Capítulo 23

195 12 4
                                    

Thomas Bale

-Sería buen negocio para ambos. -insiste la amiga de Emma, por milésima vez.

Y por milésima vez, finjo que estoy demasiado ocupado revisando papeles como para tener esta conversación con ella.

Aunque, claro, al no responder por 10 segundos, Katia me sacó todo lo que tenía en mis manos para que le prestase atención.

Digna amiga de Emma.

Levanto mi mirada hacia a ella, obligado.

-¿Podemos hablarlo en otro momento?

-Por supuesto que no. -insiste la morocha, sentándose en la silla frente a mí del otro lado del escritorio. -Necesito respuestas y organizarme.

-¿Al menos puedo pensármelo?

-No tengo tiempo para que pienses, ¿tenes una idea lo difícil que es organizar una fiesta así en menos de un mes? -cuestiona exasperada.

Suspiro y por una milésima de segundo, espero a que la rubia parada en el fondo de la oficina me de su apoyo, pero supongo que está demasiado ocupada repasando el suelo con la mirada.

-Thomas. -pronuncia mi nombre Katia, supongo esperando a que responda.

Aunque parece que llamó la atención de Emma, que ladeó su cabeza y nos miró, para luego caminar hacia el escritorio.

-A mi no me metan, es algo entre ustedes. -habla por fin mi novia, encogiéndose de hombros.

Gracias por nada, eh.

Suelto todo mi aire, tanto Katia como yo nos miramos.

-No pienso invitar a mucha gente.

-Con 200 personas me conformo. -dice tranquilamente.

-150. -negocio.

Katia frunce el ceño y se echa hacia adelante, acomodando sus brazos encima del escritorio.

-170 y cerramos.

-120 contándonos a nosotros.

-130 y quiero que invites a la prensa.

-Dalo por hecho. -finalizo.

Katia suelta un grito emocionada que me obliga a hacer una mueca, mientras que Emma solo se limita a sonreír.

Sin perder tiempo alguno, la morocha se levanta de la silla.

-Bien, tengo muchas cosas que hacer antes de la fiesta. -se dirige a mí. -No quiero que te preocupes por nada, déjame todo a mí y lo único que vas a hacer va a ser la lista de invitados agregando a las personas que yo te diga, claro.

Niego con mi cabeza completamente derrotado, aunque no puedo evitar sonreír.

Algo me dice que ya sabía que iba a terminar por acceder.

-Voy a arrancar en este momento, ¿vas a venir? -esta vez, Katia se dirige a Emma.

-En un minuto te alcanza. -me apresuro a decir, captando la atención de ambas.

A diferencia de lo que creí, Katia no se interpuso ni dijo absolutamente nada más antes de salir de la oficina, dejándome a solas con Emma.

Pacientemente rodeo mi escritorio para acomodarme frente a ella, más específicamente, con su espalda baja apoyada en el borde del escritorio.

-¿Pasa algo? -pregunta ella, adelantándose.

-Eso quería saber. Te noto rara.

Frunce el ceño, cruzándose de brazos.

Después de lo que pasóDonde viven las historias. Descúbrelo ahora