† 05. Brandon †

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Capítulo 5
BRANDON

Dipper.

Por más que intentaba concentrarme en las palabras que mis amigos emitían, no podía alejar el recuerdo de los Swinner y las palabras que me susurraron al oído. Y eso solo me lograba acelerar el pulso.

Para ese momento ponía en duda que realmente aquello fue en serio. ¡De seguro lo hicieron para fastidiar!, pensaba. Pero no podía dejar de sentir que el deseo quemaba en mis venas al recordar el tono sexy que Dominick empleó al hablar, y la forma en la que Günther pronunciaba las palabras, con ese acento tan marcado que solo me ponía aún más cachonda. 

"Por tu bien, y por el mío propio, te voy a pedir que no vuelvas a usar esos pantalones. Tu trasero es increíble, y tus muslos me piden a gritos que los muerda. Hazme caso y evitemos una tragedia, Pepper"

¿Tragedia? Para ese entonces no lo entendía. De hecho, habían muchas cosas que se me hacía muy extrañas de esos chicos.

" Y no tienes una idea de lo duro que estoy ahora y lo mucho que me muero por follarte. "

Mordí mi labio inferior con deseo.

Mmm

De solo imaginar el cómo se sentiría estar con Günther hacía que mis hormonas enteras se alborotaban, ansiosas por confirmar el hecho de que, en definitiva, los gemelos eran muy buenos en darme placer.

"No te contengas, Dipper, con nosotros no tiene caso que lo hagas. Y, creéme, podemos hacer que te la pases muy bien, porque tú podrás odiarnos, pero tu cuerpo nos desea, y nosotros morimos por complacer cada una de tus fantasía"

No sabía cuál de los dos me había excitado más, si Günther o Dominick. Pero, la verdad, es que ambos lo habían hecho, y no lo entendía.

¡Eso no estaba bien! Pero en el fondo me moría por repetirlo. La seducción, sus voces, las palabras obscenas y lo caliente que me ponían.

Miré a Sabrina cuando movió su mano frente a mi cara, haciéndome caer de vuelta en la realidad.

— ¿Qué…? — Quise saber, parpadeando varias veces.

Estábamos en la dulcería, en las mesas del exterior del local, reunidos para cuadrar los últimos detalles de la fiesta que se llevaría acabo el día siguiente, en la noche.

— ¿Qué te pasa, Dipper? ¿Te encuentras bien? — Alice preguntó, sonando angustiada.

La miré, sin dejar de parpadear.

— Sí — asentí, intentando concentrarme —, ¿qué decían?

— Dulces. Hay que llevar dulces a la fiesta en el lago — Sabrina repitió y la miré, procurando esta vez sí seguirle el hilo a la conversación — ¡Es nuestro último año!, ¡nuestra última fiesta! ¡Hay que hacer algo inolvidable antes de pasar la corona e irnos a la universidad!

— La universidad — Leonard suspiró, pareciendo afligido — ¿No les da un poco de miedo pensar en eso? Irse de Sherwood y… tener mayores responsabilidades.

Suspiré. Lo entendía. Pensar en dejar Sherwood era algo que deseaba desde siempre, pero sabía que iba a ser duro estar lejos de mis padres, en un lugar completamente diferente a este. Sin embargo, eso no me iba a detener. Todos nosotros teníamos metas y sueños, cosas que queríamos cumplir… fuera de este lugar.

— Sí, me aterra — Alice fue la primera en aceptarlo —. Creo que… nunca he estado lejos del pueblo y de mi madre.

— Yo ya pedí la beca. Espero tener noticias pronto. La escuela de leyes me espera — Leonard sonrió, rodeando a Alice por lo hombros. Para ninguno era desconocida la atracción que entre ambos existía.

Infierno, la maldición Swinner © [✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora