Capítulo 21

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Thomas Bale

Vuelvo a repasar con la mirada la sala en busca del más mínimo defecto, pero para mi desgracia, no encuentro ninguno. Es por eso que me permito dejarme caer en el sillón para descansar y fumar un cigarrillo antes de que la competencia de gritos empiece.

O al menos, gritos es lo que espero.

Doy la primera calada de mi cigarrillo y por instinto, clavo mi mirada en las maletas en la puerta de la sala.

Los nervios están comiéndome vivo.

Al escuchar que tocan la puerta, apago el cigarrillo en el cenicero por más que solo llegué a dar una calada y prácticamente corro a la puerta.

Ni siquiera tengo idea de por qué estoy tan apurado, se supone que debería estar tratando de evitarlo a toda costa.

Bueno, en realidad sí sé por qué.

Supongo que necesito explicarme, contar mi versión de los hechos, aunque no vaya a servir de nada.

Apenas llego a abrir la puerta, ni siquiera doy un primer vistazo cuando siento un golpe en mi cara.

Mi nariz, más específicamente.

Claro que, instantáneamente llevo mi mano a la misma y puedo ver de quien proviene el golpe, es por eso que no respondo.

-Me lo merezco, no voy a negarlo. -murmuro, aunque Jack me escucha.

Sin embargo, el idiota que me fulmina con la mirada no es quien me importa.

Beth sí.

Pasaron 15 días de la boda, 15 días de la última vez que la vi o mejor dicho, de que la dejé plantada en el altar.

Por su rostro, puedo suponer que no la estuvo pasando muy bien. Sus ojeras están marcadas y es más que notable que perdió un poco de peso.

Sé que está evitando mirarme, ya que sus ojos están clavados en el suelo.

No digo nada, solo me hago a un lado para que ambos puedan pasar a mi casa a buscar las cosas de Beth y al menos Jack, ni siquiera la duda.

Camino en silencio detrás de ellos, aún con mi mano en mi nariz ya que realmente me dolió el golpe, aunque no es nada comparado con lo mal que me siento por haberle hecho lo que le hice a Beth.

-Es todo lo que encontré, podrías revisarlo y ver si falta algo o si...

-Mejor quédate callado, Bale. -suelta amenazante Jack y prefiero no discutirle eso.

Supongo que no tengo ningún derecho a hacerlo.

Me limito a llevar las manos a mis bolsillos, a una distancia segura y presencio la escena. Beth y Jackson balbucean entre ellos, él parece un poco molesto por algo y finalmente, después de unos minutos, toma una de las maletas de Beth y coloca otro de los bolsos en sus hombros.

Teniendo en cuenta que quedaban otras tres valijas, pienso en ayudar, pero por mi bien espero a que me pidan ayuda.

Claro que, no lo hacen y no me encanta la idea de insistir.

De todas formas, me sorprende que solo Jackson se dirija a la salida en silencio, dejándome a solas con su hermana.

En un principio decido apartar mi mirada al suelo en silencio, aunque puedo sentir sus ojos penetrantes sobre mí a la distancia.

Cuando veo de reojo que Beth comienza a caminar hacia mí es cuando levanto mi mirada a ella en un intento de permanecer seguro.

Claro que, dejo mi seguridad en el subsuelo cuando me da una bofetada que definitivamente acomoda mis ideas.

Después de lo que pasóDonde viven las historias. Descúbrelo ahora