El hecho de tener personalidad disociativa no me convierte en alguien peligrosa para la sociedad, así que esa no es la razón por la que dudaba si contarle o no, solo era algo interno. Seguí dudando unos segundos, lo que antes no me pasaba ahora me sucede con alguien que acabo de conocer, igual decidí contarle.
Intenté estar tranquila, respiré hondo, no pensé en lo que diría, quería que las palabras fluyeran solas, cuando miré a Laura y quise decir algo no salió nada de mi boca, mi mente se llenó de pensamientos.
Eran tan desesperantes los preguntas que venían a mí, «¿Por qué? ¿Por qué no me siento capaz de decir nada? ¿Qué diferencia hay entre esta niña y Diana? ¿Por qué a ella si le pude decir? ¿A qué le tengo miedo exactamente? ¿Tan mal estoy? ¿¡Qué me pasa!? ¿¡Desde cuándo fui así!?». Luego surgieron dudas nuevas, "¿Y si me tiene miedo?". En ese instante me vino un dolor de cabeza insoportable, quería derrumbarme en el piso y eso hice, es obvio que ambas se preocuparon, llamaron a Axel que estaba preparándonos algo aún; era tanto el dolor que sin darme cuenta agarré con mis dos manos mi cabeza, empecé a gritar y... eso es lo último que recuerdo.
Quién habría imaginado que una charla amigable se convertiría algo agobiante para todos.
Cuando desperté estaba en una habitación desconocida, no era el hospital, así no se ven, me levanté de la cama y salí del cuarto, no había escaleras por lo que fue más fácil llegar a la sala, allí estaban los dos, cuando me miraron se alegraron más de lo que hubiera imaginado, Didi se paró rápido de la silla para saludarme. "Que buenos amigos tengo", pensé en ese momento.
Alexis me dijo que luego de estar tirada en el suelo gritando, me levanté, bueno, se levantó Cleo, según lo que dicen no se veía confundida, ya sabía lo que pasaba, pero no sabía por qué... Yo tampoco entendí bien esa parte.
No puedo decir que de un momento a otro el intenso dolor en mi cabeza despareció, en realidad seguía ahí, sin embargo, era algo soportable, el que me derrumbó al suelo no se podría comparar, sentía incluso que estaba mareada y sin intenciones de hacer algo productivo, estaba muy agradecida de estar de vacaciones.
Laura se fue antes de que despertara, pobre chica, tuvo que ver el momento en el que estaba en unos de mis puntos más débiles, por así decirlo, supongo que en algún momento debo hablar con ella.
Todo estaba bien, hablando de todo un poco hasta que recordé que el chico que estaba a mi lado era el mismo que me gustaba, la primera persona que me aceptó tal y como soy, al cual no le importó nada, no dije nada, solo decidí mirarlo, agregando que no disimulé ni un poco, esos ojos negros eran tan hermosos, sigo sin entender por qué no me había fijado en eso antes.
Él estaba hablando con Diana de cosas que no recuerdo, yo estaba perdida en mi mundo, el cuál era Axel en ese momento.
—«Eres tan extraño Alexis Joel... Que lindo nombre tiene este chico, sus papás sabían que él sería la mejor persona que se conociese ¿Por qué tenías que llegar hasta ahora a mi vida? Debiste llegar antes, quizá de ese modo sería más feliz ¿Por qué a tu lado me convierto en alguien tan vulnerable? He llegado a llorar frente a ti ¿Por qué lloré contigo por la muerte de tu mamá? ¿Ya eras especial para mí? ¿Todo lo que siento por ti es estar enamorada? Me hiciste buscar sobre eso navegando por internet, sabía sobre el amor, pero jamás sentí que podía darlo, era como no conocerlo; sabía sobre los novios, pero nunca quise uno, también tuve que buscar sobre eso ¿Algún día serás el mío? ¿Qué estoy pensando?».
Estaba tocando su cabello sin saberlo, reaccioné cuando llegué a tocar sus mejillas, tampoco sabía sobre esa sonrisa tonta que ponía, cuando me di cuenta de todo no supe cómo reaccionar, no quité mi mano de encima, solo estaba allí mirando sus mejillas un tanto rojas, sonriendo embobada con lo que hacía y de repente él colocó su mano en la mía para hablarme.
