Después de lo que pasó

Capítulo 16

(Nota de autora: no olviden poner la canción al ver el #. ¡Disfruten el capítulo!)

Cada segundo que pasaba me tiraba más hacia atrás intentando poner una distancia completamente inexistente entre James y yo.

Podía sentir como su respiración caliente chocaba contra mi cara, lo que me ponía más nerviosa.

Sin embargo, me obligué a mí misma a tomar una buena bocana de aire intentando tranquilizarme.

Estaba terriblemente drogado, podía notarlo.

Pero no iba a hacerme daño, nunca lo haría.

No lo haría, ¿verdad?

-James...

-No pienso volver a preguntarlo gentilmente. -advirtió, acercándose más a mí.

Su rostro solo estaba a pocos centímetros del mío, al igual que su pecho. Sus ojos verdes que tanto me gustaban, en este momento me asustaban. Parecía no haber nada dentro de ellos, estaban completamente perdidos.

Tragué gordo antes de responder, intentando tranquilizar mi tono de voz y que no temblase.

-Almorzamos en casa de Julia, estuvimos ahí d...

-¡Te pregunté en que puta cama estuviste durmiendo no que hiciste hoy!

Me exalté al escuchar su grito, con más razón teniendo en cuenta la cercanía y cuando su puño golpeó a mi derecha, en la mesa.

Por más drogado que estaba, James notó mi incomodidad y solo para empeorar la situación, con la misma mano que acaba de golpear acarició mi mejilla derecha.

Su tacto no me gustó para nada, pero decidí no moverme ni hacer un escándalo para que no terminara peor.

No sé ni quiero saber qué es lo que James puede llegar a hacer en estas circunstancias.

-¿Te asusto, cariño? -preguntó con un desinterés más que obvio, hasta con una sonrisa.

Realmente al muy idiota le estaba gustando la situación.

-Cuando te pones así, sí. -admití haciendo un esfuerzo para no llorar.

Parecía que él no se esperaba que fuera a responder, por lo que se echó a reír como si acabara de contar algún chiste.

Al menos al echarse a reír se separó de la mesa, dándome un poco más de espacio para poder respirar sin el olor de su perfume ahogando mis fosas nasales.

Poco a poco su risa fue volviéndose más y más escalofriante, o solo yo lo notaba por el hecho de que estaba encerrada en mi pequeño departamento con él.

Podría haber intentado tomar mi celular y llamado a alguien, irme, pero no podía hacerlo.

-¿Po qué es gracioso? -pregunté tragando gordo, no estaba segura de si quería su respuesta.

A diferencia de lo que esperaba, James dejó de reírse de golpe al escucha mi pregunta, lo que me puso aún más nerviosa.

-Tendría que haber hecho esto hace meses, parece que es la única forma en la que logras respetarme. -dijo finalmente, después de repasarme con la mirada como si fuera su presa o algo por el estilo.

No respondí, no me sentía segura de lo que podía llegar a decirle si abría la boca.

-Última oportunidad, Emma. -advirtió, caminando hacia mí. -Espero que por un segundo dejes de ser una maldita estúpida y contestes. ¿Dónde mierda dormiste?