VISTA INCÓMODA

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POV OMNISCIENTE

El joven cazador sostenía entre sus brazos a la loba, la alegría en esos  momento lo consumía al oír las palabras que espera algún día pronunciaría sus dulces labios.

Para ambos era nuevo expresar sus emociones, su burbuja de felicidad sentían que nadie podía destruir. En ese instante al decir aquellas dos palabras era un etapa que tenían que descubrir para establecer una relación donde la confianza tenía que ser lo primordial para no romperse.

-Mi lobita en dos semanas iré a visitar a Isaac, así que le pedí ayuda a tu padrino con el aroma- hablo Milo sacándola de su burbuja.

No tenía planeado decírselo en esas  circunstancias por las que estaban, pero no hallaría otra forma más que soltar la noticia de golpe. La visita con su amigo lo inquietaba al no poder ocultar el olor de la loba y él no lo pensaría dos veces para venir por su novia.

-Sabes hoy vi a lo lejos mi hogar y contuve las ganas de no correr a su dirección- soltó sin pensando causándole un gran dolor al cazador.

-¡Es por él verdad! Olvídalo Adina jamás mereció tu amor y ahora piensas en correr a sus brazos.

La beta lo miró confusa, no entendía la repentina actitud de su novio. Solo intentaba explicar lo mucho que extrañaba a sus padres e ir a dejarle todos los días flores a su hermana.

-¡Claro que no! Si seguirás con ese estúpido comportamiento será mejor que te vallas- le dolía en la forma que le hablo. A caso no entendía que ahora lo amaba a él.

-¡Te estás escuchando Adina! No seamos tontos siempre discutiremos por él y lo nuestro así no funcionará. Deja ir a ese imbécil no merece que pronunciamos su nombre en especial tú.

-Mejor oírte tú mismo Milo, siempre lo tendrás presente eres su mejor amigo y no creó que su amistad terminé a menos que le digas que soy tu novia ¿se lo dirás cierto?- con solo su silencio bastó para que Adina se diera cuenta aún estando con ella jamás le diría a Isaac.

-Bien, para ambos será mejor dejarlo hasta aquí. No puedo tener a alguien a mi lado que me oculte como si fuera un fenómeno ¡Vete Milo!

El chico salió de la habitación dejando a una loba con el corazón roto. Cuando estuvo a fuera de la mansión se sintió estupido por discutir por alguien que fue su pasado y ella lo eligió como su futuro.

Los días pasaron y Adina tenia la esperanza que Milo le enviará algún mensaje o viniera a disculparse por su comportamiento infantil pero eso nunca sucedió. Así que siguió con su vida sólo que por las tardes acompañaba a los brujos con sus terapias.

En cambio el joven cazador contuvo las ganas de ir en busca de la loba y pedirle disculpas junto a pedirle otra oportunidad. Pero debía esperar hasta su regreso, no arriesgaría que el jabón perdiera su efecto y el aroma de la chica se instalara de nuevo en su cuerpo.

........

La loba con la miraba buscaba señal de sus amigos, en eso no se dio cuenta que había chocado con alguien tirándole su malteada en la camisa.

-¡Fíjate por donde vas!- le gritó el desconocido.

Alzó la mirada encontrándose con unos ojos grises. El desconocido quedó cautivado por su belleza y se sonrojo por como le había gritado.

-Le pido una disculpa, venía distraída- dijo Adina mirando al suelo.

-Tú eres aquella chica.

Esta vez lo miró directo a los ojos sin entender de que hablaba el joven rubio. El se dio cuenta y le tendió la mano presentándose.

-Soy Abel Miller, el chico que ayudaste en aquel elevador.

Sonrió al recordarlo y estrechó su mano.

-Adina Pierce, encantada de conocerte chico elevador.

Abel alzó una ceja al oír como lo llamaba y soltó una carcajada. Nunca nadie tenía el atrevimiento de decirle de otra forma excepto la chica frente a él.

-Con que el chico elevador, me gusta. Solo hay un pequeño inconveniente.

Adina lo vio con curiosidad y decidió seguirle el juego.

-¿Cuál?

-¿Que tú también debes ponerte un seudónimo?-dijo pensativo intentando buscarle uno.

-Pues eso es imposible chico elevador, porque será la última vez que nos veamos- se alejó de él antes que los gemelos se percate del chico.

-Eso lo decidirá el destino

.........

Milo y sus padres se encontraban enfrente de la mansión Cambell, el en viaje buscaba la manera correcta de como confesarle a Isaac que su alma gemela ahora está con él aunque su relación estaba pausada.

-Hijo, cuando entremos por esas puertas, en tú decisión está decirle la verdad- aconsejó su madre con tristeza.

-Tu madre tiene razón Milo. Debemos estar preparados para una guerra por alta traición.

Sabia que sus padres no les gustaba hablar del tema con referente Adina. Después del día que terminaron sus padres insistieron en traer a la loba a una cena familiar y obviamente tuvo que inventar una excusa relacionado al aroma así pudo darle tiempo para planear como reconciliarse con ella sin acabar golpe por su líder.

Los tres fueron recibidos por una chica del servicio quien les informó que en un momento Isaac y su padre estarían con ellos. Milo se sorprendió al ver que han remodelado toda la casa y sus ojos se fijaron en un cuadro donde posaban dos niños jugando con la nieve.

-Somos Adina y yo cuando teníamos tres años, éramos los mejores amigos- la voz de Isaac hizo que arrugara la frente.

No entendía porque seguía sufriendo, ella era feliz al no tenerlo cerca. Su estadía en el mundo humano le daba la tranquilidad que en la manada jamás le brindó y ahora llega al lugar totalmente cambiado y no solo eso sino que buscan a su reina.

-Veo que también una de nosotros- señaló el cuadro pequeño nada comparado al anterior que era grande.

-Ahora todo es diferente Milo. Me di cuenta muy tarde que dejé ir lo más valioso que me he tenido en la vida.

Un ambiente incómodo se sentía en cada rincón de la sala. Todo quedó en silencio por las palabras del nuevo rey sin saber que su acompañante se moría de celos en la forma que hablaba de su ex novia.

-Pasemos al comedor, deben estar muertos de hambre- el padre de Isaac rompió el hielo.

-Vamos- hablaron al mismo tiempo los padres del cazador.

Todos se dirigieron al comedor pero el alpha Castiel detuvo a Milo. Quien lo miró extrañado por la actitud amarga que tenía el día de hoy.

-Tenemos una charla pendiente sobre Adina- murmuró viendo a la dirección que se fueron los demás.

-Usted y yo no tenemos nada de que hablar, eso es entre su hijo- soltó molesto Milo.

-No jovencito. Isaac llega a enterarse sobre tú relación te mandará derechito a la tumba.

Prometo Recuperarte (Serie Prometo #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora