El día había comenzado bastante bien para Shen Lian. Con la idea de vengarse aún firme en su mente, había empezado a considerar las múltiples maneras en las que podría castigar a su esposo por descuidarlo.
Para cumplir con su increíble plan, tuvo que recurrir a pedir la ayuda de todos sus conocidos, involucrando así a los cinco soldados con los que no había hablado por un largo tiempo. Luego de suplicar al emperador, logró que sus amigos viajaran hasta el palacio sin que el príncipe se enterara de su ausencia.
Cuando explicó la situación, obtuvo cinco expresiones llenas de malicia que le hicieron dudar de su previa decisión.
—Tengo una idea— comenzó Yin Jun.
—¡No!— exclamaron los otros soldados tan pronto como oyeron la voz de su amigo.
—Bien— replicó un malhumorado Yin Jun ante la negativa de sus compañeros —Traidores.
—Silencio, las personas decentes estamos pensando.
Rechazado, Yin Jun no tuvo más opción que quedarse callado mientras sus amigos discutían las opciones.
Todos llegaron a la misma conclusión después de unos minutos de total concentración: Shen Lian debía ignorar al príncipe. Lo que a ellos les tomó tanto tiempo, el médico lo había deducido sólo unos segundos luego de oír las intenciones de Shen Lian.
Antoine había estado oyendo la conversación desde lejos, pues Zhao Yuan le había pedido con firmeza que se mantuviera alejado de los soldados, y él, como buen esposo, obedeció.
Finalmente se decidió que Shen Lian debía ignorar a su esposo lo más que pudiera, asegurándose de llamar su atención al principio para luego fingir que no estaba allí. Las hormonas en su cuerpo lo impulsaban a actuar de manera improvisada.
Sin nada más qué discutir, empezó a contarles todo lo que había ocurrido en el palacio desde la última vez que habían estado allí, omitiendo la relación entre Zhao Yuan y Antoine. No quería causar ningún problema, y sabía que mencionar a la reciente pareja terminaría hiriendo los sentimientos de Yin Jun.
Sus preocupaciones se fueron cuando sintió al principito moverse dentro de su estómago, reclamando la atención que le habían negado por un largo tiempo. Sonrió, mirando su propio vientre con cariño.
Shen Lian le indicó a sus amigos que podían acercarse a tocarle el vientre, pero ninguno se atrevió a hacerlo de inmediato. A pesar de haber oído sobre el clan FengLiuShen, aún les costaba asimilar el hecho de que Shen Lian, siendo un hombre, pudo concebir un hijo y llevarlo en su estómago.
Todos procedieron delicadamente, sus manos apenas rozando la estirada piel en su vientre. Tras sentir los leves empujes del bebé nonato, los soldados sintieron que sus corazones se ablandaban ante un acto tan íntimo.
Uno tras uno, los habilidosos soldados estallaron en lágrimas de felicidad. Zhao Nian y Bai Rulan se abrazaron mientras lloraban. No muy lejos, Qing Huong e Ip Chung sollozaban de manera silenciosa. Y Yin Jun solo los veía desde su asiento, sus ojos desenfocados como si estuviera pensando en otra cosa.
Shen Lian sólo pudo observar confundido los sollozos de sus amigos.
—¿Q-qué sucede?
—¡Lo sentimos! E-es muy hermoso.
—¿Q-qué…?
—¡Su bebé es muy hermoso!
Con un suspiro, Shen Lian decidió que tratar de entender a sus amigos era una causa perdida. Aquella idea fue suficiente para satisfacer su curiosidad.
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La esposa del soberano. (BL)
RandomShen Lian, primogénito de la noble familia Shen, fue criado en el campo junto a la sirvienta preferida de su padre. Ella lo crió como a su propio hijo, brindándole el amor y cariño en el que su familia jamás se interesó. Con el paso del tiempo, él e...