Libro 2 | Saga Elementos | Aire: La Hija del Grifo

Capítulo 20: Reencuentro

*Amy

Estaba sin palabras, Amelia no había mentido, Jordan estaba frente a mí vivo y a salvo, pude ver a Jessica por primera vez despierta. La conexión que ella tiene es tan intensa que junto con la de Amelia hace que el lugar tenga un ambiente bastante acogedor y cálido. Desde luego lo que más resaltaba de ella era su apariencia, es unos dos centímetros más alta que yo, su cabello es de color rojo fuego muy intenso con algunos mechones amarillos y naranjas que lo cubrían, sus ojos seguían la misma línea, con el iris de color rojo cristalino y las pupilas de color amarillo anaranjado, he de reconocer que es bastante guapa, casi me siento celosa.

Jessica pareció darse cuenta de que quería un momento a solas con Jordan, por lo que de forma "discreta" ella y Amelia salieron de la habitación, dejándonos a Jordan y a mí solos. Quería correr y besarlo, abrazarlo y no soltarlo nunca, pero sabía que debía controlarme. Después de todo no sé qué fue lo que le pasó durante el tiempo que estuvo desaparecido. La única pista que tengo es su camisa, la cual tiene un agujero en el pecho por la zona del esternón, debió pasar por algo muy traumatizante y no quiero empeorarlo todo yendo de frente a él. Sé que sonará raro y hasta masoquista, pero quería que me gritara, que reaccionara y no que se quedará ahí parado sin hacer nada, eso me tenía desesperada y me dolía no saber en qué pensaba, finalmente Jordan rompió el silencio:

- ¿Por qué no me lo dijiste? – De todas las preguntas que pudo hacerme o todas las cosas que pudo decirme empieza por ahí, por eso lo amo.

- Supongo que ya lo sabes – Dije después de un momento, está claro que Amelia le contó todo el asunto de los Elementales, los Oscuros, los Iluminados y las ordenes – No podía decirte, mis padres son Desertores y si decía algo vendrían a matarnos.

- ¿Los Oscuros? – Preguntó con curiosidad y preocupación

- Los Iluminados – Su expresión pasó a ser de sorpresa – Si alguien quiere dejar la orden puede hacerlo, siempre y cuando no revele sus secretos, su existencia o la existencia de los Iluminados – Le expliqué mirando al suelo deprimida, estoy segura de que no me creerá, mucho menos me perdonará por mentirle – No espero que me creas, pero quiero que sepas que... – Su beso no me permitió terminar mi frase.

- Después de lo que pasó en estos días, esto no me sorprende para nada – Me relajé un poco y solo pude pensar en una palabra "tonto" y después le devolví el beso.

Luego de esa pequeña conversación nos pusimos al corriente de todo. Resulta que al final tenía razón, aunque normalmente me gusta tenerla en este caso me duele. La señora Anderson, madre de Jordan y Jessica, se había vuelto completamente loca, trató de matar a Jessica y casi lo consigue con Jordan, pero lo que no me esperaba es que Jordan me dijera que mató a su madre con sus propias manos. Desde luego yo me quedé sorprendida y estoy segura que cualquier chica lo estaría al escuchar que su novio mató a su propia madre, pero en este caso y viendo bien todas las circunstancias, creo que estar enojada o asustada con él no es lo mejor, creo que lo mejor sería darle un apoyo:

- Oye – Le dije suavemente – Si necesitas desahogarte – Le señalé mi hombro izquierdo – Estoy aquí para ti.

Apoyó la cabeza en mi hombro y empezó a llorar, yo solo pude abrazarlo y acariciarle el cabello mientras él derramaba sus lágrimas. Una vez terminó se secó las lágrimas, mientras que yo tenía la camisa y el chaleco empapados de sus lágrimas y mocos. Desde luego no podía dormir así y Jordan no tenía más ropa que la que traía puesta, así que decidí hacerle lo que yo llamo "Una Propuesta Irresistible":

- Ey, Jordan – Lo llamé con mi voz coqueta, él volteo a verme con una cara de miedo, no es por presumir pero esta voz siempre la uso antes de hacerle una broma – Asumo que no tienes nada más que ponerte ¿Cierto? – Él asintió con nerviosismo – Bueno, que tal si dormimos en ropa interior para hacerlo justo – Sus ojos se abrieron como platos y desvío la mirada con un ligero sonrojo en su cara, tragó saliva antes de responder.