Libro 2 | Saga Elementos | Aire: La Hija del Grifo

Capítulo 22: 1 vs. 3

*Amy

Parece que mi suerte nunca es buena, aunque para las personas con poderes no es algo nuevo. Había llevado a Jessica a un claro en el bosque para enseñarle a no incendiar un edificio por accidente, pero justo cuando iba a enseñarle como controlar el tamaño de las llamas sentí un escalofrío subir por mi espalda y luego vi aquella roca volando a toda velocidad hacia nosotras, tuve que reaccionar. Afortunadamente había tomado una bola de fuego que Jessica había creado y ya había aumentado su tamaño, solo tuve que lanzarla cual misil a aquella piedra gigante.

Hubo una explosión que levantó humo y polvo. Cuando se disipó el humo pude ver a nuestros atacantes. Eran un cuarteto de Oscuros, dos mujeres y dos hombres: Los hombres, si bien eran notoriamente diferentes entre sí, tenían la misma vibra "Chicos Rudos", solo se diferenciaban por la edad y por el hecho de que uno fumaba un cigarrillo y el otro tenía un tatuaje sobresaliendo de su cuello. Las mujeres por su lado sí que eran diferentes entre ellas, mientras que una de ellas era morena y vestía con unos jeans rasgados y una camisa que dejaba al descubierto su estómago y dejaba ver un tatuaje en forma de sol, la otra estaba vestida solo con unos mini-shorts rasgados y un sostén deportivo, pero eso no era lo que me preocupaba, lo que realmente me hacía temblar eran sus músculos, si no fuera por el sostén probablemente hubiera pensado que es un travestí, si aquella mujer también puede manejar la tierra, cosa que no pongo en duda, entonces estamos en un serio problema. El hombre del cigarrillo, el cual parecía ser el líder, nos habló con arrogancia:

- Esta es la situación – Dijo mientras soltaba una bocanada de humo – Vengan con nosotros por las buenas y nada malo pasará – Su mirada reflejaba locura y deseo, era obvio que si íbamos con él terminaríamos arrepintiéndonos.

- Sigue soñando cerdo hijo de puta – Inmediatamente después de decirle aquellas palabras encendí dos bolas de fuego y me puse en guardia.

- Como quieran perras – Y ahí fue que todo se descontroló.

El hombre del cigarrillo encendió dos bolas de fuego con las brasas de su cigarro, el hombre con el tatuaje en el cuello dio un gran pisotón y del suelo salieron unas grandes paredes de piedra que tenían unos 15 metros de alto que nos dejaron encerradas con ellos, la mujer con el tatuaje de sol tenía una batería grande y envolvió su cuerpo con electricidad. La mujer maciza le ordenó a la tierra ir a su cuerpo, formó una gran garra de piedra en su brazo izquierdo, luego hizo casi lo mismo con su pierna derecha formando una bota de rocas que la cubría casi por completo, en su mano derecha formó una nudillera y en su pie izquierdo formó una bota de roca que no pasaba de su tobillo. Esto ya se me salió de las manos:

- La Elemental es mía – Dijo la mujer maciza cubierta de piedras, justo lo que me faltaba.

Antes de que pudiera ir a ayudar a mi futura cuñada recibí un golpe cargado de electricidad que había venido a gran velocidad, choqué contra la pared de piedra, mis bolas de fuego se apagaron y mi encendedor calló al piso, y para colmo de males mi cuerpo estaba entumecido casi por completo. Apenas pude esquivar la bola de fuego que iba dirigida a mi cabeza, la cual me lanzó el hombre del cigarrillo. Me levanté como pude y me puse a analizar la situación. La mujer cubierta de electricidad era la más rápida y la más peligrosa de los tres, ella tenía la velocidad y la fuerza para matarme en un segundo sin problemas, debo ocuparme primero de ella. Los otros dos no son tan prioritarios, el hombre del cigarrillo estaba más atrás esperando para lanzarme una bola de fuego a la cabeza, el fuego es mi elemento así que no tendré problemas en esquivar sus ataques, incluso puedo usarlos a mi favor. Por el hombre del tatuaje en el cuello me preocupo todavía menos, desde donde estoy puedo ver claramente que está sudando y jadeando del cansancio, está claro que el truco de la pared de piedra lo había dejado exhausto. Muy bien, entonces está claro: Debo acabar con la mujer eléctrica y luego ocuparme de los otros dos.