Epílogo

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*Amelia

Me desperté sintiendo el sol contra mi rostro, el brillo me hizo voltear solo para darme cuenta de que Jessica no estaba en la cama, tampoco sentía la conexión de Amy, por lo que pensé que había decidido ir a pasear un rato por la ciudad. Me levanté de la cama y me puse mis pantuflas, ya ha pasado una semana desde que llegamos al templo, el día que llegamos Ivan intentó echar a Amy llamándola ramera y rebelde solo porque sus padres no le obedecieron cuando les ordenó matar niños. En ese momento estábamos presentes: Jordan, Eve, Amy, Jessica, Max, el Elemental de Rayo y novio de Eve, Leonard Reyes y yo, pero no fue necesario hacer nada. Todo fue escuchado por Ras y el resto de las Estrellas, quienes expulsaron a Ivan de la orden frente a todos nosotros.

Ya ha pasado una semana desde eso y por fin he podido recuperar mi sueño, mi bello rostro volvió a ser lo que era, sin ni una sola ojera bajo mis ojos. Amy ha estado yendo a reunirse con Ras y el resto del consejo para discutir el regreso de sus padres a la orden. Jordan por su parte ha pasado más tiempo con Jessica, conociéndola mejor y estableciendo una mejor relación con su hermana menor, aunque también pasaba el tiempo yendo a algunos paseos románticos con Amy a la ciudad.

En cuanto a Jessica y a mí, bueno, solo diré que esta chica está llena de sorpresas, resulta que tiene un lado romántico, pues luego de dos noches de nuestra llegada me sorprendió con un tazón de palomitas de maíz un par de refrescos fríos y una película de Netflix, la cual me dejó escoger. Otra cosa que me sorprendió es que además de ese lado romántico también tenía un lado de artista, no lo dijo directamente, pero apenas ayer mientras paseábamos por la ciudad pasamos por un lugar en donde hacían tatuajes y Jessica se acercó a ver los diseños que ofrecían, dijo y la cito: "Son asombrosos". Así que sí, mi novia está llena de sorpresas.

Salí al pasillo para bajar a buscar a Jessica, sentía su conexión ubicada en la cocina de la casa, pero al abrir la puerta de nuestro cuarto me llegó el olor de algo que sin lugar a dudas era delicioso. El estómago me empezó a rugir y bajé a la cocina guiada más por mi nariz que por otra cosa. Al llegar a la cocina encontré a Jessica con un delantal y unos guantes de cocinas, tenía una espátula en su mano derecha y sujetaba la sartén con la izquierda, de pronto dio una vuelta y volaron unos huevos revueltos. Sirvió los huevos en un plato y luego puso dos trozos de pan en la tostadora y la encendió:

- Buenos días, Bella Durmiente – Dijo sin voltear a verme – ¿Dormiste bien? – Preguntó mientras se quitaba los guantes, los doblaba y los ponía dentro de un cajón.

- Hacía semanas que no dormía tan bien – Le respondí mientras ella se quitaba el delantal y lo colgaba en su sitio, junto a otro.

En ese momento las tostadas estuvieron listas y Jessica las sirvió junto a los huevos, luego llenó dos vasos de jugo de naranja y el desayuno ya estaba listo. Mientras comía pensé en dos cosas. Uno: Esto se añade a la lista de sorpresas que Jessica tiene. Y dos: estos son los mejores huevos revueltos y las mejores tostadas que he probado en mi vida. Solo pude decir una cosa mientras comía:

- No sabía que fueras cocinera – Le dije mientras aún comía los huevos – Y menos una tan buena.

- ¿Qué te digo brisita? Soy una chica llena de sorpresas, mejor acostúmbrate – Me reí mientras tomaba un sorbo de jugo de naranja – Tuve una buena maestra – Lo dijo casi en un susurro, pero alcancé a oírla.

- ¿Tuviste una maestra culinaria? – De inmediato pareció morderse la lengua.

- No es nadie importante – Me dijo tratando de evadir el tema.

- Oh no, de esta no te salvas ¿Quién te enseñó a cocinar?

- Fue... Lucia – Ahora entiendo por qué no quería decirlo.

Libro 2 | Saga Elementos | Aire: La Hija del GrifoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora