NO LLEVA MI SANGRE

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Milo

El sonido del agua cayendo me hace saber que mi lobita se encuentra bañando, salgo de la cama y camino al baño sin tomarme la molestia de cubrir mi desnudez. Entro sin hacer ruido y sonrió cuando veo su cuerpo desnudo a través del cristal, mi polla no tarda en ponerse jodidamente dura por contemplar cada centímetro de su piel ¡Joder! Nunca me cansaré de poseerla, todo que tenga que ver con mi lobita me atrae como cuando una abeja busca el polen en una flor.

Me pongo detrás de ella y su cuerpo se tensa un poco al sentir mis labios besar su hombro, la agarró de la cintura atrayéndola a mi cuerpo y sonrío cuando da un brinco por sentir mi polla entre sus nalgas. Tomo una esponja y comienzo a pasarla en ella de manera lenta, mientras que con mi otra mano libre la llevo a su clítoris.

‒ Dios...Milo... ‒ gime cuando paso la esponja en uno de sus pezones duros.

Continuó dándole placer sin en ningún momento dejarnos de besar. Sus gemidos son música para mis oídos, no soporto más haciéndola sufrir y salgo con ella en brazos rumbo a la cama, la dejo con cuidado en el colchón y me aleje para ponerle pestillo a la puerta.

Subo a la cama y me adueño de sus labios, Adina rompe el beso y de un abrir y cerrar de ojos me encuentro debajo de ella, sin despejar los ojos de cada movimiento que va haciendo,  veo como baja de la cama dejándome desconcertado y con una dolorosa erección.

‒ ¿A dónde vas, lobita? ‒ le pregunto, mientras ella se dirige al clóset.

‒ ¡Muy pronto lo sabrás! ‒ grita desde adentró.

Esperó impaciente a que salga, en eso la veo salir vestida y con una sonrisa maliciosa.

‒ ¿Debes estar bromeando, verdad? ‒ le pregunte cabreado.

‒ No, creíste que nunca me enteraría sobre cómo pones celoso al pobre de Adán  respecto a nuestro hijo con Eli.

¡Maldito brujo!

(...)

Miró con recelo a mi hijo Matías, desde que llegó el idiota de Adán he desaparecido para él y todo lo que gira alrededor de mí hijo. Pero ya veremos cuando crezca y atraiga la atención femenina, Adán sentirá lo mismo que yo y me voy a reír en su cara cuando Matías nos presente a su primera novia.

‒ Papi ‒ la voz de mi otro hijo llamándome hace que aparte la mirada del maldito brujo.

‒ ¿Qué sucede, mi pequeño? ‒ le pregunto, por respuesta lo único que obtengo es que me señala a la gamma.

‒ Ella me cae mal, papá ‒ su confesión me deja asombrado.

‒ Jazmín solo intenta protegerte ‒ le digo, no puedo permitir que ellos se alejen de sus respectivas parejas.

Aunque me cueste aceptarlo y que nunca lo diré en voz alta, estoy orgulloso que encontraran antes a esas personas que amarán y les traerán alegría, sólo tengo que controlar mis celos cuando intentan robarme la atención de ellos.

Otra cosa que jamás permitiré es que Argenis deba desarrollar su instinto de cazador, nunca me perdonaría que algún día llegue a lastimar a esa gamma. Esa chica la vida a sido injusta con ella y un error que comenta Argenis puede causar su perdición.

‒ Señor Milo necesito hablar con usted de algo importante ‒ el tono de la voz de la gamma, me hace entender que algo anda mal.

Dejo en el suelo al pequeño Argenis, quien nos mira con el ceño fruncido. Ignoro los gestos de mi hijo y pongo toda mi atención en la gamma.

‒ Vamos a un lugar más privado‒ asintió y nos alejamos de ahí, ignorando los llamados de Argenis.

Mientras caminamos al jardín, miró de reojo a la gamma y se ve muy nerviosa. No tengo idea de lo que quiera hablar, solo espero que no tenga que ver con la futura relación entre ella y mi hijo.

(...)

