23: ¿¡Qué son esas marcas en mi cuello!? (o Shen Lian olvida cubrirse bien)

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Para Shen Lian, lo que él hiciera con su esposo dentro de la habitación sólo les concernia a ellos dos. No tenía interés en divulgar información sobre lo que había sucedido en la noche, y habría preferido que nadie supiera sobre ello. Sin embargo, los planes de Shen Lian tendían a ser frustrados.

Vestido y arreglado por Mo Yang, el jóven Shen salió de su habitación con un serio príncipe siguiéndolo en caso de que su dolor aumentara. Shen Lian tuvo que aguantarse el constante ardor en su espalda baja para no preocupar a su esposo. No quería que el príncipe se sintiera mal por cómo lo había tratado la noche anterior, y su mejor opción era fingir que no le dolía.

Shen Lian pensó que los sirvientes estaban actuando raro. Todos se detenían en su camino y se quedaban mirándolo como si tuviera algo encima. Varias veces se tocó el cuello con las manos, pero no sentía nada fuera de lo común.

Le habría preguntado a Mo Yang si tenía algo, pero el príncipe parecía despreocupado, así que prefirió dejarlo.

La pareja se dirigió hacia el jardín, dónde Shen Lian esperaba encontrar a sus amigos. Por alguna razón no había visto a Zhao Yuan en los pasillos como usualmente lo hacía, así que asumió que aún estaba con los soldados. Aunque le preocupó un poco que estuviera con Yin Jun, pensó que tal vez esos dos ya habían arreglado sus diferencias durante la noche.

Exactamente allí estaban los cinco soldados y el sirviente, todos sentados alrededor de una mesa mientras se frotaban la cabeza con una expresión adolorida. El exceso de alcohol tenía consecuencias en sus cuerpos, y el sufrimiento en sus rostros era evidencia de ello.

El joven Shen se acercó a sus amigos con rapidez, preocupado de que se hubieran excedido con el licor. Como un buen amigo, chequeó el estado de cada muchacho con total dedicación.

Atendió a Zhao Yuan primero, porque lo consideraba el más vulnerable del grupo.

—A-Yuan, no debiste beber tanto.

—Joven Amo Shen, sólo bebí porque el tonto de Yin Jun me acosó durante toda la noche para que lo hiciera.

—Ah… y-yo me encargaré de él.

Shen Lian siguió revisando a sus amigos, deteniéndose al oír que Zhao Yuan contenía la respiración con sorpresa.

El inocente muchacho le restó importancia cuando no obtuvo respuesta por parte de su amigo, así que regresó a examinar el estado de los soldados. Yin Jun se había dormido sobre la mesa mientras hablaban, Qing Huong parecía estar muriéndose, Bai Rulan era el único decente tomándose una taza de té con ojos llenos de desaprobación, y en cuanto a los otros dos soldados, su estado era bastante peculiar. Ip Chung estaba sentado en una sillas, mientras que Zhan Nian estaba sobre él, abrazándolo con demasiada intensidad.

Cualquier persona se habría sorprendido, pero honestamente Shen Lian ya no esperaba nada común de sus amigos, pues sabía que eran un grupo extraño. A pesar de su falta de consciencia, todos los soldados habían hecho un mínimo ruido o gesto de sorpresa. Empezaba a preguntarse qué tenía encima, pero su duda duró poco, ya que Yin Jun despertó, y como siempre, no se contuvo de decir lo que pensaba.

—Shen Lian.

—¿Hm?

—Creo que deberías verte en un espejo. Hay algo muy interesante en tu cuello.

Confundido, Shen Lian le pidió a Zhao Yuan un espejo, quién se lo entregó con una mirada preocupada.

Lo que Shen Lian vio sobre la pálida piel de su cuello fue tan sorprendente que incluso él mismo contuvo la respiración. Múltiples marcas que variaban entre tonos morados y verdes se extendía por el área entre su hombro, clavículas y barbilla. Su piel, pálida como era, permitía que las marcas fueran mucho más visibles de lo que deberían.

La esposa del soberano. (BL)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora