Capítulo 6

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(Pequeña nota de autora: recuerden, como en "Pase lo que pase" la canción deben ponerla cuando vean el #. ¡Que lo disfruten!)

-¿Qué queres decir con no?

Rodé mis ojos por segunda vez para evitar contestarle de mala manera a Katia.

-Emma, ¿cómo que le dijiste que no? -insistió ante mi silencio.

-Como escuchaste, no tengo nada más para decir. -respondí irritada antes de volver a concentrarme en mis papeles.

Katia pasó su mano encima de los mismos y fue más rápida que yo, por lo que llegó a tomarlos. Intenté estirarme encima de la mesa para sacárselos, pero los escondió detrás de su espalda.

-No podes decirme algo como eso y dejarme con la intriga. ¿Qué te dijo?

-Necesito esos papeles. -ignoré completamente su pregunta y solo tendí mi mano hacia a ella.

-Thomas no parece ser de las personas que aceptan un no.

¿Acaso no entiende que no quiero hablar?

-Katia...

-Hagamos así. -me interrumpió.

Supongo que mi amiga estaba esperando una respuesta de mi parte, por lo que solo me limité a asentir con mi cabeza sin darle demasiada importancia y ella sonrió.

-Me contas rápido qué fue lo que hablaron con Thomas durante 5 largas horas por la mañana y después no solo te devuelvo tus hojas para que sigas trabajando, sino que me llevo a Grace a la piscina de mi hotel así estas tranquila.

Levanté una de mis cejas intentando buscar la ironía en lo que acababa de decir, aunque parecía sincera.

-La oferta está por expirar. -insistió.

-Te perjudica a vos en todo caso si llegara a expirar.

-Detalles. -dijo sarcásticamente y le quitó importancia haciendo señas con su mano.

Hice como si me lo estuviera pensando unos minutos solo para molestar a Katia, su mano no dejaba de golpear la mesa y sé que estaba muriéndose de la curiosidad.

-Está bien. -desistí.

Flashback.

-No.

Frente a mí, Thomas se quedó completamente pálido, mientras que su abogado lo miró con pánico.

-Señorit...

-¿Cómo qué no? -Thomas interrumpió a su propio abogado para preguntarme a mí directamente.

Desde las últimas 3 horas, esta era la primera vez que se dirigía a mí directamente y no a mi abogado.

-Me escucharon, dije que no. -repetí seriamente.

-¿Podemos tomarnos 10 minutos?

Giré ligeramente mi cabeza para poder mirar a Christian, mi abogado. No pude conseguir al mejor abogado de Nueva York con solo dos días, pero él trabaja para una de las mejores firmas por más que parecía tener solo un par de años más que yo.

-No necesito 10 minutos, ya di mi respuesta.

-Ni siquiera lo pensaste, Emma. -dijo Thomas, sus dientes estaban apretados.

Me limité a repasarlo con la mirada rápidamente. Su cabello estaba despeinado como de costumbre, aunque lo raro era que su camisa estaba arrugada.

Después de lo que pasóDonde viven las historias. Descúbrelo ahora