Capítulo 8: La Tigresa del Rayo

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*Amelia

El lunes llegó en un parpadeo, me vestí con una polera gris con capucha de mangas cortas, unos jeans negros y unos zapatos Adidas negros con rallas blancas, me guardé una navaja en mi bolsillo, no puedo usar mis poderes en público, así que sirve tener algo con lo que defenderse, además de que me puede servir para algo más. Me fui a la escuela muy temprano, apenas estaba saliendo el sol y los autos apenas circulaban por las calles. Llegué al cabo de unos minutos, por alguna razón tenía un mal presentimiento, como si algo malo fuese a suceder en cualquier momento, me senté en una banca que había en la calle enfrente de la entrada de la escuela, la cual estaba muy maltratada. Le faltaba una muy buena mano de pintura, las puertas de madera estaban podridas y apenas se sostenían de unas bisagras oxidadas y viejas, el letrero de la escuela, en el cual debería leerse el nombre de la misma, estaba tan viejo, oxidado y maltratado que ya no podía leerse el nombre de la institución.

Sentía lastima por todos aquellos chicos que estudiaban en este lugar, muchos de ellos seguramente tenían un enorme potencial, pero ya sea por sus padres irresponsables que solo quieren deshacerse de sus hijos por un par de horas, o por padres amorosos y devotos, pero que son personas de muy bajos recursos, muchos jóvenes terminaban estudiando en esta escuela de porquería. Finalmente tras un largo momento, en el que pensaba lo idiotas y despreciables que pueden ser algunos padres, ocurrió lo más inoportuno de todo, parpadee un momento y la vista que tenía al frente cambió. Aparecí sentada en una roca a un kilómetro de aquel árbol de manzanas, y echado frente a mí en el prado se encontraba el Grifo:

- ¿Qué pasa Grif? – Sí, le puse un apodo cariñoso al legendario Grifo – Estaba en medio de algo.

- Quería advertirte que hay peligro en la zona – Dijo apenas levantando el pico, esas me confundieron mucho.

- ¿A qué te refieres? – Pregunté confundida, pero mentiría si digo que no estoy preocupada, cuando Grif dice que algo malo pasa es mejor hacerle caso, lo digo por experiencia – ¿Qué clase de peligro?

- No estoy seguro – Dijo pensativo – Mis capacidades en este mundo son muy limitadas, no puedo saber exactamente qué es, pero estoy seguro que no es nada bueno, ten cuidado.

- Gracias por avisarme – La verdad es que cuando se pone a pensar de manera tan seria, entonces es mejor andarse con cuidado, no por nada lo llamaban El Sabio Protector de los Cielos.

- No me lo agradezcas, solo asegúrate de llevar a esa chica a un lugar seguro – Me parecía que sus palabras ocultaban algo – Quién sabe, tal vez te lleves muy bien con ella – Sentí un ligero ardor en mis mejillas, era una combinación entre ira y vergüenza.

- No soy esa clase de chica – Le dije con rabia mientras luchaba para que mi cara no se incendiara – No ando por ahí tirándome a la primera chica o al primer chico que se me cruza por la calle – Sí, oyeron bien, me gustan los chicos y las chicas, soy bisexual y no me da vergüenza en admitirlo.

- Solo estoy bromeando niña – Logré darle una sonrisa, es agradable hablar con Grif, él sabe escuchar, da muy buenos consejos, es muy gracioso cuando se lo propone y es un gran amigo – Como sea, ten mucho cuidado Amelia.

Y regresé a la banca frente a la escuela, pensé que la campana ya había sonado y que tendría que entrar a la escuela y hablar con Jessica en el descanso, pero entonces la campana sonó y pude ver a algunos chicos entrar corriendo para no llegar tarde, esa era mi señal. Salí corriendo a la puerta y aminoré el paso unos metros antes de llegar al umbral. Cuando entré traté de buscar el cabello pelirrojo de Jessica, pero no tuve suerte, entonces sentí una mano en mi hombro. Me giré para ver quién era y me topé con una profesora, era un poco alta, rubia, con ojos marrones y debo admitir que era muy atractiva:

Libro 2 | Saga Elementos | Aire: La Hija del GrifoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora