Capítulo 31: Aire vs. Piedras

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*Amelia

Hoy había sido un día bastante agradable pese a la situación, resulta que los noticieros de todo el país de alguna forma se enteraron del homicidio de Ana y John Anderson, y que Jessica y Jordan estaban desaparecidos. Tuve que pedirle a Alex que cambiara la fecha del vuelo, por suerte él se me adelantó y lo hizo antes de que yo llamara, sabía que no estaríamos a salvo hasta que llegáramos a Nepal, pero aun así logré relajarme un poco hoy. Estaba feliz porque Jessica me pidió ser su novia formalmente a lo que yo acepté con gusto. Estaba convencida de que solo tendría que preocuparme de la policía y a lo mucho del FBI o la INTERPOL, pensaba que ya podríamos irnos al templo, que subiríamos al avión y nos iríamos a Nepal, pensaba que finalmente podría descansar, que podría pasar un día normal en la orden con Jessica, tal vez incluso tener una cita e ir al cine o a cualquier otra parte como cualquier pareja, pero el destino tenía otros planes. Cuando entramos al aeropuerto nos encontramos rodeados de Oscuros, nos habían tendido una trampa y nosotros habíamos caído de lleno en ella.

Había un total de 17 Oscuros rodeándonos y la persona que los lideraba no era otra que Lucia Johnson, la auto nombrada Tigresa del Rayo. Junto a ella estaba la mujer que Amy describió, una mujer castaña de unos treinta años, sumamente maciza, si llegara a compararla con Max estoy segura de que mi amigo de toda la vida perdería con ella en pulseadas, para mi sorpresa me enteré de que su nombre era Martha y que además era la novia de Lucia y para terminar de confirmarlo se besaron frente a todos, aunque había algo raro en Martha, su conexión parecía tener algún tipo de conflicto, como si luchara por mantenerse en un lado, pero quisiera ir a otro. Tras insultarnos a todos nosotros, sobre todo a Jessica, nos amenazó de muerte tras descubrir, por error mío, la relación entre nosotras, esto enfureció a Jessica y tuve que retroceder varios pasos para evitar quemarme por las llamas que salían de sus brazos:

- Si te atreves a ponerles un dedo encima ¡TE MATARÉ! - Estoy segura de que si las miradas mataran, la de Jessica no dejaría ni el alma.

Me puse en guardia creando un pequeño vórtice a mí alrededor, lista para pelear. Jordan desenfundó un cuchillo de cazador y se puso en guardia para usarlo en conjunto con un machete, le pasó otro machete a Amy quien usó las llamas de los brazos de Jessica para envolver la hoja con fuego. Los Oscuros no se quedaron quietos y se prepararon para pelear, Lucia tocó la pantalla de un computador y su cuerpo quedó envuelto en electricidad, Martha cubrió su brazo izquierdo de piedra, cemento y mármol, formando una gran garra de piedra, hizo lo mismo con su pierna derecha la cubrió casi por completo, su mano derecha quedó cubierta por una nudillera con picos muy afilados y su pie izquierdo quedó cubierto por un zapato de piedras:

- Por cierto, chica de aire - Lucia me llamó con un tono malvado y despreocupado, cosa que me dio muy mala espina - ¿Reconoces a este sujeto? - Y sacó de detrás de un mostrador una cabeza decapitada, me puse a llorar sin control en ese momento, apenas pude mantenerme en guardia - Lo atrapamos mientras salía del aeropuerto, creo que dijo que su nombre era Alex - Y empezó la carnicería.

Jessica atacó a Lucia con un puño llameante, Jordan y Amy empezaron a pelear contra los demás Oscuros, solo quedaba Martha. Estaba ahí parada, estoica y con una mirada triste y vacía, parecía estar confundida y cuando nuestras miradas se cruzaron pude ver que parecía estar esforzándose en ocultar algo. Su frente estaba brillando por el sudor que bajaba por ella, ni siquiera habíamos empezado a pelear y ya estaba sudando, definitivamente está ocultando algo, cuando se dio cuenta de que la estaba mirando arremetió contra mí.

El primer golpe fue lanzado con la nudillera, el cual esquivé haciéndome a un lado, luego intentó atraparme con la garra, pero yo lo esquivé agachándome y dejando que la garra pasara sobre mi cabeza. Concentré el aire en una esfera de aire y la estrellé en su abdomen, tuve que poner mucho esfuerzo para hacerla retroceder. Cuando salió despedida hacia atrás usó sus extremidades inferiores de piedra para frenar y en el proceso dejar marcas en el suelo. Me puse en guardia nuevamente y me preparé para atacar, pero esta vez no solo con ráfagas de aire:

Libro 2 | Saga Elementos | Aire: La Hija del GrifoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora