilo corazón.

Horas después, despertó de nuevo, encontrándose con la entretenida mirada de Mo Yang, quién al parecer había estado jugando con su cabello. El príncipe empezaba a mostrar ciertas emociones, pero todavía resultaba complicado leerlo sin mirar sus ojos.

Shen Lian se sonrojó ferozmente al recordar todo lo que había pasado entre él y Mo Yang durante la noche. Con sólo ver la posición en la que estaban, Shen Lian sabía que iba a estar avergonzado por el resto del día y que seguramente no podría ver al príncipe sin sonrojarse.

—Uh, h-hola señor Mo.

—Shen Lian.

Silencio. ¿Por qué era tan incómodo?

Mo Yang no dijo nada, tan sólo rodeó a Shen Lian con sus brazos y depositó un cariñoso beso sobre su frente. Hubo un ligero sobresalto de parte del más joven, pero nada más que eso.

La pareja yacía con tranquilidad sobre la cama. Mo Yang regresó a jugar con el cabello de Shen Lian, disfrutando cada risita que escapaba de los labios de su esposa. Los ojos del príncipe mostraban tal devoción hacia el cuerpo entre sus brazos que no podía cuestionarse el amor que sentía hacia él.

Shen Lian ya no se sentía cansado, sino tan contento con su posición que no quería moverse de allí. Era bueno quedarse en silencio por un momento, simplemente contando con la presencia del otro. Le gustaba mucho estar así con su esposo. Relajado y feliz.

El pensamiento fue tanto vergonzoso como satisfactorio. Aunque no lo admitiría en voz alta, disfrutaba sentirse relajado de ese modo.

—Usted es más amable de lo que parece— murmuró distraídamente.

—¿A qué te refieres?

—Pensé que usted era muy intimidante cuando lo conocí porque nunca mostró lo que sentía— siguió explicando— Pero ahora sé que en realidad es muy bueno. Sólo se ve indiferente por afuera, pero tiene un gran corazón. A-al menos eso creo, s-señor Mo.

Shen Lian había dicho lo que pensaba solo porque se sentía cómodo. A pesar de su inicial confianza, ahora que notaba su elección de palabras, el rubor se extendió por sus abultadas mejillas.

No esperó una respuesta, porque sabía que Mo Yang no solía responder a los comentarios que no fueran formulados como preguntas. Decidió cambiar el tema con lo primero que cruzó su mente

La esposa del soberano. (BL)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora