—De hecho, fue por ella que empecé a estudiar psiquiatría, ya sabes, para poder tratarla, supongo que para mí era la única manera de ayudarla, hasta ahora no hemos visto ese tema bien por lo que igual no la podría ayudar muy bien, aunque ahora si lo vemos no va importar mucho.
—Eh... «Tengo un poco de miedo sobre a dónde va todo esto». ¿Puedes ir al punto?
—No puedo creer que aún no te des cuenta —suspiró—. A ver ¿Alguna vez te dijeron que siempre que tienes tus "pérdidas de memoria" te vuelves violenta? Es decir, te conviertes en alguien más.
En realidad, no me sorprendió tanto, desde que mencionó a su mamá ya sabía que me diría algo como eso.
—¿En serio? Siempre me dijeron que actuaba diferente, jamás mencionaron que era alguien más cuando esto sucedía.
—¿No se te pasó por la mente? Aunque los que estuvieron contigo debieron darse cuenta.
—Si... Por cierto, ¿Qué es lo que he hecho? Bueno, ¿mi otra personalidad qué ha hecho?
—Pensé que decías eso de perder la memoria porque te daba vergüenza decir lo que tenías, por eso te invité a un psiquiatra, ahora que lo pienso fui un tonto pensando que ya lo sabías, después de todo si lo supieras hubieras ido desde un principio.
—Bien, ahora dime la manera en que me comporto.
—Oh cierto, quise acercarme a ti, bueno... A ellos, cuando esto pasaba y al final me dieron sus nombres, al parecer nadie se tomó el tiempo de hablarles, una es Clara, supe varias cosas de ella, uno fue el hecho de que se lastima a sí misma porque odia a una de las personalidades, que serías tú, por eso apareces con golpes, cuando traté de detenerla solo me hablaba mal y se iba, no me atreví a perseguirla.
Me hubiera gustado decir: "Ya veo, así que ella me odia, no la culpo, yo también lo hago a veces, aunque trate de no hacerlo y no pensar en eso, me odio, aunque no lo diga, en serio que lo hago, tal vez no me suicidaría, pero tampoco es que esté feliz con la vida que tengo, lo que soy ahora mismo".
No dije nada porque me dio miedo, así que solo asentí dejando que él terminara de hablar.
—La otra se llama Cleo, siempre que intenté hablar con ella me contaba historias sobre sí misma, es agradable verte emocionada hablando sobre eso, aún todo lo que escuché fueron mentiras, me di cuenta de ello porque sus cosas no eran muy coherentes en ciertas partes, después de todo ella inventa todo en ese mismo instante, a la vez se nota que piensa sus mentiras antes de contarlas, aunque si lo pienso bien sus historias eran buenas, ella aparece más que Clara.
—Ya veo.
—Y por último está Esteban, a él no me podía acercar, siempre que lo intenté me daba golpes fuertes y me miraba de tal forma que piensas que está pensando un asesinato, agradezco a Dios que con él me encontré pocas veces.
Habló de varias cosas que no recuerdo ahora mismo, eran sobre mí así que no me importaba mucho, de hecho, me gustó verlo tan animado. También me contó que en realidad no tenía depresión, pero él se dio cuenta de algo en ese tiempo de ausencia.
—Doctora ¿Quiere que le diga?
—Si quieres contarme es tu decisión, aunque por supuesto que me gustaría saberlo.
—Está bien, le contaré.
Como le dije él empezó hablar de varias cosas y en una de ellas él me dijo que al prestarme atención se había percatado de varias cosas y una de ellas era que cuando tengo emociones fuertes es que más aparecen mis otras personalidades o bueno, esa era una de las razones más evidentes.
No pasaba con todas mis emociones, porque si me sentía feliz no sucedía nada. Yo pensé que no experimentaba ningún tipo de emoción, y al parecer sí las tenía solo que no me daba cuenta de ello, no alcanzaba a distinguirlas, es bastante raro, ¿No?
Mientras conversábamos en el parque llegó una chica, era muy bonita si me deja decirlo, al ver a Axel gritó de un modo que no había escuchado jamás, se abrazaron y al parecer también se alegró de ver que estaba allí ya que me saludó, su entusiasmo fue tanto que por un momento dudé si realmente no la conocía.
—Me alegra muchísimo poder verte Axel —se percató de que yo seguía ahí—. También me agrada verte a ti, Soy Diana ¿Cuál es tu nombre?
—Me llamo Adriana, un gusto.
Lo sé, no fue la mejor forma de presentarme, en ese momento aún me preguntaba si realmente no nos habíamos encontrado en alguna parte, después de que ellos hablaron un poco decidieron ir a la casa de Alexis y llevarme con ellos, Diana me tomó de la mano diciendo que quería conocerme, no imaginé que eso pasaría algún día por lo que no le seguí el juego, de todas formas me dio una sonrisa, quizás una que solo ella podría dar, era sincera y gentil, supongo que eso es lo que la hacía tan hermosa, le hacía parecer que brillaba.
Que alguien me ofreciera su amistad aún era nuevo para alguien como yo que siempre estuvo sola, pensé que el único loco que se atrevería a algo así era Axel, me equivoqué en gran manera al pensar de ese modo, no sabía que en el mundo hay gente dispuesta a sacar una amistad adelante sin importar lo difícil que sea... Es verdad, olvidé por un momento que aún no he contado todo como para decir eso.
De todas formas, suena bastante cursi lo que digo, pero es la única forma de mostrarlo, era como haber estado en oscuridad toda mi vida y con la llegada de ellos dos empezar a ver una pequeña luz que se agrandaría cada vez más.
ESTÁS LEYENDO
El Espejo Roto ✔️
Random¿Qué harías si te dijeran que la enfermedad que pensabas tener es algo totalmente distinto? Adriana es una chica que vive su día a día con pérdidas de memoria, lo cual le trajo muchos problemas, o bueno, eso es lo que ella creía tener, hasta que ll...