Capítulo XIX

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Laura fue la persona que llamó, yo no era la única persona que Diana había invitado, resulta que había tocado la puerta, pero ninguna de las dos habíamos escuchado. Ella entró y cuando vio que yo estaba ahí pude sentir cómo ella cambió de cara, pero no era algo malo, la noté avergonzada, ni siquiera caminaba bien para decir que podía dejarlo pasar.

Yo había tomado la decisión de cambiar y tener amigos, así que intenté ser amable con ella para que se abriera un poco más conmigo.

—Hola Laura, ¿Cómo estás? —le di una sonrisa mostrándole que yo me sentía bien estando con ella.

—Hola, estoy bien, gracias... ¿Tú cómo estás?

Me sentí bien ya que el ambiente con ella cambió, se veía más cómoda conmigo, con ella me di cuenta de que un saludo o una pequeña sonrisa te puede hacer quedar bien... O algo así es lo que dicen.

—¿Dónde quedó Diana? —le pregunté a Laura después de darme cuenta de que no había regresado.

—Está hablando con mi hermano en la puerta. —contestó Laura tan pronto terminé.

—¿Con tu hermano? «pensé que lo odiaba, ¿No que era un tonto?».

—Oh, es verdad, quizá no conoces a mi hermanito, se llama Fabián, él trabaja con Diana y terminaron siendo amigos, yo lo supe después de conocerla a ella y no fue hace mucho.

—Ya veo.

Me había quedado sin nada para decir, después de todo ella tenía quince años y nos acabábamos de conocer, la suerte es que, a diferencia de mí, Laura era una persona que habla mucho.

—¿Te cuento un secreto? —Me cuestionó ella al ver que dejé de hablar.

—Claro, dime.

—Yo siento que mi hermanito y Diana terminarán siendo novios, creo que los lectores y lectoras quieren que terminen juntos —sonrió emocionada.

—¿Lectores y lectoras? Olvídalo... ¿Por qué dices que serán pareja?

—Pues verás, ambos siempre que están juntos se miran y empiezan a reírse, se escriben todo el tiempo e imagino que en el trabajo se la pasan juntos siempre que pueden, además le pregunté a los dos si se gustaban, obvio que por separado, y ninguno me quiso responder.

—¿No crees que está mal pensar eso sin que ellos hayan dicho algo del tema? Y más con tu edad.

—No está mal si son tan obvios, y aquí no se trata de la edad, no estoy tan pequeña, ¿Sabes? Tampoco es que esté muy grande, pero tú me entiendes.

—Ah, tiene sentido, aunque aún creo que...

—Silencio, ahí viene de la que hablábamos —me interrumpió.

—Chicas, me acaba de llamar mi primo y pronto va a llegar —se asomó Diana por el pequeño pasillo que había antes de entrar en la sala—, además estuve hablando con Fabián y me dijo que va a ir al parque con nosotros, ¿No es genial?

—Sí —decimos ambas al mismo tiempo.

—Bueno... ¿De qué hablaron?

—¡Nada! —decimos en coro de nuevo.

—No les creo, pero voy a suponer que es verdad.

Nos sentamos a comer y hablamos un poco de cosas que no tienen mucha relevancia en este momento, pero las risas estuvieron presentes y las carcajadas escandalosas de Didi no faltaron.

No mencioné que uno de los panqueques se quemó, pero lo repartimos entre las tres para ser más justas.

El tiempo se había pasado algo rápido, ya eran las 9:35 de la mañana cuando Alexis llegó a la puerta y abrió, porque él tenía las llaves de esa casa, cosa que no me parece extraña, viniendo de ellos creo que es lo más normal.

Cuando lo vi no supe actuar normal, llevaba como tres o cuatro días sin verlo, pero estaba feliz de verlo de nuevo.

Él, como hace siempre, le dio un abrazo y saludó a su prima como si fuera su primer encuentro en años, saludó a Laura con un beso en la mejilla, cuando me iba a saludar a mí me sonrió.

—Tiempo sin verte querida Adri.

—Tiempo sin verte Joel —me causó gracia decirle así.

—Se siente raro que me digas así, mejor dime Axel, ese fue el nombre con el que me has bautizado.

—Oh, es verdad, lo tendré en cuenta para la próxima... Joel.

—Ay, vamos Adriana.

—«Que extraño es que me diga así, me siento regañada» Está bien, te diré Axel.

—Por cierto, dime la razón de que haya llegado tan temprano, prima.

—Si no sabes tú, menos yo, según recuerdo no te dije que llegaras a esta hora —se burló Diana.

—Que mala eres, me escribiste que viniera antes de almorzar.

—Está bien, lo diré, quería que primero fuéramos los cuatro juntos al parque, antes de reunirnos con los demás.

Nos quedamos sin nada que decir, no era raro que ella fuera tan especial, pero parece que aún no nos acostumbrábamos a ese trato; Alexis fue el que habló de primero.

—Que ideas tan tontas se te ocurren.

Fue bastante rápido la forma en la que la cara de ella cambió.

—No olvides que somos familia.

—¿Y eso a qué viene?

—Quizá la estupidez sea una herencia, primo.

Luego de esa pelea entre los dos, salimos, afuera almorzamos y como dos horas después nos encontramos con varias personas, era con los que nos íbamos a reunir.

Yo no conocía a ninguna de esas personas, empecé a sentirme algo mal por eso, no quería dar una primera mala impresión.

Yo iba al lado de Alexis y noté que una de las chicas me miraba de una forma que empezó a preocuparme y más con lo que me dijo a penas llegamos.

—¿¡Qué haces al lado de mi novio!? —dice una chica en voz alta.  

Notita: Hola, ¿Qué tal?

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Notita: Hola, ¿Qué tal?

Me agrada mucho Laura y es lo único que tengo por decir.

Espero que hayan disfrutado el capítulo de hoy. 💕💕💕

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