Libro 2 | Saga Elementos | Aire: La Hija del Grifo

Capítulo 7: El incidente

*Amelia

- Sabía que tarde o temprano Ivan enviaría a alguien a matarme - Sentí lastima por el hombre, tenía una expresión de cansancio en la mirada, como si hubiera esperado este día durante 18 años - Solo prométeme que dejaras en paz a mi esposa y a mi hija - En ese momento sentí como me llenaba de ira, Ivan ha tenido asustado a este pobre hombre y a su esposa por 18 años ¿Qué clase de persona es capaz de hacer algo así?

- Señor - Dije finalmente con bastante precaución - No estoy aquí para matarlo - Al oír esas palabras su expresión cambio por una de sorpresa y confusión, pero se notaba que se sentía aliviado - Estoy aquí porque la Orden de la Luz necesita de su ayuda.

El hombre muy confundido me invitó a pasar y tomar asiento en la sala, me ofrecieron un vaso de jugo de naranja a lo que yo acepté sin quejas, la verdad es que sí tenía algo de sed. El hombre y su esposa se sentaron en la sala y Amy se sentó junto a ellos. El hombre, quien se suponía era Matthew Simons, tenía un porte imponente a la vez que apacible, se podría decir que era un oso de peluche con aspecto de tigre de bengala a punto de atacar. La mujer, quien creo es Laura Simons, tenía una postura amable, pero también tenía una mirada dura que decía algo como: "No me hagas perder el tiempo", ver esa mirada en esos ojos azules le daba un aspecto bastante intimidante, se nota que ese aspecto viene de familia, Amy es la viva imagen de su madre, pero su actitud se parecía más a la de su padre, era la combinación perfecta de ambos lados de la familia. Una vez terminé mi jugo empecé a hablar:

- Bueno, creo que lo mejor será empezar desde el principio: Mi nombre es Amelia y soy la Elemental del Aire - Sus rostros no se inmutaron, aunque no me sorprende porque les deje ver desde el primer momento mi cabello y mis ojos, además de dejar activada mi conexión - Estoy en Kansas City para buscar a la Elemental de Fuego ahora que ya la encontré solo me falta llevarla a Nepal - Expliqué muy atenta a sus reacciones.

- ¿Eso qué tiene que ver con nosotros? - Preguntó la señora.

- Ustedes son Laura y Matthew Simons ¿Verdad? - Ellos asintieron - No quería ser yo quien lo dijera, pero su hija Amy, me ha estado dando información sobre la ciudad - Los dos voltearon a ver a Amy sorprendidos y confundidos, no quería meterla en problemas pero tenía que decirle a sus padres los detalles, había que ser sincera para que no hubiese malentendidos en esta conversación - La orden sabe bien que su expulsión se dio bajo circunstancias dudosas así que me permitieron darles el permiso de participar activamente en esta misión - Era una verdad a medias, lo cierto es que Bruno solo dijo que Amy podía participar, pero viendo lo complicado de la situación creo que es mejor tener toda la ayuda posible.

- Creo que nosotros ya le dimos todo a la Orden de la Luz y mira cómo nos pagaron - El señor Simons estaba visiblemente molesto - ¿Nunca te contaron por qué nos expulsaron?

- Porque no hicieron lo que Ivan quería y no cumplieron la misión a su manera - Aventuré con cautela.

- En parte, pero esa no fue la verdadera razón - Lo miré confundida - Nos expulsaron porque lo desafiamos y nos negamos a aceptar sus términos, nos expulsaron porque nos defendimos de él - Las luces de la casa empezaron a parpadear y me di cuenta de que aquel hombre tenía afinidad con el elemento rayo, su esposa lo tomó de la mano y él pudo calmarse.

- ¿Qué pasó? - Pregunté con ganas de saber la verdad.

- Había llegado un reporte de que los Oscuros tenían una base de operaciones en Chicago y que se estaban organizando para acabar con los miembros de una unidad de Iluminados que había en la zona. Nos mandaron a Laura y a mí, junto con otros treinta miembros como refuerzos, Ivan acababa de asumir el cargo de la Estrella del Aire y fue él quien diseñó la estrategia para la misión, "elimínenlos a todos y que no quede ninguno" esas fueron sus palabras - Eso sin duda suena como algo que Ivan diría - El ataque comenzó como estaba planeado, pero fue una auténtica masacre para ambos bandos, de los cincuenta Iluminados que había en nuestro bando, solo diez estaban en condiciones de pelear, los demás o estaban muertos o muy heridos para seguir en la batalla. Finalmente llegamos al almacén en donde se escondía el cabecilla del grupo de Oscuros, pero cuando entramos nos dimos cuenta de que tenían niños como rehenes, pero no eran solo unos pocos, eran cerca de 40 niños. El cabecilla se vio superado en número y huyó del lugar antes de que lo atrapásemos. Estábamos a cargo de la misión y nosotros no podíamos dejar a esos niños ahí, resulta que no eran niños normales. Todos ellos tenían una conexión con la Energía de la Naturaleza y los Oscuros querían convertirlos en miembros de la Orden de las Sombras.