capítulo XXI

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No podía creer que dijera eso sobre mí y sobre la madre de Axel, él le confió algo tan difícil y aun así ella se atrevía a hablar de esa manera, ¿Por qué decía todo eso? ¿Acaso ella no entendía que es un tema demasiado difícil? Nos acabábamos de conocer y ya me trataba de esa manera, yo no le he hecho nada.

—Está bien que no lo creas, lo entiendo, lo que no puedo entender es que me trates de este modo, es la primera vez que nos vemos, tu conocimiento sobre lo que soy es muy poco para que me critiques y no te he hecho nada para que seas así conmigo.

—Muñeca, no te estoy tratando mal, solo doy mi opinión, es que eres... Eres bonita, no tienes que inventar que tienes una enfermedad que ni siquiera existe, odio a las personas que actúan de esa manera.

Estaba intentando estar calmada, no quería enojarme, el lugar era inadecuado para una pelea y mis únicos amigos se encontraban cerca, lo mejor era estar tranquila.

—Yo no estoy inventando nada, si estuvieras en mi lugar no...

Veo que estaban regresando Diana y Alexis e inmediatamente cierro la boca, ya mi día había sido arruinado, lo que menos quería que sucediera es que también se les dañara a ellos.

—¿De qué hablaron, chicas? —interrumpió Joel—. Disculpen la tardanza, es que tuvimos que esperar en la fila para pagar.

—Solo hablamos del lindo nombre de Diana, le di un consejito y de otras cosas sin mucha importancia —dice Ángela mientras me mira y me sonríe.

—Que genial que se lleven bien, ¿Sabes Ángela? Adriana es mi mejor amiga, no le hagas daño, no quiero verla llorando porque alguien no sabe cómo tratar a los demás.

"¿Mejor amiga?" me gustó que me considerara de ese modo, aunque eso no evitaba que me sintiera horrible por no decir nada sobre lo que había sucedido en realidad.

—Vamos, sabes que no soy ese tipo de persona, solo voy por la vida dando a conocer lo que pienso, solo que hay gente que se ofende muy rápido —toma su bolso—. ¿Nos vamos?

—¡Vámonos! —dice Diana agarrando mi brazo.

Fuimos a la casa de Ángela para poder dejarla ahí, después de todo era la que más cerca quedaba de ese parque, por fin podía dejar de verla, no tendría que soportar esa tensión de saber que estaba con alguien a quien no le caía bien.

Salimos de ahí, yo estaba muy tranquila, ya no tenía a nadie observando cada cosa que hacía, no sentía que debía tener cuidado con lo que decía y no estaba con el miedo de que ya no estuviera Adriana, sino que estuviera Esteban o Clara.

—Muy bien, lo más lógico es que primero dejemos a Adriana en su casa y luego nos vamos juntos a mi casa, hace tiempo que no me haces el aseo allá —sugirió Alexis.

—Que descarado eres, no soy tu criada para ordenar lo que tú mismo desacomodas y ensucias —reclamó Diana dándole un empujón.

—Está bien, pero ten en cuenta esto... No volveré a hacerte de comer, no pienso cocinarte sin nada a cambio —advirtió de manera burlona, sabía que era el indiscutible ganador de esa pequeña discusión.

—Que infantil eres, yo también sé cocinar, puedo hacerlo para mí solita sin ningún problema, tus amenazas no son un problema.

Yo no pude evitar reírme al ver la manera tan rápida de cambiar su rostro, pasó de una cara de triunfo a completa derrota, fue demasiado gracioso verlo, pero mis carcajadas fueron muy escandalosas, tanto como para estar ahí, en medio de la noche riéndonos sin más.

Terminamos haciendo lo que Axel había planteado.

Estando en la puerta de la entrada de mi casa, me despedí de ambos y cuando estaba por cerrar escuché mi nombre, de nuevo, al igual que ese día, Alexis se encontraba frente a mí, con esa mezcla de luces, la débil luz de la luna y de las lámparas que se encontraban en el camino, esa iluminación tan perfecta que resaltaba la belleza que yo veía en él.

—¿Qué sucede? —observé atenta sus ojos.

—Necesito hablar algo contigo... Aunque es un tema algo largo, creo que no podremos hablarlo aquí, ya es tarde.

—Bueno, entonces después hablamos del tema.

—Es que siento que, si no lo hablamos ahora mismo, no lo haremos luego.

—Me gustaría que me lo digas, aunque... —miro que Diana se encontraba a unos quince pasos de nosotros, nos observaba confundida—. ¿Vas a dejar esperando a tu prima?

—Ella no tiene nada por hacer mañana, además, no hay que preocuparse mucho, le dije que esperara y aunque no es muy paciente, sabe que cuando se trata de ti no juego, es probable que me espere.

—Muy bien entonces puedes comenzar... ¡Espera! —le grito sin pensar—. ¿Por qué no entran? Así es más fácil hablar.

—Bueno, pero primero me gustaría decirte, no es muy importante, quizá si lo dejo para mañana lo olvide, ¡está bien! No quiero enredarme mucho, quiero ir al punto, yo...

"Otra vez, ¿Por qué? ¿Por qué en ese instante?"

Esa noche ocurrió lo mismo, eso a lo que le temo la mayor parte del tiempo, ya no me encontraba en el mismo lugar, ese momento que estaba disfrutando lo había perdido; me vi a mí misma tirada en la cama, mirando al techo y derramando mis lágrimas por no poder controlar algo que yo misma había creado.


Notita: Hola ¿Qué tal?

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Notita: Hola ¿Qué tal?

Espero que hayas disfrutado este capítulo, yo lo amé mucho, sobre todo el final, ojalá sea lo mismo para ti.

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