Capítulo 5: Un descanso extraño

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*Jessica

- Hola roja - Abrí los ojos y ahí estaba ella.

Quería descansar en paz, pero ella no me lo iba a permitir, me siento molesta ¿Acaso no tiene mejores cosas que hacer? Esa pregunta me fastidia cada vez que veo su rostro, que por alguna razón siento que ya la he visto antes, siento que la conozco de toda la vida, pero esta es la primera vez que la veo ¿Por qué tengo esta sensación? Quiero golpearla, pero algo me impedía hacerlo, había algo en el aura alrededor de esta chica, la misma cosa que me dice que ya la conozco, es la misma que me impide golpearla, tomé aire y le dije:

- ¿Qué no te dije que te metieras en tus asuntos? - Le escupía las palabras en la cara, pero ella parecía no inmutarse ante ellas.

- No seas así roja, solo vine para conversar - Me dijo aparentando estar ofendida, pero se notaba que no era verdad - ¿Puedo sentarme? - Me preguntó con curiosidad.

Quería decirle que se largara, quería gritarle y mandarla lejos, quería levantarme e irme, pero sabía que ella no se iba a rendir tan fácilmente, sabía que ella no me iba a dejar sola. Es una estupidez pensar que gritarle o levantarme e irme del lugar la iba a detener o alejar de mí, además de que lo que sea que ella tenga me hace quererla cerca, no sé cómo describirlo, pero creo que la mejor forma de explicarlo es como tratar de alejarse de un familiar al que aprecias mucho. No puedo creer lo que estoy por hacer, me hice a un lado y la dejé sentarse junto a mí:

- ¿De qué quieres hablar? - Le pregunté con fastidio una vez se sentó a mi lado.

- ¿Qué escuchas? - Me preguntó, pero yo sabía que estaba tramando algo.

- Ten - Le pasé mis cascos Wireless.

La canción que escuchaba era una con tema triste y motivacional, me gustaba escucharla, era de una de mis favoritas. Lucia me la recomendó un día que estuve en su casa, de hecho ella me había recomendado varias canciones de tipo motivacional, esas canciones forman parte de la corta lista de razones por las que aguanto la mierda que es mi vida. La canción que esta chica está escuchando se llama Querida Soledad y es una de las canciones más tristes y fuertes que tengo en mi lista de reproducción, desde aquí puedo ver como su rostro va cambiando su expresión hasta casi llorar, esperaba que después de escucharla se fuera a llorar a otro lado, que se perdiera, pero una vez terminó de escucharla me entregó los cascos y volvió a reanudar la conversación:

- ¿Cómo se llama? - Me preguntó con los ojos llorosos.

- Querida Soledad.

- Le hace honor a su nombre - Me dijo con ironía y con el aire atrapado en sus pulmones, su labio inferior estaba temblando, estaba a punto de llorar - ¿Cómo puedes escucharla completa sin llorar? - Preguntó conteniendo las lágrimas con mucho esfuerzo.

- Después de un tiempo te acostumbras, aunque incluso la primera vez no me afectó tanto - Le expliqué con indiferencia y sin darle importancia.

Hablamos durante todo el descanso, los minutos pasaban volando, pero no era como que me importara, la verdad era que me gustaba conversar con ella, sabía que tal vez no volvería a hablar con ella. Tarde o temprano se enteraría de la reputación que tenía en la escuela y me daría la espalda, como todos los demás, por eso me gustaba conversar con ella, era de las pocas personas con las que se podían tener una conversación inteligente en esta escuela de mierda. El descanso estaba a punto de terminar, solo faltaban diez minutos, así que nuestra conversación llegaría a su fin pronto, pero de un momento a otro lo que era una conversación inteligente se convirtió en una mierda:

- ¿Crees en la magia?

*****

Y así fue cómo se sintió Jessica cuando Amelia habló con ella por primera vez, ahora pueden tacharlo de su lista de cosas que no querían saber, pero igual estás feliz de conocer 😎.

Como sea, les deseo feliz semana a todas y todos un abrazo fuerte, bye 😊😉.

Libro 2 | Saga Elementos | Aire: La Hija del GrifoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora