Prometo Recuperarte (Serie Prometo #1)

NUESTRA PRÓXIMA BODA

POV ADINA

Ayudó Adela acomodar el velo, una sonrisa adorna su cara pero lamentablemente esta no llega a sus ojos. Parece estar pérdida con la mirada, su enorme vientre se ajusta al vestido de novia haciéndola ver adorable.

-¿Estás segura?- voltea a verme y asiente.

-Nunca estuve más que segura, mi hija tendrá a un buen padre.

No digo nada, ella y Máximo son unos idiotas, su orgullo es tan grande que no se dan cuenta el daño que están ocasionando a su hija.

-Iré por el ramo.

No obtengo respuesta de su parte y salgo de la habitación. Llegó a la planta baja viendo los hermosos arreglos de la mansión, me detengo en seco al ver a mi padrino caminando hacia mi dirección.

Al llegar junto a mi, puedo ver que tiene unas feas ojeras adornando su rostro, mira las escaleras e intenta subirlas pero lo detengo.

-No creés que estas siendo egoísta- se gira y pone sus ojos sobre mi.

-Ella me ama. Jamás permitiré que sea de otro hombre, Adela...

Ahora soy yo la que lo interrumpe.

-No, tuviste la oportunidad y la dejaste ir. Ahora debes afrontar la realidad que está a menos de unos minutos ser la mujer de Samuel.

Lo tomo del brazo y lo llevo arrastrando a la puerta principal. Se que nunca me perdonara pero debe escarmentar las decisiones que eligió.

-Adina, tú no...- su voz se quiebra y siento que estoy entre la espada y la pared.

-Ella está decidida a casarse, padrino- se deja caer de rodillas para abrazar mis piernas.

-La amo, yo tengo la culpa que se alejara de mi... pero la necesitó- me rompe el alma verlo tan destrozado.

-Te llevaré a su habitación y la decisión que tome deberás respetarla.

Se pone de pie y subimos las escaleras deprisa para que nadie nos vea. Llegamos a la habitación y le hago una señal para que entre, al cruzar la puerta, no tardan en ponerse a discutir.

.........

De nada sirvió que mi padrino entrará a la habitación, Adela se negó rotundamente. Mi padrino Máximo salió hecho un mar de lágrimas, volteó al sentir una mirada y cierro los ojos al verlo escondido en un muro viendo como Adela y Samuel se besaban ahora siendo un matrimonio feliz.

-Espero que se arrepienta- dice Milo negando a la pareja de recién casados.

-Tuvo sus motivos y si yo estuviera en su lugar haría lo mismo.

Me alejó de él antes que comience a reprochar, con pasos lentos voy hasta donde se encuentra mi padrino,me pongo de cuclillas y lo  abrazó sintiendo como sus lágrimas mojan la tela del vestido.

-Adela me odia...- su sollozo se hace más fuerte, lo único que hago es acariciar su espalda.

-Si tanto la amas, conviértete en su sombra y en cualquier descuido quitársela al marido.

Le doy una mirada a Milo de darte por muerto, lo veo tragar saliva y me mira igual o peor.

-Creó que por primera vez usas tu cerebro, Milo- lo aportó mirando ambos hombres con molestia.

-No le hagas caso a sus estupideces- apunto a mi padrino y luego señaló a Milo- Y tú deberías ir buscando un abogado sino cierras el pico.

Alza los brazos dándose por vencido, busco a mi padrino pero no lo veo por ningún lado.

-¿A donde se fue?

Milo intenta salir corriendo, así que lo agarró del saco. Se retuerce como gusano para que lo suelte pero soy más astuta y lo pisoteo.

-¡Auch! No tienes que ser tan fiera.

Su comentario en vez de darme risa, me pone de mal humor, las benditas hormonas hacen que saque mi lado rudo que ni siquiera conocía.

-Mira estúpido cazador, sino me dices a donde carajos se fue, olvídate....- me calla con un beso.

¡Maldito y sexy cómplice!

Paso mis brazos alrededor de su cuello, el beso es tierno pero a la vez salvaje. Mis bragas ya están húmedas, este hombre con sólo tener un roce ya que tiene empapada.

Nos separamos por la falta de aire, doy la vuelta y restriego mi trasero encima de su pantalón sintiendo como su erección va creciendo.

-Joder...si sigues así no me importará hacerte mía en público- le sonrió de forma traviesa aprobando sus palabras.

-Hazlo, quiero que me tomes de manera salvaje y que todos vean...-me cubre la boca con su mano, viendo como unos niños pasan por nuestro lado.

-Me gustaría hacerlo, pero eso lo dejaremos para más tarde.

.....

-¡Salud por los novios!- el cinismo de Milo de verdad que no tiene remedio.

Horas atrás le aconsejo a mi padrino que se interpusiera en el matrimonio de Adela y ahora termina de dar un discurso demasiado empalagoso para mi gusto.

Lo jalo para que tome asiento, bebe de su copa y su aliento a licor me eriza la piel.

-Deberias de dar uno también.

Entre cierro los ojos, le arrebató la copa y le aviento el vino en la cara. Pasa la lengua sobre sus labios y sólo eso bastó para ponerme otra vez caliente.

-Reconozco esa mirada- me toma de la cintura- Y me estoy conteniendo las ganas de no hacerte mía en está mesa.

-Pues te quedarás con las ganas- lo empujo y contengo una carcajada al verlo tambalearse por lo borracho que está.

La carcajada se esfuma al ver como la pareja de casados viene a nuestra dirección, le hago una seña a Milo y se voltea sin disimulo. Intentó no llevar una mano a mi frente por las idioteces de Milo.

-¡Pero si es mi pareja favorita!- grita con euforia.

En estos instantes quisiera ser un avestruz para enterrar la cabeza en el pasto.

-¿Gracias?- dice Adela no muy convencida pero trata de disimularlo.

Samuel al parecer nota la tensión entre nosotros, y su pregunta me deja confundida.

-¿Y cuando se casan?

-Verás mi querido amigo, nuestra próxima boda será mucho mejor que la de ustedes.

Ruedo los ojos ante la exageración de Milo, aunque no estuviera nada mal en cuanto planeamos la boda sea algo extravagante. No es que critique la de mi amiga pero tal parece que ella ni se molestó en intervenir en ningún detalle.

-¿Estás diciendo que mi boda es aburrida?- dice ofendida Adela.

Milo asiente con cara de disgusto.

-Si, pero sabes qué nosotros si nos cansaremos por amor.

Me quedo helada al ver como ha dado en donde más le duele Adela, creó que la cosas ya se están saliendo de control.

-Milo es mejor que nos vallamos...- me interrumpe.

-No es así Adela, amas a otro hombre y por tu orgullo condenas a esa niña que llevas en el vientre a no ser criada con su verdadero padre.