Capítulo 25

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Thomas Bale

Bufé por milésima vez, haciendo mi más grande esfuerzo para no terminar por insultar a mis tres amigos, que cabe aclarar, no dejan de hablar desde que cruzaron la puerta hace más o menos media hora.

¿Dije hablar?

Más bien, regañarme como si fuera un niño de 6 años y no hubiera terminado mi cena.

-Es que, realmente, no puedo creerlo, Thomas. -repitió otra vez Lía, ya hasta parecía que se lo estaba haciendo a ella misma.

Caminaba de un lado a otro en mi oficina mientras tiraba sus manos por todos lados en cada momento que se acordaba de una estupidez que haya cometido en los últimos, no sé, 10 años.

-Todavía estoy en shock.

-¿Estás seguro de que era ella? -pregunta Nick, el pobre está más perdido en la conversación que cualquiera.

-Que sí, que era ella. -asegura Dexter con completa seguridad.

Ruedo mis ojos.

-¿Si saben que estoy presente, no?

-Desgraciadamente sí. -responde rápidamente la rubia, parándose en el medio de la oficina para verme. Sus ojos claros echaban fuego y pareciera que le hubiera hecho algo a ella por lo enojada que llegó esta mañana. -¿En qué mierda estabas pensando, Thomas? Creí que habías dejado atrás tu etapa de insensato e idiota.

-Y yo que eran mis amigos. -les reclamo a todos.

-Oh, somos amigos, pero no quita el hecho de que si sos un poco idiota. -asegura Dexter, dejándose caer en mi sillón justo del otro lado de la habitación.

-No entiendo nada, ¿Megan está en Nueva York?

Ya a esta altura ninguno de los tres nos molestamos en responder a Nick y no fue porque no quisiéramos, aunque no queríamos, sino porque la puerta de mi oficina se abrió completamente sin previo aviso.

Todos los presentes clavamos nuestros ojos en la misma para encontrarnos con un par de ojos oscuros, pero con tanto maquillaje como de costumbre. Crystal iba elegante, con un vestido azul marino al cuerpo y su cabello arreglado. Claro que, su cara de pocos amigos no se suavizó ni de casualidad.

-¿Es cierto lo que escuché? -habló directamente dirigiéndose a mí, ni siquiera se molestó en saludar. -¿La loca volvió y está para quedarse?

¿La loca?

-Y además estuvo con Thomas. -agrega Lía con un tono molesto.

Crystal frunce sus labios y me ve con desaprobación mientras niega con su cabeza.

-¿Cómo pudiste dejar que vuelva a entrar a tu vida, Thomas? ¿Acaso te volviste loco vos también o necesitas que te hagamos un dibujo para que recuerdes todo lo que te hizo? -soltó irónicamente la castaña.

-Creo que estoy bastante grandecito para que vengan a regañarme, así qu...

-Yo creo que no, porque cuando Megan aparece volves a ser el idiota de 19 años que deja todo por ella. -insiste, acercándose a mi escritorio, dónde me encontraba sentado.

-No dejé nada por ella.

-Solo toda tu vida. -contraataca Lía.

Ni siquiera entiendo por qué están tan enojadas, no es como si la hubiera cagado con ellas. Ni Emma estaba tan enojada y ella si tenía todo el derecho.

-¿Te acostaste con ella?

Bueno, esto si ya es mucho.

-No tengo por qué darte explicaciones de mi vida sexual, Crystal. -me limito a responder contando hasta un millón en mi mente para no perder los papeles. -En todo caso, ¿qué haces acá? ¿Me ignoras por tres años y venís a regañarme como si todavía fuéramos amigos?

Después de lo que pasóDonde viven las historias. Descúbrelo ahora