CASTIGADA

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POV ADINA

- ¿Te parece ir a otro lugar?- me pregunta Milo, al terminar de pagar la cuenta.

-No crees que es un poco tarde.

Mira el reloj de su muñeca para luego voltear a verme con un sonrisa traviesa, haciendo sentir más pequeña de lo que soy.

- Aún queda tiempo, te prometo que te divertirás.

Dicho eso, salimos del restaurante y ir en busca de su auto. En eso me detengo en seco al oír una voz  bastante familia.

-¡Adina!- me giró encontrándome a un Adán, hecho una bestia. Se aproxima a nosotros de manera peligrosa.

Entro en pánico al ver la mirada sombría que reflejan sus ojos, Milo me pone atrás de él brindándole protección.

-¡¿Quién es él?!- preguntó sin dejar de escanear a Milo para después mirarlo de forma desafiante.

-É-Él....

Maldita sea parece que la lengua se me ha torcido dejándome como una retrasada.

-Soy Milo- le tiende la mano a Adán y eso hace que esté lo miré con furia.

-¡Se puede saber con que derecho te llevas a mi novia!- abro los ojos con plato por oír aquella mentira.

-¿T-Tú novia?- la voz de Milo sale en un susurró.

Adán le sonríe de manera cínica, su mirada va hacia mí y me ve enojado.

- Así es, no te enseñaron a respetar lo ajeno.

Ahora la que lo mira con molestia soy yo, quien se creé este idiota para tratarme como si fuera de su propiedad. No señor a mi nadie me trata de esa forma, a mi me respetas.

-Yo no soy dueña de nadie, me fui con Milo porque tú y Adela me dejarán abandonada. Aparte él no es ningún desconocido, porque Milo y yo somos amigos desde la infancia y a venido para quedarse.

Adán aprieta la mandíbula, pobre si sigue así los dientes le durarán muy poco. En eso siento como Milo relaja un poco su cuerpo, aunque se el motivo de ese susurró.

-Ahora que te encontré, te llevaré a casa- me toma fuerte del brazo pero con mi otro brazo libre le doy un golpe en el estómago.

-¡No iré a ningún lado contigo!- observó mi brazo y hago una mueca al mirar sus dedos marcados sobre mi piel.

-¡Mira lo que le hiciste imbecil, a caso no te enseñaron a respetar a una dama!- le da un golpe en la cara a Adán por el impacto retrocede pero se recupera rápido y se balancea sobre Milo.

Gritó por ayuda, mientras intentó separar a estos dos gorilas prensados. Me quedó quieta al sentir algo bajar por mi nariz, alzó la mirada encontrándome con cuatro pares de ojos, mi vista comienza a nublarse y lo último que oí fue que no cerrará los ojos pero ya era demasiado tardé.

..............

El sonido de una máquina, hace que abra los ojos de golpe. La luz blanca encandila mis ojos así que lo vuelvo a cerrar, los abro despacio intentando acostumbrarme a la odiosa luz.

Una sensación cálida siento entre mis manos, miro abajo encontrándome con un Milo sosteniendolas. Sonrió con ternura al verlo arrugar su frente mientras duerme.

-M-Milo- lo llamó, se remueve un poco pero sigue dormido. Comienzo a mover mis manos pero aprieta más el agarre.

-¡Milo, despierta!- gritó, grave error él pobre se sobre salta y cae de la silla.

Prometo Recuperarte (Serie Prometo #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora