† 29. Primera parte †

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Capítulo 29
Y TODO SE FUE A LA MIERDA MUY RÁPIDO.

Dipper.

A la mañana siguiente me desperté en mi habitación, con una rosa de tallo largo y sin espinas en mi almohada. Sonreí sin poder evitarlo. ¿Qué iba a hacer con Dominick? También tenía un mensaje de Brandon para que le confirmara lo de nuestra cita. Lo hice de inmediato, emocionada ante la idea de pasar el día con él y volver a ser el par que éramos antes de la llega de los Swinner.

Entonces, con una inyección de buena energía, inicié mi día. Estaba vistiendo una pijama, y llevaba puesto un tampón. Supuse que había sido Dominick. Aunque esto último me pareció un poco extraño, no me molestó. Supongo que nuestro nivel de confianza era suficiente como para hacer este tipo de cosas tan… raras.

Coloqué la rosa justo en el florero donde estaban las demás. Algunas ya estaban tan marchitas que no me quedó de otra que tirarlas, a pesar de que disfrutaba bastante del contraste visual que generaba las rosas vivas con las muertas; sin embargo, Dominick, con sus rosas constante, mantenía mi florero lleno de ellas, y solo me deshacía de las que ya estaban sin pétalos.

Cuando me dirigí a mi armario, busqué algo para usar en mi cita con Brandon. No sabía muy bien qué íbamos a hacer, supuse que saldríamos al cine y luego a comer algo, tal vez helado o pizza, eso era lo normal en nuestras citas, así que elegí algo cómodo y casual. Unos jeans oscuros, mis botas altas y una de mis camisas favoritas, con el rostro de Harry Potter en ella, y una chaqueta negra de cuero para completar mi outfits.

Coloqué la ropa sobre mi cama desordenada y luego agarré mi teléfono cuando éste sonó. Esperaba ver un mensaje de Dominick, pero me encontré desilucionada cuando noté que el mensaje de WhatsApp era del grupo que tenía con mis amigos.

SABRINA: Quiero salir de fiesta y emborracharme.

Sonreí ante sus palabras. Esta amiga mía no tenía reparo. Aunque sabía que este mensaje era de broma, porque ella nunca bebía hasta el punto de emborracharse. De hecho, mi grupo de amigos era un grupo sano, dónde hasta la idea de experimentar con drogas nos aterraba. Sin embargo, ser sanos no significaba que no supiéramos organizar fiestas a lo grande.

Aún teníamos pendiente la fiesta del lago que los gemelos habían arruinado. Teníamos todo ya pensado. Sin embargo, debido a las desapariciones que ocurrieron últimamente, tuvimos que aplazarlo.

Otro mensaje llegó.

BRANDON: El alcohol es malo, Sabrina.

Sonreí al ver su nombre.

YO: Habló el deportista del grupo.

BRANDON: Cállate.

YO: No estoy hablando, estoy escribiendo.

No podía verlo, pero me lo imaginé con una sonrisa y poniendo los ojos en blanco.

BRANDON: Mochate las manos entonces.

No pude evitar sonreír como boba ante su respuesta.

ALICE: Hay mucha agresividad en este grupo.

SABRINA: Ola, alguien aquí puede prestarme atención? Mostraré las tetas si no lo hacen.

LEONARD: Santo cielos, no queremos ver eso, Sabrina.

SABRINA: Leonaaaaard

SABRINA: Vamos a hacer una fiesta.

El «Leonard está escribiendo» apareció en la parte superior de la pantalla, así que mientras esperaba ver qué respuesta daba nuestro amigo, mi mirada fue a mi camisa de Harry Potter. En ella se podía ver la silueta del protagonista del libro, y la famosa cicatriz con el nombre en letras negras.

Infierno, la maldición Swinner © [✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora