Mi rutina había vuelto a la normalidad luego de unas semanas, aquella rutina se resumía en holgazanear en casa de Diana, aunque no pensé que ella se cansaría de eso, ya que me obligó a limpiar todo junto a ella, con la excusa de: "Si vas a estar en mi casa todo el tiempo, limpia un poco al menos, no seas como Joel". Era un motivo bastante válido.
Hubo un día en el que Alexis llegó mientras hacíamos aseo, pero a penas me vio con la escoba en la mano, se devolvió, porque cada vez que alguien llegaba Diana le obsequiaba un implemento de limpieza.
Esa noche, antes de quedarme dormida, pensé demasiadas cosas y me di cuenta de algo, estaba aburrida de solo ir a casa de Diana, pero solo me quedaban dos cosas, visitar a mis padres o a Alexis.
Lo pensé bastante bien y se me ocurrió una idea muy genial, mataría dos pájaros de un tiro si ponía el "plan" en marcha.
Esa locura que se me ocurrió mientras pensaba en mi vida perfecta, consistía en ir a la casa de mis papás, pero no solo eso, ya que, aunque no lo mostrara, me daba miedo ir sola, así que si iba con amigos sería mucho mejor para mí, muy egoísta de mi parte, pero yo no era la única beneficiada.
Si invitaba a mis dos únicos amigos y a Laura, mis papás estarían felices de que no me la paso siempre sola, cumpliría la promesa que le hice a Diana, además de que ella tendría vacaciones, dejaría mi aburrimiento a un lado y esos eran muchos pájaros.
Dormí tranquila, esa idea que se me había ocurrido logró que mi sueño se hiciera placentero.
Aún era de noche cuando me desperté para alistar mi ropa y cambiarme para poder avisarle a todos del pequeño viaje que tenía pensado hacer. Vuelvo a ser una niña cuando se trata de ir a otros lugares.
Ni siquiera se había confirmado si podría ir con ellos y ya estaba imaginando la cara de todos cuando se vieran, me sentía como una persona diferente cuando se trata de ese tema.
(...)
—Listo Doctora, terminé el primer dibujo.
—Me gusta.
—Él es Julián, ¿Si ve que su cuerpo es bastante grande? Y no lo coloreé, pero su piel es la más oscura de todos nosotros.
—¿Y quiénes son los demás?
—Esta es Clara, su mirada contiene indiferencia y a la vez paz, ella tiene el cabello corto, no le gusta sentir calor y me odia, aunque es raro, es la que mantiene el orden de nuestro sistema.
—¿Y ella? —señaló a un dibujo que se encontraba en la mitad de los demás.
—No, empecemos con la de aquí —señalé la que estaba alejada de los demás—, ella es Adriana, es más alta que yo, pero tenemos el mismo rostro, es como mi gemela, no tiene personalidad, solo obedece deseando poder tener una vida normal, por eso cuando quise dejar de ser yo por un tiempo fue fácil manipularla, creo que le hice recordar falsas memorias para lograrlo.
—¿Y ella? —señaló el mismo dibujo.
—Veo que no miró este niño, es muy silencioso, pero siempre está jugando, al parecer no sabe hablar. Y ella —señalé la ilustración que había hecho sobre mí misma—, pues... ¿Qué puedo decir? Esa soy yo, ya conoce mi físico, no sé por qué, pero me dibujé diferente a Adriana.
—¿Por qué decidiste que lo mejor sería presentar el dibujo de tu imagen en último lugar?
—Los nombré por el orden de valor, Julián es el más importante para mí, aunque no me hable.
(...)
La primera persona a quien le hablé del viaje fue a Laura, pues ella estaba en todos lados y era inevitable encontrarla, me dijo que debía hablar con sus padres, estaba demasiado pequeña para viajar con amigos, y también me avisó que, si la dejaban ir con nosotros, su hermano también tendría que empacar sus maletas.
Diana se encontraba en su casa y, tal y como solía hacer desde hace poco estaba con la limpieza, la invité, imaginé que aceptaría a penas se lo dijera, no esperé que respondiera con un rotundo y grande "No".
¿Pero por qué? Iban a ser vacaciones para ella, ¿Que pasaba por su cabeza? No solo viajaría conmigo, viajaríamos todos.
—No entiendo, ¿Cómo vas a negarte así?
—Ya te lo dije, no iré y punto —respondió Diana sacando su canasta para la ropa sucia y cargándola hacia su patio.
—¡Pensé que te emocionaría! —iba detrás de ella.
—Sí, claro que me emociona —bajó la canasta—, pero eso no significa que vaya a ir, no puedo decirle a mi jefe: "¿Sabe qué? Me voy a ir de vacaciones con una amiga, usted verá si me reemplaza el tiempo que no esté".
Yo seguí insistiendo y le conté que ya tenía todo planeado y que le había dicho a Laura que ella iría.
—No puedo creer que hayas asumido que iría cuando ni siquiera me habías avisado, ¿Sabes lo mucho que me has comprometido? Ahora debo decirle que no podré ir; eres exactamente igual a mi Joel, él también es así, haciéndome quedar mal con los demás.
—Ay, amiga, por favor, solo es ir con mis papás, ¿Y si vamos el fin de semana?
—No pensé que fueras tan insistente —se detuvo un momento, tal vez pensó en lo que había dicho—, y que lo que acabas de proponer me ha convencido.
—¿De verdad vas a ir?
—No hagas que me arrepienta, quizá pierda horas de sueño, así que debes hacer que valga la pena.
—Lo prometo.
Salí de ahí para dirigirme a la casa de Alexis, había llegado la hora de decirle a él, me emocionaba. A mitad de camino tuve que devolverme, no recordaba dónde estaba su casa y debía preguntarle a Diana.
Ahora sí, había llegado la hora de preguntarle, por alguna razón lo sentía como un reto. Encontrarme en la puerta de su casa me hizo recordar la primera vez que estuvimos allí, cuando era Adriana la que se sentía nerviosa de tocar.
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El Espejo Roto ✔️
Aléatoire¿Qué harías si te dijeran que la enfermedad que pensabas tener es algo totalmente distinto? Adriana es una chica que vive su día a día con pérdidas de memoria, lo cual le trajo muchos problemas, o bueno, eso es lo que ella creía tener, hasta que ll...