Capítulo 5

236 10 2
                                    

Thomas Bale

Le di un último trago al vaso de whisky que tenía frente a mí para intentar ignorar el ruido del timbre de mi casa.

Sin perder la vista del pequeño vaso de vidrio quise tomar la botella que tenía a mi derecha para volver a servirme. En ese momento noté que estaba vacía.

-Mierda. -murmuré.

Sin más, me levanté de mi asiento en la gran isla de mi cocina y caminé hacia la sala. Debo de tener otra botella por ahí.

El timbre volvió a sonar acompañado de golpes en la puerta, un par de ellos.

De nuevo, solo los ignoré y seguí con mi búsqueda que en este momento parecía imposible. ¿Cómo es que cuando más buscas algo más se te complica encontrarlo?

Me reí ante mis propios pensamientos como si hubiera contado un chiste gracioso o al menos si hubiera dicho algo en voz alta.

-¡Abrí la puerta!

Cerré la puerta del mueble en el que estaba escarbando para revisar de dónde provenía la voz. Volví a reírme cuando me encontré a Dexter y a Nick, ambos mirándome por la ventana y haciéndome señas hacia la puerta. Tal vez le abra solo a Dexter, ya que Nick está mirándome con desaprobación. Creo que estoy bastante grandecito para tomar mis decisiones y si quiero beber a las 11 de la mañana también está bien.

Sin más, dejé de buscar el whisky para ir a abrirle la puerta a mis amigos.

-Huele a bar mezclado con un cadáver. -fue lo primero que dijo Nick al pasar a mi lado haciendo una mueca. Luego fingió acercarse a mí y olerme. -Oh sí, sos vos.

-¿Empezaste la fiesta sin nosotros? -en cambio, a Dexter parecía divertirle la situación.

-Sean bienvenidos a mi cueva. El que no encuentre una botella de whisky va a tener que retirarse.

Dexter sonrió ante mi propuesta y estiró su cuello a un lado y al otro antes de pasar a sus manos, provocando ruido en todos ellos.

-Manos a la obra.

Le devolví la sonrisa satisfactoria a mi amigo y sin más, comenzó a caminar hacia la sala dejándome solo con Nick. Iba a seguir a Dexter, solo que cuando hice un paso, Nick se interpuso en mi camino mirándome con el ceño fruncido.

-¿Estás bien?

Buena pregunta Nick, ¿acaso no se nota?

-Claro que sí, ¿por qué preguntas?

Nuevamente mi amigo hizo una mueca de disgusto que ni siquiera se molestó en disimular.

-Hueles terrible en serio.

Bueno, ya estaba molestándome.

-No te pedí que vengas, sabes dónde está la puerta.

Nick resopló y levanté mis cejas cuando pasó una de sus manos por su nuca.

-¿Qué? -pregunté de mala gana cuando noté cómo me miraba.

No puedo explicarlo, era raro. ¿Pena, quizás?

-¿Dónde está Beth?

Mi mente quedó completamente en blanco al escuchar su nombre.

-Se fue hace una semana.

Nuevamente, Nick hizo una mueca, pero esta vez pude interpretarla a la perfección.

Si le daba pena.

Después de lo que pasóDonde viven las historias. Descúbrelo ahora