55: ¡Controle a su esposa, médico!

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—¡ALÉJATE DE MI, ASQUEROSO EXTRANJERO! ¡Todo ésto es tu culpa! ¡Si te atreves a tocarme te arrancaré la garganta con mis manos desnudas! ¡ALÉJATE!

Los gritos que mantenían despiertos a todo el palacio venían de la habitación del médico, dónde un sirviente particularmente agresivo terminaba de regresar sus alimentos. En sus ojos ardía un feroz odio que sólo una dirigido a su compañero, quién empezaba a sentirse como una víctima luego de recibir más de veinticinco insultos en sólo un minuto.

Ningún habitante del palacio logró conciliar el sueño debido a los constantes gritos y exclamaciones que se extendían por los pasillos hasta alcanzar cada rincón del inmenso palacio. Zhao Yuan tenía una voz bastante poderosa.

Si la situación fuera diferente, Antoine tal vez habría pensado en burlarse de la actitud violenta que había adoptado Zhao Yuan. Sin embargo, le era imposible pensar en ello cuando su amado lo fulminaba con la mirada. Los ojos del sirviente contenían tanto odio que el médico era incapaz de alejarse de su mirada agresiva.

¿Cómo podía un rostro tan delicado mostrar tal cantidad de desprecio? Antoine realmente estaba asustado.

El francés que exploró hasta los más oscuros rincones del Imperio en busca de descendientes del clan FengLiuShen ahora se sentía como un niño que huía de su madre tras realizar una travesura. Cabizbajo y al borde de lágrimas frustradas, Antoine respiró por vigésima vez para controlar su cuerpo antes de deprimirse por las acciones de su amado. Puede que no tuviera intención de admitirlo, pero la animosidad viniendo de su amado era demasiado intensa.

Nada de lo que el médico hacía parecía complacer al enojada sirviente, sin importar lo mucho que se esforzara por cumplir cada petición. Si intentaba sostenerle el cabello mientras vomitaba, recibía un golpe en el brazo. Si intentaba acariciar su cabello, sus mano era mordida. Y la única vez que intentó dejar un beso en la mejilla de Zhao Yuan recibió una bofetada que lo aturdió.

Cualquier podría pensar que el pobre era estúpido o que simplemente disfrutaba ser la víctima de su amado. Él, sin embargo, lo veía muy diferente. Incluso si Zhao Yuan pasaba mucho tiempo maldiciendolo, Antoine sabía que debajo de ese exterior rudo y violento se escondía un vulnerable muchacho asustado que no estaba ni remotamente listo para la responsabilidad sobre sus hombros.

Zhao Yuan podía maldecir e insultar todo lo que quisiera. Antoine no se iría nunca de su lado.

Luego de otra ronda de insultos, Zhao Yuan por fin logró dormirse a pesar de los espasmos en su estómago. Su embarazo estaba siendo más complicado que el de Shen Lian, lo que de por sí resultaba preocupante para el médico. Por alguna razón, casi parecía que el cuerpo de Zhao Yuan aún no se ponía de acuerdo con lo que sucedía dentro de su vientre. Era raro, pues su habilidad debería haberse activado por completo cuando ingirió la hierba especializada.

Para comprobar su teoría, Antoine hizo que Zhao Yuan comiera un estofado en el cual había vertido el jugo de la extraña planta que se decía otorgaba la habilidad de concebir a los descendientes del clan FengLiuShen. Aunque el sirviente no lo sabía, sólo comer eso sería suficiente para garantizar que estaría embarazado después de tener relaciones con alguien.

A Antoine le preocupaba que tal vez la cantidad de jugo que había proporcionado hubiera sido insuficiente, y que por eso el cuerpo de Zhao Yuan no estuviera listo para un embarazo. De ser así, la vida del sirviente estaría bajo un gran riesgo.

Con esos pensamientos acumulándose en su mente, Antoine no pudo dormir esa noche. Se quedó observando el rostro de su amado Zhao Yuan con un expresión preocupada, preguntándose si inconscientemente había herido al pequeño sirviente. Al pensarlo, no podía evitar una gran sensación de culpa. ¿Acaso había cometido un error que podría costarle lo que más ama?

La esposa del soberano. (BL)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora