Capítulo 3

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Thomas Bale

No pude evitar no refregar mi cara con frustración al terminar la llamada y dejar mi celular encima del escritorio.

Me negué, que consté que me negué.

Ya no tenía más opciones, había pasado una semana. Había evitado el tema durante ese tiempo, pero ya no podía seguir haciéndolo y muchísimo menos después de escuchar lo que Patrick tenía que decir.

Sin más, solo tomé las llaves de mi auto y nuevamente mi celular antes de caminar hacia la puerta de la oficina, retirándome por fin.


-Me alegra que no lo hayas olvidado esta vez.

Intenté no rodar mis ojos al escuchar el "saludo" de Beth y solo me limité a dejar un beso en su mejilla antes de sentarme en la silla frente a ella.

Sí, la última vez que vi a Emma o mejor dicho que me quedé jugando con Grace, olvidé por completo que Beth estaba esperándome en la oficina. No está enojada o eso creo, pero tampoco me lo deja olvidar.

-¿Cómo estuvo tu día?

-Interesante. -se encogió de hombros ligeramente.

-¿Interesante? -repetí frunciendo el ceño.

Me pareció más extraño aun cuando soltó una carcajada, pero rápidamente acomodo sus antebrazos encima de la mesa y me miró con dulzura.

-¿Qué tal estuvo tu día? -utilizó mi pregunta.

-No tan interesante como el tuyo, supongo.

-¿Por qué?

-Te cuento después de pedir, muero de hambre.

Beth estuvo de acuerdo conmigo y solo nos llevó un momento pedir al mesero lo que íbamos a cenar. Terminamos hablando tonterías o cosas de la boda hasta que llegó nuestro pedido.

Había olvidado completamente el por qué de mi molestia más temprano si no fuera porque mi prometida me lo recordó en medio de la cena.

-¿No vas a decirme sobre tu día poco interesante?

Asentí gracias a que tenía comida en mi boca y me llevé una servilleta para limpiar la misma antes de explicarle.

-¿Recuerdas a Patrick Ryan? Patrick es...

-Claro que lo recuerdo. -terminó por mí antes de que llegara a explicarle. -¿Cómo siguen las cosas con el negocio?

-Solo tuvimos una reunión la semana pasada, pero llamó hoy.

No sé por qué exactamente me quedé esperando a que ella acotara algo al respecto, aunque solo llevó un trozo de carne a su boca, esperando una explicación.

-Sé que es un poco tarde y debería habértelo avisado antes, pero quiere dar una fiesta.

-¿Por qué una fiesta?

Buena pregunta, tampoco lo sé.

-Supongo que quiere que sus inversionistas también conozcan a los futuros posibles compradores. -me encogí de hombros inconscientemente.

-¿Lo que querías decirme es que tengo que ir? Thomas, siempre vamos a estas cosas, no es problema.

-Lo sé, es que normalmente te aviso con tiempo...

-Puedo conseguir un vestido en un día, digo, no es como si fuese mi vestido de bodas. -bromeó.

Supongo que el habérselo tomado tan bien me tranquilizó, hasta que lo recordé.

Después de lo que pasóDonde viven las historias. Descúbrelo ahora