Capítulo 10

205 13 2
                                    

-¿Te lo repito o...?

-Te escuché. -corté con brusquedad, volviendo a clavar mi mirada en la persona frente a mí.

Me crucé de brazos, dejando salir un suspiro de cansancio.

-No podía estar seguro de que lo hayas hecho, no respondiste. -argumentó, cruzándose de brazos al igual que yo.

-Porque sabes lo que pienso.

Thomas resopló antes de llevarse una mano a su cara para refregársela.

-¿Podemos hablarlo?

-Yo no voy a responderte.

Los ojos azules del hombre se cerraron y pude escuchar cómo respiró con fuerza. Al volver a abrirse, me miraron con odio.

-¿Otr...?

-Es Grace quien se quedaría a dormir, no yo. Pregúnteselo a ella. -solté antes de comenzar a pelear sin razón alguna.

Desde el día que salió la nota, tal y como Thomas me pidió, de lo único que hablábamos era de Grace. No volvimos a discutir como ese día, pero que digamos las cosas no estaban muy bien entre nosotros.

Decidimos decirle a Grace sobre que él era su papá un par de días antes del cumpleaños de Thomas. Le costó entenderlo, pero hasta lo que sé, aun no le dijo nunca papá y eso lo tenía más irritante que de costumbre.

Claro que, ¿quién se paga los pagos rotos o discusiones infantiles del idiota del padre mi hija?

Bingo, yo.

Me limité a ver como Thomas pasó por mi lado y se sentó en los escalones de su casa junto a la niña, que estaba jugando con una muñeca que él le había regalado. Supuse que los juguetes de la casa de Thomas se quedaban en su casa, pero es difícil hacerle entender a un niño de dos años algo así.

Conservé mi distancia de ellos, apoyándome en la pared al lado de la puerta. Aunque no estaba pegada a ellos, podía escuchar su conversación.

-¿Te gustó la muñeca? -preguntó él.

Sonreí cuando ella asintió con su cabeza y se la entregó, como para que jugara con ella.

-Estaba pensando, Gracie...

-Su nomble es Shia. -le interrumpió la niña sacudiendo a la muñeca al punto que sus pelos rosas se movían hacia todos lados.

Ahogué una carcajada ante la cara de pánico que puso el papá de mi hija, llevándome una mano a la boca.

-Ah... claro, sí...Shia. -intentó seguirle la corriente. -Le pusiste un nombre muy lindo.

-Shia, no Shlia. -corrigió la niña, aunque lo estaba diciendo exactamente igual que él.

Thomas me miró por un segundo en busca de apoyo, aunque solo me encogí de hombros intentando reprimir mi sonrisa.

Lo odio a él, pero no deja de ser tierno cuando está con Grace.

¿Lo odio? Es una palabra muy fuerte.

Odié a mi madre por años, el sentimiento era distinto.

-Bueno, sí, como sea. Es lindo.

-¿Lindo? -insistió ella y aunque no estuviera viéndola, estoy más que segura de que estaba frunciendo el ceño.

-Hermoso. -se corrigió de mala gana.

Esta vez no pude aguantarme y solté una carcajada, a lo que él me miró con mala cara, pero Grace también se rio.

Después de lo que pasóDonde viven las historias. Descúbrelo ahora