Prometo Recuperarte (Serie Prometo #1)

Ella No Irá

Adina

Miro como duermen mis cachorros en sus cunas, desde que los tuve entre mis brazos sentí una conexión entre ellos y me llevé el asombro de poder comunicarme con ellos. No decidí comentárselo a nadie, porque no me van creer y lo que menos quiero es que me tachen de lunática.

Todos nuestros amigos quedaron fascinados al conocerlos en especial Adán y su novia Jazmín, ambos desde que los sostuvieron entre sus brazos no desaprovechan ninguna oportunidad para tenerlos otra vez, eso molestó a Milo y casi los corrió del departamento, pero tuve que intervenir por su mala educación hacia ellos, ya que estos solo se encuentran emocionados y tal vez están pensando en pronto escribirle a la cigüeña.

Ahora nuestras amistades más cercanas se encuentran reunidos en la sala ya que mi futura suegra nos organizó una pequeña bienvenida, sin antes pedirme disculpas por no tener con nosotros al padre de Milo, el cual se fue molesto por no conocer a sus nietos.

Desde que me dieron de alta en el hospital he intentado comunicarme con mis padres, pero es como si la tierra se los hubiese tragado. Ellos siempre me avisan a donde van, por si llegará tener algún problema, de cierta forma estoy triste porque se perdieron el nacimiento de sus primeros nietos.

‒ Adina ‒ volteo al oír una voz detrás de mi espalda.

Sonrió al mirar que se trata de Máximo. Su rostro luce serio, él pobre le ha ido muy mal todo lo relacionado con la pequeña Isabel, la cabezota de Adela tal parece que sigue guardando rencor contra Máximo.

‒ ¿Qué sucede, padrino? ‒ preguntó, mientras me alejaba de las cunas.

Él suelta un suspiro y toma asiento en la cama. Al parecer su vida se ha complicado más de lo que se imaginaba.

‒ Adela, esta decida con mudarse a otro país ‒ me acercó a él para abrazarlo.

No puedo creer hasta donde ha llegado el egoísmo de Adela, puede que en el pasado ambos cometieron errores, pero poner de por medio a su hija ¡Esto es el colmo!

‒ Hablaré con ella y le dejaré un par de cosas claras ‒ le digo intentando dejarlo más tranquilo.

De mi depende que entre en razón a esa bruja hueca o de lo contrario tendrá serios problemas conmigo, y uno de ellos será terminar con nuestra amistad. Puede ser un poco infantil, pero no permitiré que ella aleje a la pequeña Isa, de su verdadero padre.

‒ Solo perderás tú tiempo ‒ musita. ‒ Ella no cambiara de parecer ‒ con decir eso rompe en llanto.

Me parte el alma de verlo tan vulnerable, espero que muy pronto se arregle la situación entre ellos antes que lleven su caso a un juicio.

(...)

‒ Brindó por la llegada de los gemelos ‒ dice Adán alzando su copa de vino.

Todos gritan salud y beben de sus copas, por mi parte muy apenas bebo de la copa que contiene jugo de naranja. Cuando puse un pie en la sala en ningún momento aparte la mirada de Adela, tal parece esta ha notado que no aparto la mirada de ella con cada movimiento a tal punto de llegarla incomodar.

Les sonrío forzadamente una vez que terminan de beber, me disculpo con mi cazador para caminar a dirección donde se encuentra Adela. Se que me estoy entrometiendo en su vida, pero si no llega a un acuerdo con mi padrino por lo menos ruego que me escuche.

‒ Adela ‒ le hablo llamando su atención.

Se gira y veo que le susurrar algo a su marido, quien se marcha luego de despedirse de mí. Las dos nos alejamos de los invitados dirigiéndonos a la cocina para que nadie nos interrumpa, una vez ahí dejo salir un suspiro, todo puede terminar mal esta noche, pero debo arriesgarme ya que no soporto mirar a mi padrino sufrir aunque se lo tenga bien merecido por idiota.