Dedicado a: EditorialStellar
*****
*Amy
Habíamos ganado, vencimos a 17 Oscuros siendo solo dos, claro que Jessica y Amelia estuvieron increíbles, pero a final de cuentas Jordan y yo hicimos casi todo el trabajo, pero incluso de esa forma hicimos que los Oscuros huyeran con la cola entre las patas. No esperaba que Jessica usara Las Llamas de la Noche Eterna, se supone que es una técnica que solo se puede usar después de un duro entrenamiento, supongo que los Elementales no tienen los mismos límites que el resto de nosotros. Sin embargo, no fue una victoria perfecta, Amelia y Jordan habían resultado heridos. Jordan se dislocó el hombro y Amelia tenía la pierna herida, probablemente podría curarse a sí misma, pero después de una pelea como esa, seguramente no tiene la fuerza para ello.
Cuando nos acercamos a ella vimos que se sujetaba la pierna gimiendo del dolor que sentía, Jessica estaba arrodillada a su lado y se notaba que estaba preocupada por su novia y la entiendo, si Jordan estuviera en esa posición yo estaría muerta de preocupación:
- ¿Estás bien roja? – Le preguntó Amelia a Jessica tratando de poner una sonrisa en su rostro.
- Yo estoy bien ¿Qué hay de ti? – Le regresó la pregunta, parecía al borde de un ataque.
- No está rota, pero no creo que pueda caminar – No me sorprende, si peleo contra esa mujer es un milagro que aún tenga todos los miembros del cuerpo en su lugar.
- Puedo curarte en el avión – Propuse causando que todos voltearan a verme en busca de una explicación.
- ¿Puedes usar el fuego para curar a alguien? – Preguntó Jessica confundida, ay la inocencia de los novatos.
- No – Respondí con firmeza – Pero puedo vendarle la pierna para que la herida no empeore y pueda sanar un poco en el camino a Nepal – Expliqué con calma y rápido para no perder más tiempo del necesario.
- Hay que ir al avión – Dijo Amelia y acto seguido trató de levantarse, no puedo creerlo, no sé si Amelia es muy dedicada con su misión o muy estúpida, si su pierna no está rota y solo tiene una fisura en el hueso, moverse podría terminar de romperla, Jessica le hizo sentarse otra vez en el suelo – No podemos perder el avión Jessica, nos mataran si nos quedamos aquí.
- ¡LO SÉ! – Su grito pareció resonar en todo el lugar y comenzó a llorar – Sé que tenemos que irnos, pero por favor no te muevas.
Ayudé a Jessica a cargar con Amelia, salimos con Amelia apoyada en nosotras, pero había otro problema: El avión no estaba por ninguna parte. No veíamos ningún avión, todo estaba completamente negro por la oscuridad de la noche, solo unas cuantas luces en la pista iluminaban un poco el lugar. Si no encontramos el avión pronto los Oscuros volverán, y no estamos en condiciones para una revancha. Es como si algo no quisiera que fuéramos a Nepal:
- Muéstrales en dónde estamos – Le dijo Amelia a Jessica, dejando a todos confundidos – Dispara tres bolas de fuego al cielo y ellos nos responderán disparando una bengala.
Jessica hizo exactamente eso, disparó tres bolas de fuego al cielo, pero no hubo respuesta. Sabía que si no encontrábamos el avión, no la contaríamos esta vez. Tras lo que pareció una eternidad escuchamos el sonido de un disparo y una luz ascendió al cielo, una bengala. Corrimos tan rápido como pudimos al avión, nunca me interesaron los aviones, pero hasta yo reconocía el famoso Boeing-747, con una joroba sobre la cabina del piloto y dos motores en cada ala.

ESTÁS LEYENDO
Libro 2 | Saga Elementos | Aire: La Hija del Grifo
FantastikUn espíritu libre, criada en un templo en las lejanas montañas de Nepal, Amelia se embarca en una aventura para encontrar a otro de los Elementales, lo que ella no sabe son los problemas que tendrá que superar para concluir un viaje que apenas comie...