48: Tiempo a solas en la habitación del príncipe.

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Mo Yang notó que su esposa se estaba comportando de manera extraña desde hacía semanas. Al principio fue algo sutil, casi imperceptible. Sin embargo, su comportamiento fue aumentando a medida que el tiempo pasaba en el palacio.

Le era imposible ignorar la manera tan obvio en que Shen Lian buscaba evitar cualquier tipo de contacto físico con él. Si trataba de abrazarlo, huia bajo la excusa de que debía atender al principito. Una noche intentó besarlo, a lo que él muchacho fingió sentirse mareado para poder acostarse sin ninguna objeción por parte del príncipe.

A lo largo de dos semanas, Shen Lian se las había arreglado para esquivar y alejarse de cualquier contacto físico innecesario entre él y su esposo. Siempre que había la posibilidad de que sus pieles se tocaran, Shen Lian hallaba la manera de poner una excusa perfecta.

Honestamente, Mo Yang estaba empezando a enojarse. No comprendía el por qué de las acciones de su esposa, y le irritaba pensar en que algo desconocido podría estar molestando a la persona que ama. Era muy frustrante, pero tampoco podía cuestionar a Shen Lian.

Fue una mañana de temperaturas bajas, con nieve deslizándose por cada rincón del palacio, cuando Mo Yang finalmente se hartó. Había intentado abrazar a su esposa, sólo para que Shen Lian se apartara con una expresión temerosa. Ni siquiera le dió tiempo a preguntar qué sucedía antes de alejarse poco a poco.

—Shen Lian— llamó, pronunciando cada letra con lentitud.

—¿Eh? ¿Q-qué pasa, esposo?

—Hay algo que debemos discutir ésta noche. Le diré a mis padres que cuiden a la criatura.

—¿Ah? ¿De q-qué habla?

Mo Yang no respondió las preguntas de Shen Lian, pues sabía que su esposa aprovecharía cualquier oportunidad para negar por completo que había estado evitandolo. El joven Shen no podía soportar confrontaciones de ese tipo.

Mientras esperaba a que anocheciera, el príncipe terminó todos sus deberes lejos de Shen Lian. Sabía que, de estar junto a él, sería incapaz de contenerse.

Así pasó el resto del día, manteniendo cuánta distancia le fuera posible entre él y su esposa. Sus padres vinieron en poco tiempo y aceptaron gustosos llevarse al pequeño principito. No era si primer nieto, pero planeaban malcriarlo porque les sorprendía tener un nieto que viniera de Mo Yang.

Mo Shang, el padre de Mo Yang, jamás imaginó que llegaría a sostener a un hijo de Mo Yang en sus brazos. Sabiendo de las preferencias de su hijo desde que era muy joven, el anciano pensó que nunca tendría nietos de su primogénito. Ahora que había sido bendecido por Shen Lian, tenía pensado malcriar al principito tanto como pudiera.

Cuando se hizo de noche, Mo Yang se encontró a un nervioso Shen Lian paseando por su habitación mientras murmuraba palabras aparentemente aleatorias. A simple vista se notaba su nerviosismo, al igual que su preocupación.

—Shen Lian.

El joven soltó un chillido por la sorpresa. Se sujetó el pecho durante unos segundos antes de darse la vuelta para mirar a su ágil y silencioso esposo.

—S-Señor Mo.

Mo Yang no demostró ninguna emoción en su rostro, lo que aumentó los nervios de su esposa. Shen Lian abrió la boca para decir algo, pero antes de que pudiera hacerlo sintió que era levantado del suelo por el príncipe.

Shen Lian chilló de sorpresa, observando con ojos muy abiertos a su esposo. Mo Yang no dijo nada, mas sostuvo a su pequeña esposa con fuerza.

El príncipe se sentó en la cama, con el cuerpo de Shen Lian aún asegurado entre sus brazos. Su expresión de seriedad fue reemplazado por una leve sonrisa al ver la punta de las orejas de Shen Lian tornarse rojas de inmediato.

La esposa del soberano. (BL)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora