Zhao Yuan estaba en la habitación del médico otra vez. A pesar de lo mucho que su lado racional se resistía a continuar con las visitas nocturnas, cada noche se encontraba a sí mismo saliendo de sus aposentos con una túnica ligera y fácil de remover. Si Zhao Yuan tuviera al menos una pizca de remordimiento, habría dejado de acostarse con el médico mucho tiempo antes.
Estaban acostados, uno junto al otro, con la respiración agitada y la piel cubierta de un ligero tono rojizo que se debía a su encuentro. Antoine tenía sus brazos alrededor de los hombros del sirviente, manteniendo su cálido cuerpo cerca.
Zhao Yuan suspiró al sentir el ya conocido ardor en su parte baja. Sabía muy bien que al día siguiente le sería extremadamente difícil trabajar con ese dolor, pero en ese momento no le importó demasiado. Ser un sirviente significaba que debía moverse bastante por el palacio, y aún así, no creía que eso fuera importante mientras podía satisfacer sus deseos carnales.
A pesar de lo mucho que disfrutaba esos encuentros tan informales, Zhao Yuan no podía evitar sentirse extraño cuando pensaba en la relación que mantenía con el médico. Eran…
¿Qué eran?
¿Amantes? ¿Una pareja?
No sabía, y eso le enojaba.
Antoine sintió que el cuerpo entre sus brazos se tensaba, mas se abstuvo de hacer comentarios porque conocía el temperatura de Zhao Yuan lo suficiente para saber qué ante cualquier situación de incomodidad su instinto era atacar primero. Tendría que esperar a que el agresivo sirviente se relajara.
Poco después, Zhao Yuan encontró el valor para hablar.
—¿Cuál es nuestra relación?— fue su repentina pregunta.
—¿Cuál quieres que sea?
—Responde la pregunta, tonto.
Antoine sonrió de lado. Lentamente acarició el cabello de Zhao Yuan antes de hablarle, con ese tono calmado y vacío de preocupaciones que transmitía tranquilidad a su compañero.
—Me gustaría decir que estamos juntos fuera de ésta habitación, Zhao Yuan. No sé si te gustaría eso.
—¿Crees que sólo aspiro a ser un maldito adorno en tu cama?— preguntó Zhao Yuan, pero ésta vez carecía de fuerza.
—No.
—¿Por qué haces preguntas tan estúpidas entonces?
El médico ahogó una risa, aunque sonó como si se estuviera sofocando con el aire.
—¿Aceptarías casarte conmigo?— preguntó un emocionado Antoine, sonriendo como un niño pequeño.
A regañadientes, Zhao Yuan murmuró que estaba de acuerdo.
—¡¿Lo dices en serio?! ¡¿Vamos a casarnos?! ¡A-Yuan, serás mi esposa!
—¿Qué? ¡Ya cállate, loco!
—Ah, estoy tan feliz— murmuró Antoine después de casi asfixiar al sirviente con un poderoso abrazo.
—¡Compórtate!
—Ah, mi amado Zhao Yuan— el médico suspiró en el hombro del sirviente. —He esperado encontrar a mi amado por mucho tiempo. No sabes lo feliz que estuve cuando te ví por primera vez.
Zhao Yuan habló, liberando todas las dudas que había acumulado a lo largo de su extraña relación.
—Tú nunca hablas de tu pasado.
El médico soltó una risa.
—Parece que nada puede escapar de mi perceptivo Zhao Yuan.
—Idiota— dijo, aunque la sonrisa en sus labios fue contradictoria.
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La esposa del soberano. (BL)
RandomShen Lian, primogénito de la noble familia Shen, fue criado en el campo junto a la sirvienta preferida de su padre. Ella lo crió como a su propio hijo, brindándole el amor y cariño en el que su familia jamás se interesó. Con el paso del tiempo, él e...