Capítulo trece

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Al principio, cuando Kyle había conocido a Gaelle, la había odiado por ser una niña nerd... Bueno, no tanto por eso, sino por las decisiones que conllevaron a Gaelle a convertirse en una nerd, porque a final de cuentas tú no eres quien eres porque así vengas del vientre de tu madre; eres quien eres porque tú has decidido serlo.

Gaelle era la típica niña de clase que era controlada, seria, cumplida, honesta, amable, se vestía de manera anticuada... Contaba con todos los requisitos para volverse el blanco de los matones. No le bastaba vestirse como nerd, sino que tenía que actuar como una. Es decir, hay chicas muy lindas que realmente son unas genio, o chicas que se visten como tal pero son un verdadero caos. Sin embargo cuando veías a Gaelle Lauren Paige parecía que trajera escrito en la frente en letras mayúsculas "MOLÉSTAME". Por eso él la había odiado. Por eso la había corrompido.
Ella tenía algo que todos envidiaban: gracia. Fue ésta la que alcanzó a Kyle, y por esta razón él comenzó a quererla cerca. Conforme la fue conociendo se dio cuenta de que ella figuraba como una importante pieza en el rompecabezas que estaba hecho él mismo. Kyle la corrompió y le enseñó a hacer cosas que por ella misma jamás habría aprendido. Él le había enseñado más cosas malas que buenas, pero también le había mostrado algo que Gaelle venía rogando desde pequeña: amor.

Influyó mucho el hecho de que él ya estaba tan harto de odiar que le ofreció lo que ella pedía, pero no fue hasta que la conoció poco a poco cuando se dio cuenta de que ella no era ninguna pieza en su rompecabezas, sino que ella era el rompecabezas completo. Él no era ni los bordes del maldito rompecabezas... No era nada sin ella.
Pasó días, semanas... años intentando descubrir qué demonios ocurría en su cabeza.
Jamás lo supo hasta que la perdió.

Él estaba detrás de la puerta, escuchando el llanto de Gaelle y sin poder hacer nada. Sentía ese bizarro sentimiento de que no servía para nada porque cuando amas a alguien y no le haces más que daño entras en una especie de transe y dilema que te da vueltas por la cabeza y te deja noqueado, porque si te alejas la lastimas, y si te quedas también la lastimas. ¿Qué se hace en esa situación? Kyle había jurado que no la lastimaría, ¿pero entonces por qué estaba parado ahí cuando la persona a la que tenía que consolar estaba dentro del baño, soportando ella sola su dolor?

¿Qué es mejor, dañar a alguien porque lo amas o amar a alguien para dañarlo? Pero si el amor no es dañino, ¿entonces por qué se sufre?

Finalmente él decidió retirarse y dejarla un tiempo sola para que se desahogara y por mientras él recorrería un tramo del barco, esperando no encontrarse a nadie.
Estando en cubierta, observó que no había un solo hombre que se encontrara haraganeando, sino que todos y cada uno llevaban a cabo diversas tareas.
––¿Tienes hambre, Kyle? ––Preguntó alguien a sus espaldas. Cuando Kyle se giró, encontró al único hombre que no parecía realizar una tarea de gran importancia.
–No aún.
––¿Dónde está tu compañera?

Kyle inclinó la cabeza y entrecerró los ojos.

––¿Por qué querrías saberlo? –Su pregunta no hizo más que sacarle una sonrisa a Russell, el capitán.

–Por la manera en la que me contestas he de suponer que ella es más que solo tu acompañante.

–Bastante cierto, pero esa es una suposición que yo he de saber y tú te has de preguntar.

Russell negó ligeramente con la cabeza mientras seguía sonriendo.

–No recuerdo el momento en el que te he permitido que me tutees.

–Tienes mi misma edad o quizá un par de años más. Hay que dejar las formalidades de lado –le retó.

–Posiblemente no sea por formalidad sino porque ocupo un cargo mayor que tú. –Russell empezó a rondar a Kyle con las manos en la espalda, estudíandolo de arriba a abajo––. A fin de cuentas, ¿qué es lo que tú puedes aspirar a ser? ¿Estudiante? ¿Futbolista?... ¿O criminal?

Forgive-him-notDonde viven las historias. Descúbrelo ahora