† 20. Una buena aclaración †

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[Capítulo sin corregir. Siéntete libre de señalar cualquier error]

Capítulo 20
UNA BUENA ACLARACIÓN

Dipper.

Desde pequeña, siempre he sido muy curiosa.

Eso es lo que mis padres me decían.

Desde que aprendí a gatear, me movía en busca de cosas, siempre impulsada por la curiosidad. Aunque, bueno, supongo que todos los niños son así, curiosos por su nuevo entorno. Sin embargo, papá me decía que yo era muy diferente al resto. Él decía que yo, por ser una Sherwood, mi lado curioso provenía de familia.

Desde mis inicios mostré atracción por el peligro y las cosas oscuras, nunca me detuve hasta satisfacer mi curiosidad.

Muchos confundían eso con estupidez, pero es algo que simplemente era más fuerte que yo.

Y por eso mismo estoy en esta posición.

Mi curiosidad me llevó a perderlo todo.

También soy muy impaciente.

Nunca he sabido controlarme y ser paciente. Suelo querer todo ya, de una, sin esperar tanto. Eso, la espera, suele desesperarme.

Por lo mismo, ya se podrán imaginar la tortura que fue para mí todo aquel día en la escuela.

No podía dejar de pensar en la charla que tendría con los gemelos ese día, después de la escuela. Las preguntas aumentaron conforme avanzaban los segundos. Nunca creí que pudiera estar pasando por algo similar. Había leído varios libros sobre vampiros, y ahora que yo conocía a dos, quería saber la verdad sobre ellos.

¿Se alimentan de pura sangre o pueden comer comida normalita como la rica que solía hacer mi abuelita?

¿Nacieron así o son transformados?

¿Brillan cuando le pega el sol tipo Crepúsculo? Aunque, bueno, a esta última pregunta le encontré respuesta rápida: no. No brillan. O, por lo menos, yo nunca los he visto brillar.

Al sonar la última campana, mi corazón se disparó. Sabía lo que venía a continuación. Estaba a pocos minutos de conocerla verdad, de hablar con dos vampiros… y al pensar el eso la imagen de Dominick  llegó a mi mente, bañado en sangre, con colmillos afuera y los ojos rojos.

Y, como un recuerdo fugaz, a mi mente llegó la fiesta en el lago, cuando los Swinner llegaron a arruinar mi fiesta, Günther en ese momento tenía los ojos oscuros, negros… ¿acaso eran sus ojos un reflejo de su estado?

— Leonard quedó en que nos veríamos aquí para ir al parque — Alice comentó mientras caminábamos hacia la salida de la escuela.

Asentí a pesar de no haberle prestado mucha atención que se diga. mi mente estaba distraída de mi entorno, solo concentrada en los gemelos y la cita que cada vez estaba más cerca. Estaba a pocos minutos de darle respuesta a mis preguntas, a las miles de preguntas que no hacían más que multiplicarse.

Cuando salimos de la escuela, vimos a Leonard esperándonos cerca del carro de Sabrina. Estaba luciendo su uniforme y estaba acompañado por Brandon. Ambos estaban tan envueltos en su conversación que no notaron nuestra presencia hasta que estuvimos de pie junto a ellos.

— ¿Nos vamos ya? — Preguntó Leonard, dándonos un beso a Sabrina y a mí en la mejilla. A Alice, en cambio, le dio un abrazo largo y luego un beso en la frente.

— Sí — Alice y Sabrina respondieron al unísono. Yo, en cambio, negué.

— Tengo otra cosa que hacer.

Infierno, la maldición Swinner © [✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora