*Amelia
Salimos por la puerta trasera de la casa y llevamos a Jordan a cuestas hasta la reja que nos separaba del pequeño bosque que había detrás del vecindario, y pensar que hace apenas dos noches estaba arriba de uno de esos árboles cuidando la vida de Jessica, ah buenos tiempos. Desafortunadamente no había una puerta para salir por la reja, en cambio esta estaba completamente cubierta de rosas y espinas que crecían por todo el metal, ahora entiendo de dónde vino el nombre del vecindario, estábamos atrapadas y no había forma de salir de ahí, a menos que intente esa técnica:
- Sostenlo un momento - Le dije pasándole a Jordan y dejando que lo cargara sola.
- ¿Qué pretendes? - Me preguntó asustada y la verdad no la culpo, ni siquiera sabía si esto iba a funcionar, jamás lo había intentado sin una herramienta y alguien podría llegar y vernos ¿Cómo explicaríamos todo esto?, pero no tenemos muchas opciones, ir por la puerta delantera y ser gravadas por las cámaras de la entrada complicaría mucho más las cosas.
- Ya es hora de que veas un poco más de este mundo roja - Le dije con sarcasmo para ocultar mis nervios - Considera esto como La Última Evidencia - Logré forzar una sonrisa para tratar de calmarla, pero algo me dice que no lo conseguí.
Preparé una ráfaga de aire y la fui concentrando en un punto cada vez más pequeño, debía ser lo bastante grande para que pudiéramos pasar, pero no demasiado para evitar que nos caigan espinas de rosas en la cabeza, la presión me lo hacía cada vez más difícil, sentía que todo el mundo estaba sobre mis hombros, me pregunto si así es como se sentía Atlas al sostener el peso del cielo él solo en el mito griego:
- ¿Qué crees que haces? - Me preguntó Ivan cuando no pude hacer la técnica a la primera – Esta es una técnica de nivel básico para un Elemental ¿Y no puedes hacerla a la primera? Definitivamente serás la Elemental más débil e inútil de la historia.
Esas habían sido las palabras del imbécil de mi maestro, pero no le presté atención a eso, no le presté atención al hecho de que tal vez tenga razón, no me importaba ser la más débil o la más fuerte, solo quiero ayudar a otros sin importar nada. Lancé mi ráfaga cargada y la reja de metal se abrió como una flor. Lo conseguí, había conseguido usar el aire comprimido por mi cuenta y sin una herramienta, pero aunque quería ponerme a saltar de alegría no lo hice porque tenía otro problema en las manos.
Mientras nos dirigimos al hotel llamé a Elizabeth para poder conseguir una forma de entrar evitando las cámaras de seguridad, por suerte nos consiguió un camino por el lado este y ella misma se encargaría de apagar las cámaras para evitar que fuésemos gravadas, además de que me consiguió otra habitación para poder poner a Jordan y sanarlo. Sin embargo, no le pedí a Elizabeth que despertara a Tony, ya había abusado mucho de su amabilidad, ahora me toca a mí sanar a los heridos. Cuando llegamos al cuarto, recostamos a Jordan en la cama, entre las dos le quitamos la camisa y finalmente pude apreciar la gravedad de sus heridas. Si bien el estar boca abajo pudo evitar que se desangrara en unas cuantas horas, no evitó que la herida se infectara. Había pus y fluidos viscosos alrededor de la herida la cual aún no dejaba de sangrar. Aquella visión no ayudó a que Jessica se sintiera mejor, se arrodilló al lado de la cama y comenzó a gritar y llorar, estaba desesperada y asustada, no quería que su hermano muriera y por lo que me contaron Jordan es el único familiar que le queda y que la ama y la quiere.
Jessica no lo sabe, pero la entiendo más de lo que cree. Yo sé lo que se siente crecer sin padres. Sí tengo muchos buenos amigos, Max, Eve y muchos más, pero no sé lo qué se siente tener a un padre que te guíe o una madre en la que te puedas apoyar y hablar de tus problemas. No puedo permitir que Jordan muera aquí, Jessica ya sufrió bastante y no voy a ser la causa de otro trauma para ella, no si puedo evitarlo, incluso si debo llevar mi cuerpo a su límite. Me quité la camisa y la tiré al suelo, quedando solamente en sostén, justo cuando lanzó ese grito desgarrador, rogando para que Jordan no muriera:
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Libro 2 | Saga Elementos | Aire: La Hija del Grifo
FantasíaUn espíritu libre, criada en un templo en las lejanas montañas de Nepal, Amelia se embarca en una aventura para encontrar a otro de los Elementales, lo que ella no sabe son los problemas que tendrá que superar para concluir un viaje que apenas comie...