Para cambiar un poquito las cosas, veamos qué piensa Mo Yang de su pequeño prometido. 😈😈
↓↓↓↓↓↓↓↓↓↓↓↓↓↓↓↓↓↓↓↓↓↓↓↓↓↓↓↓↓↓↓↓↓↓↓↓Shen Lian viajó en el mismo carruaje que Mo Yang otra vez. Había cierta incomodidad entre ellos que parecía crecer con cada minuto. El más joven quería disculparse por haberle gritado a su prometido, pero con la falta de emociones en su rostro, no podía reunir el valor para hablarle.
Si hubiera prestado más atención, Shen Lian habría notado que el príncipe lo miraba cada par de segundos, desviando la mirada casi de inmediato. Pero la inocencia y falta de concentración de Shen Lian a veces eran sus peores características.
El viaje se desarrolló en silencio, con los ocasionales sonidos exteriores que rompían ese ambiente de total tranquilidad. A Shen Lian le fue imposible no dormirse mientras oía las voces de la gente que pasaban junto al carruaje con la cercanía suficiente para ser oídos en el interior. Mo Yang, por el otro lado, no podía dejar de observar al durmiente joven a su lado. Sus delicadas facciones alcanzaban otro nível de belleza cuando se relajaban.
A Mo Yang le costó mantenerse alejado de ese rostro que parecía atraerlo sin explicación alguna. Finalmente tuvo que rendirse ante sus más bajos instintos. Se movió sin notarlo, y cuando fue consciente de lo que hacía, decidió que no quería detenerse todavía. El príncipe extendió los brazos hasta que sus dedos rozaron la piel de aquél niveo rostro. Contuvo la respiración al sentir las suaves mejillas bajo sus dedos. Casi no podía evitar los sonidos guturales que dejaban sus labios.
El recuerdo de aquel cuerpo expuesto a sus ojos seguía fresco en su memoria. La blanca piel, brillante por el reflejo del sol contra el agua en su cuerpo. Ese pecho totalmente plano y adornado con dos preciosos puntos rosados que se levantaron debido a la frialdad del ambiente en el lago. La falta de vello en sus extremidades, el ligero sonrojo en su rostro. Esas curvas marcadas en cada parte de su cuerpo que debía tenerlas. Y el perfecto bulto al final de su espalda que se presentaba redondo y firme. Todos los detalles de aquel hermoso cuerpo se habían grabado en su memoria.
Anhelaba el dulce sabor de su bella tez.
El deseo era algo que nunca había experimentado, pero la intensidad con la que se sentía atraído hacia Shen Lian no podía ser explicada con otra emoción. Mo Yang tragó saliva mientras veía al joven Shen moverse incomodamente en busca de una mejor posición. Fue un acto completamente aleatorio que lo colocó en una situación muy peligrosa para su aún intacta virtud.
Al moverse con brusquedad, la túnica que traía puesta se deslizó un poco, dejando una porción de su hombro y clavículas expuesta. Mo Yang observó esa piel con los ojos brillantes, luchando con los pensamientos desenfrenados que se acumulaban en su mente.
Deseaba hacer tantas cosas con su pequeño prometido. Pero no podía. Aún no. Tenía que esperar hasta la boda para tomar a Shen Lian, e incluso entonces, todo dependía de si el joven estaba dispuesto a hacerlo o no. Por mucho que sintiera el deseo arder en sus entrañas, él no haría nada si significaba herir a Shen Lian. Odiaría ser la causa del sufrimiento de ese adorable muchacho.
—No entiendo cómo es posible que aún no comprendas mis sentimientos, Ah-Lian. ¿Qué tengo que hacer para demostrártelo? Casarme contigo no es suficiente si todavía no entiendes los verdaderos deseos de mi corazón.
Era claro que no obtendría respuesta de su prometido. Dudaba mucho que Shen Lian sintiera lo mismo, sólo podía esperar que sus pensamientos negativos fueran una mentira. Cuando había tocado sus cicatrices, Shen Lian había sido tan gentil y cuidadoso con él que ni siquiera podía imaginarse a ese dulce chico rechazandolo.
Cada vez que oía esa tierna voz diciéndole "Señor Mo", sentía que su corazón quería salirse de su pecho. Su mente lo obligaba a imaginarse cómo sonarían esas palabras en una situación completamente diferente. Una situación llena de sudor, sonidos extraños y respiraciones agitadas. Haber renunciado a los deseos carnales durante su adolescencia estaba afectandolo en ese momento, cuando al fin había encontrado a alguien que lograra provocarle emociones.
Si Shen Lian supiera lo mucho que pensaba en él, de seguro se espantaría. Había reaccionado de un modo tan adorable cuando lo tocó por primera vez en ese lago. El nerviosismo y la timidez en sus acciones cuando se vio en una situación nueva para su inocente mente. Le fascinó la sencillez con la que el muchacho se rindió ante sus toques, temblando cuando frotó la piel de su muslo.
Mo Yang sabía que probablemente Shen Lian no se había dado cuenta de los sonidos que hizo en aquel momento. Suaves suspiros que apenas y se oían sobre el ruido de la cascada a sus espaldas. Para él había sido la mejor experiencia de su vida, sentir aquel pequeño cuerpo temblando bajo el toque de sus dedos. Quería más.
Shen Lian volvió a moverse entre sueños, está vez colocando su mano sobre el pecho de Mo Yang y acurrucándose contra su cuerpo. El príncipe apretó la mandíbula, conteniendo sus deseos de poner a ese muchacho sobre su regazo y tocarlo de nuevo. Juró que sería respetuoso, y que no tomaría a Shen Lian antes de su boda, pero cuando el muchacho actuaba de ese modo realmente se le dificultaba no arrancarle la ropa y amarrarlo con su látigo.
El joven Shen había sido tan adorable cuando intentó ordenarle qué hacer en el campamento, que Mo Yang no pudo negarse a hacer lo que pedía. Y cuando escuchó la voz más hermosa que conocía diciendo su nombre, fue imposible no sonrojarse y ocultar su rostro de los curiosos soldados. El único que podía verlo en ese estado era Shen Lian, y éste último parecía distraído por ayudar a Yin Jun.
Su bella esposa. Su Shen Lian.
Había tantas cosas que quería decirle, y muy poco valor para hacerlo. Mo Yang podía destrozar a un batallón entero sólo con su látigo. Podía asesinar a sangre fría si significaba salvar a sus soldados. Pero cuando veía a Shen Lian, toda su valentía desaparecía, siendo reemplazada por un miedo que le era desconocido hasta que conoció a su prometido.
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La esposa del soberano. (BL)
RandomShen Lian, primogénito de la noble familia Shen, fue criado en el campo junto a la sirvienta preferida de su padre. Ella lo crió como a su propio hijo, brindándole el amor y cariño en el que su familia jamás se interesó. Con el paso del tiempo, él e...