—No sabía que te gusta tocar de ese modo a los demás. Es bueno conocer algo más sobre ti.
Su sonrisa fue tan hermosa en ese momento.
Rápidamente me acomodé, me sentía avergonzada de lo que acababa de hacer, volteé para mirar a Didi que estaba al frente, ella estaba callada, tenía sus ojos rojos y brillantes, a punto de llorar, no entendía por qué estaba así hasta que recordé sobre lo que hablamos días antes.
—Adri, dime... ¿Alguna vez te sentiste tan enamorada de alguien que quisiste estar a su lado para siempre? Vivir todo tipo de momentos juntos, ya sean buenos a malos, sea lo que pase seguir allí, poder acompañarlo y ser un apoyo para esa persona, suena tan lindo ese sueño que olvidas que este mundo es tan cruel y que no todos piensan igual a ti -lagrimas empiezan a caer por su mejilla y su voz quebró-. Que a pesar de dar todo por esa persona nunca sentirá lo mismo por ti.
—Yo nunca he estado enamorada de alguien... Bueno, no recuerdo estarlo.
—Te digo esto... —limpia su cara un poco—. ¿Sabes por qué?
Yo negué con mi cabeza, no se me ocurría nada.
—Este tiempo los he observado a ambos, a ti y a mi primito, cuando los veo siento esa conexión tan linda que tienen, es tan sano, cuando ya no estás con nosotros él empieza a hablarme de ti, me dice que quiere verte feliz, que eres tan her... tan especial y que el mundo no te ha conocido bien, cuando él me dice todo eso no puedo evitar sentirme con ganas de llorar, no de tristeza, es de felicidad, nunca lo vi hablar así de alguien, claro, él es amable con todos, pero es que siempre que puede hablar y se preocupa mucho por ti, incluso ahora es más ordenado, ya que no quiere que encuentres de nuevo su desorden —sus ojos brillaron—. ¿No te sientes orgullosa de él? Lo has hecho cambiar.
—Eh... ¿Gracias?
—Tus cachetes están rojos —se rio de mí—, no te sientas avergonzada, muéstrame una sonrisa, es de las más divinas que he visto.
—¿Sabes? Por alguna razón quiero contarte sobre mí, sobre mi niñez y todo lo que he hecho hasta ahora.
—¿¡En serio!? ¡Que increíble! Dime todo lo que quieras, te escucharé todo el tiempo.
Empecé a hablar y cuando terminé de hablar ella estaba sollozando, al parecer le llegaban a afectar las historias como la mía, ella me dio un abrazo, fue uno único, me sentía protegida en sus brazos, era tan afectuoso, me inspiraba tanta confianza.
"Gracias por ser tan amable", esas pequeñas palabras que quise decir, que nunca hice y palabras con las que anhelo mover mis labios para que las escuche, que sepa que fue la mejor amiga que pude tener, pero como dicen muchas personas sabías, "el tiempo no espera a nadie", esa frase tan cruel y tan cierta.
Notita: ¡Hola! ¿Qué tal?
Me pregunto cómo se sentirá tocar el cabello de Axel y sus mejillas... Esperen, ¡Adriana tocó sus mejillas!
Solté mis gritos al cielo en esa parte, fue de mis partes favoritas del capítulo, debo tener cansada a mi mamá por estar gritando todo el tiempo.
¡Esperen nuevamente!
¿Alexis era alguien diferente antes de conocer a Adriana? ¡Oh por Dios! Pero que cliché tan usado.
Por cierto, pobre Diana, ella no merece que la hagan llorar, me preguntó quién es el culpable de sus lágrimas del pasado, ¿Algún día lo sabremos?
De verdad disfruté este capítulo, espero que tú que estás leyendo esto también.
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El Espejo Roto ✔️
Random¿Qué harías si te dijeran que la enfermedad que pensabas tener es algo totalmente distinto? Adriana es una chica que vive su día a día con pérdidas de memoria, lo cual le trajo muchos problemas, o bueno, eso es lo que ella creía tener, hasta que ll...