No puedo creer lo que me acaba de pedir Jazmín, me opongo rotundamente a sus palabras. Esa maldita bruja con la que fue debe estar equivocada, ahora más que nunca debo encontrar una solución cuanto antes. Jamás permitiré que uno de mis hijos sufra por amor, y mucho menos que una charlatana quiera que se cumpla al pie de la letra el futuro destino.

Nadie debe saber la verdadera originalidad de uno de los mellizos, ni mucho menos mi lobita. No entiendo el propósito de la Diosa Luna por querer perjudicar mi relación con Adina.

Ella me escogió a mí para ser su compañero, ella llegó a mi vida para llenarla de luz, solo ella puede destruirme y mientras yo siga con vida no dejaré que nadie absolutamente nadie me la arrebate de mis brazos.

Adina es mi luz, esa luz que llegó para salvarme de mi destrucción y estamos a dos meses de por fin unirmos ante la bendición de la Diosa Luna, y ahora ella viene con el propósito de arruinar nuestra felicidad.

No sé en que momento llegue a lo más profundo del bosque, quiero gritar todo lo que siento al enterarme que uno de mis hijos no lleva mi sangre y sobre la dichosa profecía. Como es eso posible, no encuentro la lógica como sucedió todo esto, Adina  nunca sería incapaz de haberme engañado y aparte como puede ser posible que dos bebés sean de distintos hombres. Todo esto debe haber una simple explicación, pero como puedo saber la verdad sin llegar a lastimar a los demás.

Tomo asiento en un pedazo de tronco caído, puedo ver a mi alrededor que esta comenzando a oscurecer. He perdido la noción del tiempo por cuanto estuve caminando sin rumbo, se que es tarde y Adina debe estar preocupada ya que salí del departamento sin avisar a donde iba.

‒ ¿Milo? ‒ al escuchar la voz de Isaac, me giró de inmediato y puedo asegurar que mi rostro demuestra sorpresa.

Ese no puede ser mi mejor amigo, no puedo soportar verlo en la manera irreconocible que se encuentra. Aparto mis ojos de él, siento mi corazón doler y un leve picor en mis ojos. Trago grueso para no verme quebrar ante Isaac , se que desde un principio he sido egoísta con él y más al robarle lo que es suyo.

‒ Milo. ¿Qué haces en medio del bosque a estas horas? ‒ su voz suena preocupada, intento volver a mirarlo y esta vez lo miro fijamente a los ojos.

‒ Hoy me enteré que uno de mis hijos no lleva mi sangre.

Puede ver en su rostro asombro y en sus ojos lastima y enojo, no lo culpo, yo me siento igual o peor que él. Intenta acercarse a mí, pero le indico que se detenga. No quiero que nadie sienta lastima por mi ni mucho menos vean a Adina como la prometida infiel.

‒ A caso esa mujer... ‒ no dejo que termine de hablar, me voy encima de él.

Siento mis ojos nublarse de un intenso color rojo, todo en mi mente grita que Adina no me engaño. Unos brazos me apartan de Isaac, intento quitarme a la persona que me sostiene, cosa que es imposible ya que parece ser más fuerte que yo.

Dejo de luchar y me quiebro ante las personas que están a mi alrededor, no me importa que me vean frágil, solo quiero desahogar todo lo que siento en este instante. También quiero saber la verdad y porque intentan de separarme de mi lobita, y no descansaré hasta saber el porqué de todo esto.

☆☆☆☆☆☆

     ¡Hola mis lind@s lectores! 🥰

Antes que nada les pido una disculpa por estar desaparecida por varios meses y haber dejado estancada la historia, pero fuera de la plataforma en mi vida personal se me hizo difícil seguir actualizando y mi mente aparte no se sentía inspirada para seguir con la historia. Todavía no estoy segura de cuándo volveré a seguir subiendo capítulos ya que el mes que viene se me va hacer mucho más complicado, pero eso no justifica que la historia no quedara sin finalizar, porque si esta en mis planes que  concluiría, solo tengan un poco de paciencia.

Espero que les haya gustado el capítulo.Nos leemos pronto ❤

                 KeylaIveth 🤗

               

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⏰ Última actualización: Apr 17, 2022 ⏰

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Prometo Recuperarte (Serie Prometo #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora