Maldito.
¿Cómo se atrevía a mirarle de esa manera, como si le doliera volver a verla? ¿Cómo se atrevía a siquiera pararse en frente de ella para sólo mirarla mientras la tenía retenida?
De alguna manera, Gaelle logró abrir la boca y le mordió la palma de su mano. Fuerte.
Kyle se tragó el grito mientras retiraba la mano de ahí, pero en cambio la abrazó tan fuerte que era casi imposible liberarse de su agarre.
-¡Aléjate! -rugió Gaelle.
--Me detestas, lo comprendo. Y tienes razón. Tienes mucha razón y, si quieres, puedes hacerlo durante bastante tiempo. Pero no me impidas tenerte entre mis brazos, Gaelle. He esperado por ello casi...
-- ¡Apártate! ¿Qué no ves que te odio? ¡Déjame! --Esas palabras habían herido a Kyle más de lo que le hubiera gustado, pero se lo merecía.
--Por favor --Gaelle seguía forcejeando cuando él se despegó lo suficiente para mirarla a la cara--. ¿Quién le he hecho esto a tu cabello? --Preguntó en un susurro, al mismo tiempo que se deshacía de su chaqueta, sin dejar de acorralarla.
Gaelle no lo había olvidado. Dejó de forcejear para mirar su rostro. Sí, definitivamente los dos habían cambiado, y no sólo psicológicamente; antes ella lo buscaba a él y ahora tal parece que él la buscaba a ella.
En el rostro de Kyle no quedaba rastro alguno del adolescente de diecisiete años que había dejado en Florida. El cabello de él había crecido. No es que no lo hubiese hecho antes, sólo que cuando eran adolescentes él solía llevar la cabeza rapada. También Gaelle notó que su mandíbula, ahora con una barba de tres o cuatro días, se veía más prominente y sin embargo no afeaba su rostro. Al contrario.
El cuerpo del chico jamás había sido huesudo, sólo que antes era delgado con poca masa muscular (lo que no significaba que tener poco músculo le impedía ganar peleas contra hombres maduros de cuarenta y tantos años) y ahora Gaelle notaba un macizo hombre de espaldas anchas y caderas estrechas, como quince centímetros más alto, con brazos fuertes y unas piernas... No, definitivamente no podría liberarse de su agarre.
Eso no quería decir que ella hubiese experimentado pocos cambios: todo lo contrario. Ya no era aquella chica con cuerpo de niño que solía ser. Sus curvas se habían acentuado, sus pechos habían crecido así como su trasero. Incluso ella había crecido. Lo que sí es que mantuvo el peso de una chica de dieciséis años por culpa de la dieta que tenía en el hospital.
Su cara ya no era como de ángel... Se veía mayor, sí, pero también demacrada, con ojeras y más pálida de lo normal y, detrás de todo eso, sus ojos azules ya no se veían como las puertas al cielo, sino como la bienvenida a un abismo profundo.
Un abismo que él había causado.
Kyle había aprovechado esos segundos de quietud para colocarle a ella su chaqueta, aunque ésta no sería suficiente para cubrirla del devastador frío.
--No importa --dijo él--. Hará falta más que cortar tu cabello para que dejes de ser un ángel.
-- ¿Quizá meterme en un manicomio, eh? ¿Eso me quitará la cara de ángel?
A Kyle se le hizo un nudo en la garganta.
--Gaelle, no me importa cuánto me golpees por esto, pero por años en lo único que he pensado y lo único que he querido es besarte otra vez. Por favor, no me lo niegues...
--No te atrevas.
--Gaelle...
Estaba matando la distancia entre sus bocas, ya rozando sus labios, cuando la de Gaelle se abrió y escupió veneno.
-- ¿Me vas a violar?
Kyle se alejó de ella como si le estuviera quemando. Se apartó completamente.
--Yo jamás haría algo como eso --rugió.
--Si me besaras sin mi autorización sería como si lo hicieras. --Gaelle aprovechó que ya no estaba acorralada para dar un par de pasos a la derecha.
--Claro que quieres, orgullosa. --Kyle la sujetó del brazo para impedir que se marchara.
Ella tomó eso como una agresión, por lo que lo empujó con todas sus fuerzas y trató de correr mientras pudo, pero él la alcanzó otra vez. Gaelle lo recibió con un puñetazo que iba dirigido al rostro de Kyle si no fuera porque él lo había esquivado. De igual manera, ella metió un rodillazo a su abdomen, pero él apenas y había sentido algo. Gaelle recordó que en los bolsillos traseros de su pantalón tenía unas tijeras, las sacó y se dispuso a apuñalarlo en la cabeza, pero él se cubrió con el antebrazo.
-- ¡Maldición! --Se quejó él mientras sangraba. Gaelle lo apuñaló otra vez, sólo que ahora las tijeras se habían enterrado en el bíceps de él--. ¡Basta, Gaelle! --gritó cuando cayó al suelo para evitar que lo hiriera otra vez. Ella lo pateó una, dos, tres veces. A la cuarta, él cruzó las piernas y la tumbó para después subírsele encima y sujetarle el torso con sus piernas colocadas a horcajadas y sus manos sujetando las de ella mientras con su dedos luchaba por quitarle las tijeras--. ¡Para!
Cuando por fin la desarmó, Kyle le sujetó las manos con una sola mientras con la otra lanzaba las tijeras fuera del alcance de ambos. Cuando miró a Gaelle otra vez, ella le estaba encajando los dientes en el antebrazo. Él soltó un quejido entre dientes mientras que con sus dos manos ya libres la sujetó por la blusa y se levantó junto con ella para luego elevarla a unos cuántos centímetros del suelo, dejándola en el aire.
-- ¡He dicho que pares! --Le gritó, ya enfurecido.
Ella estando en el aire no se rindió, y en cambio pataleó hasta que le propinó una patada en los testículos a Kyle, quien se dejó caer las suelo de rodillas y había dejado caer también a Gaelle.
Mientras él se doblaba de dolor, ella se arrastró un poco y encontró un fierro pesado que usaría como arma. Ahí, en el suelo de rodillas, golpeó a Kyle en la cabeza lo suficientemente fuerte como para tumbarlo por los suelos. Estaba por golpearlo otra vez, cuando él con un movimiento vertiginoso se dio la vuelta y la jaló por una pierna, haciéndola caer sobre él.
En ese momento, Kyle la sujetó por la nuca y la besó.
La sujetó muy fuerte contra él, abrazándola, dándose calor el uno al otro.
Sus labios primero habían ejercido presión, en cambio de un momento a otro ya se estaban moviendo con una rudeza tierna que dejaba sin palabras. Le había capturado el labio superior para saborearlo y luego hacer lo mismo con el inferior, tomándose su tiempo para saborear y succionar.Increíblemente, Gaelle no lo volvió a golpear y en cambio se concentró en esa sensación de calidez que empezaba a sentir en su pecho que hace mucho había olvidado.
Kyle interrumpió un momento el beso para decirle:
--Mátame. --Pegó sus frentes y separó sus bocas para mirla a los ojos--. Si quieres hacerlo, adelante. Pero eso no te hará sentir mejor.
--Sí, Kyle. Lo hará. --Contestó ella.
Él se sentó y, por ende, ella también. Gaelle dejó caer el fierro por detrás de la espalda de él, lo cual provocó un ruido pesado al impactar contra el asfalto. Kyle se levantó, dejándola a ella en el suelo para él caminar hasta el muro y apoyarse en él hasta que no pudo mantenerse más de pie, entonces regresó al suelo deslizándose contra la pared, sangrando y abrazando sus rodillas entretanto le sostenía la mirada a la chica que seguía de rodillas en el suelo.
Ambos tenían el pulso y la respiración acelerados. Ambos tenían un peso sobre sus hombros. Ambos cargaban con un dolor.
Pero el de uno era más grande.
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Forgive-him-not
RandomEra increíble el vértigo que se sentía cada vez que surcabas los cielos. Como si fueras inmortal. La sensación de que no importaba cuán alto volaras porque ahí abajo habría alguien que te atraparía. Pero todo lo que sube tiene que bajar, y es ahí...