*Amelia
Estuvimos corriendo por al menos una hora y media, estábamos cansadas, pero teníamos que encontrar a Jessica, así que seguimos corriendo pese a las quejas de nuestras piernas, pero parecía que caminábamos en círculos. El padre de Amy nos llamaba cada diez minutos para decirnos que no encontraba nada en la zona a la que lo envíe a buscar y cada vez que nos decía eso yo le pedía que ampliara su área de búsqueda, pero sabía que eso era inútil. No encontraríamos a Jessica de esa forma, estábamos buscando a ciegas. Entonces tuve una idea desesperada y que era mi último recurso en estas situaciones. Nos detuvimos en una parada de autobús y nos sentamos un momento, tanto a Amy como a mí nos faltaba el aire, pero descansar no era lo que quería, me crucé de piernas en la banca y puse mis manos de manera tal que parecía estar meditando, Amy me vio con la ceja levantada, como si pensara que me había vuelto loca, pero no, ni de lejos:
- ¿Qué vas a hacer? - Me preguntó confundida.
- Voy a hablar con el Grifo - Ella me miró como si estuviera más loca que una cabra y tal vez tenga algo de razón en eso.
- ¿Puedes hacer eso? - Había tal asombro en su mirada que parecía que sus ojos se fueran a salir de sus orbitas, aunque siendo justos los Desertores y sus hijos tienen muy poca información respecto a estos temas.
- Si, pero tiene un costo - Su mirada cambió de asombro a confusión en un instante - Para empezar, mientras esté hablando con él mi cuerpo quedará como un vegetal, estaré respirando, pero no podré moverme o sentir lo que pase en este mundo, sin mencionar el factor tiempo - Eso hizo que ahora hubiera preocupación en su mirada - El tiempo en ese mundo pasa de forma distinta, a veces los segundos aquí son horas allá, otras veces los minutos allá pueden ser horas o días en este mundo, y a veces el tiempo pasa con normalidad, es toda una locura - Su mirada ahora tenía miedo y no la culpo, podrían pasar días hasta que volviera y para entonces Jessica estaría muerta - Pero eso no es lo peor, lo peor es que para hablar con el Grifo se necesita mucha energía, demasiada. Lo que digo es que cuando vuelva estaré casi sin fuerzas y no podré defenderme hasta que me recupere al menos un poco - Bueno, si vas a hablar con una bestia elemental súper vieja y poderosa tendrás que pagar un boleto caro para viajar.
- Tranquila, yo cuido tu cuerpo - Me dijo muy segura, pero no iba a perder la oportunidad para una broma.
- Eso suena como a que vas a engañar a tu novio - Su expresión cambió y me dio un golpe en el hombro.
- Solo me gustan los chicos, no te hagas ilusiones.
- A mí me gustan cuando se ponen difíciles.
- Cállate y ve a hablar con el Grifo.
Después de unas cuantas risas cerré los ojos y me conecté a la Energía de la Naturaleza y al cabo de unos segundos aparecí bajo el árbol de manzanas, me levanté rápidamente y me puse a buscar a Grif, pero no estaba por ninguna parte, entonces me puse a llamarlo a gritos:
- ¡Grif! - No hubo respuesta - ¡GRIF! - Finalmente apareció volando y aterrizó frente a mí - Necesito ayuda para encontrar a Jessica - Él me miró como si estuviese delirando.
- El Fénix aún no despierta por completo, no puedo saber dónde está exactamente - Entonces fue que tuve una pequeña idea.
- Pero sabes que está despertando - Me echó una mirada de incomprensión y curiosidad, estaba impaciente por una explicación - Entonces puedes sentir la presencia del Fénix, o bueno, al menos un poco de esta, si puedes sentir un poco de su presencia entonces deberías ser capaz de ubicar el aérea de la ciudad en donde se encuentra - Si no podía decirnos una ubicación exacta, al menos debería poder darnos un lugar aproximado.
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Libro 2 | Saga Elementos | Aire: La Hija del Grifo
FantasyUn espíritu libre, criada en un templo en las lejanas montañas de Nepal, Amelia se embarca en una aventura para encontrar a otro de los Elementales, lo que ella no sabe son los problemas que tendrá que superar para concluir un viaje que apenas comie...