Capítulo 28

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Thomas Bale

Asiento con mi cabeza sin siquiera escuchar lo que Dexter está diciéndome mientras llevo la botella de cerveza a mis labios para dar un buen trago.

Prácticamente llevamos la última hora y media así, él habla y yo finjo que lo escucho. No sé por que pensé que hablar con él iba a ayudarme a sacarme el fin de semana de la cabeza, ya que lo único que hizo fue darme más tiempo para pensar en todo lo que pasó.

-...y entonces lo acuchille unas treinta y dos veces antes de enterrarlo en la casa de mi nana.

Levanto la mirada del piso de madera de mi sala hacia mi amigo, que está parado frente a mí con una botella ya casi vacía de cerveza en su mano.

-¿Qué? -pregunto.

-Oh, así que si estás escuchándome. -dice irónicamente, aunque sé que quería probarme. -¿En qué estás pensando?

-Nada importante. -miento. -¿Qué decías sobre Rose antes?

Dexter hace ademán con su mano indicando que lo deje estar y se sienta junto a mí en mi sofá.

-No dijiste palabra desde que llegué y por más que me encante hablar de mi mismo, esperaba que mínimo fueras a decir que tuviste un viaje de mierda. -dice bromeando, como de costumbre.

Me encojo de hombros y doy un trago a mi bebida.

-Tuve un viaje de mierda. -repito sus palabras solo para dejarlo contento.

¿Fue un viaje de mierda? La verdad es que aun no llego a decidirlo.

-No vayas a darme muchos detalles, macho. No vaya a ser cosa que te quedes sin voz de tanto hablar. -insiste con un tono irónico bastante exagerado y ruedo mis ojos.

-No hay nada que decir, fue un viaje en vano ya que Emma ni siquiera quiso escuchar lo que los inversores tenían que decir. Me hizo perder el tiempo a mí y a todos.

Ni siquiera pienso una de las palabras que digo, lo único que puedo pensar es en su imagen cuando llegué a su cuarto después de su supuesta cena.

¿Se habría acostado con él si no llegaba antes?

Quiero creer que no, que la persona que conozco jamás haría algo así, pero ese es el problema. La Emma que no llegué a conocer por supuesto que lo haría y eso es lo que, aunque odie admitir, me da miedo.

Me dejó más que claro que no puede perdonarme por todo lo que hice y sé que solo aceptó a pensarlo porque le di pena.

Mierda.

No tendría que haber dicho todo lo que dije sobre Megan y mi madre. ¿En qué estaba pensando?

-No era eso a lo que me refería.

Bufo y dejo la botella de vidrio que tenía en mis manos en la pequeña mesa frente al sofá, causando un estruendo.

Al girarme para verlo, lo fulmino con la mirada.

-¿Qué queres escuchar, eh? ¿Qué lloré y le pedí otra oportunidad cuando me dijo que no? ¿Qué le dije que la amo y me echó de su habitación? Porque todo eso pasó y esperaba guardarme mis vergüenzas para mí mismo.

Mi tono no es el más amigable, pero la verdad es que la presión en mi pecho disminuye al poder decirlo en voz alta.

-Estoy perdido. -admito una vez más, sorprendiéndome tanto a mí mismo como a Dexter. -No sé que hacer, no va a perdonarme, esta vez no.

Por primera vez desde que conozco a Dexter, parece haberse quedado sin palabras. Me mira como si me hubiera salido un tercer ojo en la frente y parpadea perplejo.

Después de lo que pasóDonde viven las historias. Descúbrelo ahora