*Lucia
Volví a tener otro sueño sobre mi pasado, pero este no era del orfanato o de Rosa, era de dos años después de unirme a la Orden de las Sombras, estaba en el gimnasio de nuestro centro en Alabama, veía a mi yo de 18 años practicando sus patadas contra un saco de arena colgado de una cadena al techo. A su lado estaba una Martha más joven, también de 18 años, levantando pesas de unos ocho kilos, recuerdo que a veces la miraba reojo y la veía con admiración, pues ella siempre me apoyaba cuando algún imbécil quería pasarse de listo, pero también recuerdo como mi mirada se desviaba a sus senos cada vez que la veía mucho tiempo. Martha en aquella época era mi mejor amiga, era la única que me cuidaba de los adultos del lugar, todos le temían y la respetaban, pues aunque no era alumna de la Sombra de la Tierra, si era mucho más fuerte que cualquier adulto del centro y fue una de las cinco candidatas para ser aprendiz del hombre que ocupaba aquel puesto.
Después de la muerte de Rosa estuve vagando sin rumbo durante un año, sobreviví robando y matando si la situación lo requería. Sin embargo, un día me encontré con Martha y ella me llevó al centro donde empecé a entrenar. No quería enamorarme de Martha, aún tenía el recuerdo de Rosa muy presente en mi mente, pero al final su forma de ser, su seguridad y fuerza me conquistaron, pero para ese punto ella aún no lo sabía. Siempre hacíamos bromas y nos divertíamos molestando a cuanto idiota se nos cruzara por el camino, pero ese día ella hizo algo que me sorprendió mucho. Mientras daba una patada ella dejó caer la pesa al suelo y se dirigió hacia mí con una mirada de confianza:
- Oye Lucy – Me llamó mientras se acercaba a mí, me puso el apodo "Lucy" pocos días después de conocernos, siempre segura y confiada – ¿Quieres hacer una apuesta?
- ¿De qué se trata? – Le pregunté confundida y a la vez intrigada, se puso detrás del saco de arena que hace unos momentos estaba golpeando y empezó a explicar las reglas.
- Si logras moverme de aquí con una patada, haré todo lo que tú quieras hasta la media noche – Eso era muy interesante, pero sabía que había una trampa.
- ¿Cuál es la trampa? – Ella soltó una pequeña risa y me miró directo a los ojos con mucha seguridad.
- Si no logras moverme, entonces tú harás lo que yo diga hasta la media noche.
- Bien – Dije muy segura de mis palabras, aunque sabía que no iba a ganar.
Lancé una patada con todas mis fuerzas y desde luego Martha no se movió ni un centímetro, ni siquiera parpadeo cuando lancé mi golpe y solo estaba sosteniendo el saco con una mano, sabía que eso iba a pasar así que me aparté:
- Bueno, perdí ¿Qué quieres que haga ahora? – Ella echó un vistazo a la puerta para asegurarse de que nadie estuviera viendo, luego volvió a mirarme y me dijo.
- Me dieron permiso de salir y quedarme fuera toda la noche – Me sentí feliz por ella, pero no entendía qué tenía que ver conmigo – También me dieron permiso de llevar a alguien conmigo, entonces lo que quiero es... – Se me acercó a la oreja y me susurró algo que jamás olvidaré – Quiero que te pongas muy bonita porque voy a llevarte a cenar – Se separó de mi oreja conmigo sin poder respirar – Te espero en la puerta a las 8:00pm
Y tras eso se fue, yo me quedé ahí un rato hasta que mi cerebro terminó de procesar todo lo que pasó: Martha me acaba de invitar a una cita y desde luego no podía rechazarla, después de todo había acordado hacerle caso hasta la media noche, además de que sí quería ir con ella. Me vestí con lo mejor que tenía, que en resumen era una blusa azul eléctrico con detalles en dorado y unos jeans rasgados de color negro, salí a verla y justo como había dicho me esperaba en la puerta de nuestro centro, que para hacerla corta era un hotel de la mafia bastante grande, con gimnasio, spa, entre más comodidades. Martha estaba muy bonita, usaba una blusa de color verde pasto, con una cinta marrón en su hombro y unos jeans elásticos de color marrón, mi yo más joven se le acercó y las dos se fueron a cenar.
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Libro 2 | Saga Elementos | Aire: La Hija del Grifo
FantasyUn espíritu libre, criada en un templo en las lejanas montañas de Nepal, Amelia se embarca en una aventura para encontrar a otro de los Elementales, lo que ella no sabe son los problemas que tendrá que superar para concluir un viaje que apenas comie...