Libro 2 | Saga Elementos | Aire: La Hija del Grifo

Capítulo 9: Malas noticias

*Amelia

Elizabeth conectó su computadora y preparó todo para una vídeo llamada, era un sistema de llamada para poder comunicarnos de mejor manera, ayuda poder ver una cara amiga en estas situaciones, en sí no es tan diferente a las vídeo llamadas normales pero la diferencia es que nuestras computadoras están encriptadas hasta los dientes para que no puedan rastrearnos. La llamada comenzó y tras un minuto de espera apareció la cara de Marcee, parecía estar ocupada en algo y no se esperaba nuestra llamada:

- ¡Amelia! - Dijo con alegría - Que bueno es verte ¿Cómo estás? ¿Conseguiste hablar con la Elemental de Fuego?

- ¿Cómo supiste que era la Elemental de Fuego?

- Bruno le dijo al consejo - No me sorprende para nada, siendo honesta me alegra que lo hiciera, no me gustaría tener que explicar todo de cero - ¿Cómo está la situación allá?

- Nada bien - Dije con pesar - Hay una Oscura que no me deja acercarme a la Elemental de Fuego, dijo llamarse Lucia Johnson, pero también se apodaba así misma como La Tigresa del Rayo - La cara de Marcee cambio a una de sorpresa, parecía estar pensando "¿Cómo diablos sigues viva?".

- ¿Te enfrentaste a ella? - Me preguntó sorprendida.

- Si yo no llego no la cuenta - Dijo Elizabeth con ganas de molestar.

- ¡Ey! Lo tenía controlado - Protesté ofendida, pero la verdad ni yo misma me lo creía.

- Sí, claro - Dijo mofándose.

- Pues tuviste suerte de que Elizabeth estuviera ahí - Intervino Marcee - Lucia Johnson a sido uno de nuestros mayores problemas, en los últimos tres años a estado matando y engañando a nuestros miembros, nos a puesto en muchos aprietos, dicen que tiene el nivel para enfrentarse a uno de los 10 Cometas - Aquí aclaro que los 10 Cometas son nuestros diez mejores guerreros, son los que viven en las casas que rodean al Monasterio del Cielo y reciben un entrenamiento especial directamente de las 5 Estrellas.

- En resumen: Es fuerte - Gracias por la explicación Elizabeth.

- Sí - Dijo Marcee con pesar - Tuviste mucha suerte Amelia, normalmente sus oponentes terminan sin cabeza cuando pelean contra ella, y lo digo literalmente.

- ¿Qué hago ahora? - Pregunté procurando no mostrar mi miedo, pero la verdad es que estaba temblando por dentro.

- Busca a la Elemental de Fuego y llévala a un lugar apartado, explícale todo y si es necesario muéstrale tus poderes - Me explicó Marcee con un tono de liderazgo muy marcado, agradecí el poder usar mis poderes frente a ella, eso lo hace más fácil.

- Hay un parque a dos cuadras de su casa, pero ya no alcanzo a citarla hoy - La verdad es que no iba a volver a esa escuela ni a punta de pistola, además de que ya sonó la campana final del día - Tendré que hacerlo mañana.

- Bien - Dijo Marcee satisfecha - Ten cuidado Amelia.

- Lo tendré - Y la llamada se cortó.

Me fui al cuarto y me di una relajante ducha, me tiré en la cama y me quedé dormida. Cuando desperté era casi de noche y caí en la cuenta de que seguía desnuda, sabía que no iba a poder dormir en un largo rato, así que decidí que lo mejor sería echarle un vistazo a Jessica. Lucia Johnson había dicho que quería matarla así que hasta que le explique la situación lo mejor será vigilarla de cerca, me vestí y salí a Los Rosales para verla. En lugar de ir por la puerta principal, fui por la "entrada trasera" que era en realidad una extensión de árboles que daban con el vecindario, cuando ubiqué la casa de Jessica me subí al árbol más grueso y con las ramas más fuertes. La ventana de su cuarto estaba abierta, pero ella no estaba por ningún lado, decidí vigilarla por un par de horas para asegurarme de que aquella mujer no viniera a matarla, tenía lista mi navaja y estaba preparada para lanzar mi mejor corte. En eso escucho como Jessica entra a su cuarto, giro la vista para ver cómo está cubierta con una toalla y tiene el cabello mojado y aplastado, claramente acaba de salir de la ducha, cerró la puerta detrás de ella, le puso seguro y llevó sus manos a la toalla, usé el viento para que una rama viniera a cubrir mi vista, lo último que quiero es que piense que soy una acosadora y una mirona: