Capítulo XXX

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—Oh, ¿De verdad? —rio bastante—. Es la primera vez que alguien me dice eso... Bueno, la primera vez que lo hacen tan directo —responde Zyan algo incómodo ante aquel arrebato que tuve.

—Sí, es verdad, debería ser normal que te digan esto, imagino que ya has tenido varias novias, ¿No?

La razón de mis preguntas no solo era por curiosidad, era más que todo parte Demi malicia.

—Pues sí, ya he tenido varias, creo.

De repente Alexis explotó, y no me di cuenta de que iba a hacerlo hasta que dio ese gran grito: —¡Ya basta, Adriana!

—¡Que no soy Adriana!

—Chicos, no griten, no empiecen una pelea —pidió Diana preocupada—, tenemos visita.

—¡Tienes razón! —Alexis me seguía mirando—. ¡Ella no haría sentir incómodo a un amigo!

—¿¡Y crees que era mi intención hacerlo sentir así!? Yo solo estaba preguntando, ¿No que querías ser mi amigo? ¿Para ti gritar significa amistad?

—¿De qué estás hablando ahora? ¿Qué más quieres que haga por ustedes? ¿No te basta con lo que he hecho?

—¿Qué has hecho? No has hecho nada, ¿Sabes qué es lo que recuerdo? Recuerdo que dijiste que yo era una mentirosa.

—Y aun así te quise brindar mi amistad, a pesar de que lo que decías no tenía sentido con lo que decía Adri.

—¡Es verdad! ¡Soy muy diferente a Adriana! Pero qué lástima, porque de ahora en adelante me verás más seguido.

—¿Qué?

—¿Y si la persona que amaste nunca existió?

—¿De qué hablas? Eso no siquiera tiene algo que ver con lo que estábamos diciendo.

—¿Si a quién tu corazón anhela es una persona inventada por alguien más? ¿Y si la Adriana que conociste todo este tiempo resulta ser Cleo? Esa chica que conociste, de la cual te hiciste amigo, ¿Si fue inventada por el miedo que sentía su anfitriona? Si su propósito fue esconderme a mí, con el fin de que nadie me hiciera daño porque ella siempre fue un alter ¿Qué harías? ¿Qué le dirías a la verdadera dueña de este cuerpo? ¿Qué me dirías a mí? Porque eso es lo que sucedió, Adriana en algún momento va a dejar de aparecer, lo que ella debía hacer era tener su propia historia a partir de lo que yo sufrí en mi niñez para que nadie más me llegase a lastimarme nuevamente, ¿Te despediste de ella?

Cada palabra hirió a Alexis más y más, su corazón estaba inundado y ese dolor se reflejó en sus ojos con todas las lágrimas que derramó.

Alan no entendía qué pasaba y Diana le pidió que se fuera, lo más probable es que después le haya explicado lo que sucedió.

Sabía que con lo que dije también lastimé a Adriana, después de todo ella estaba presente, pudo escuchar todo, me sentí con profunda tristeza ya que a ella le dolía ver de ese modo al chico que amaba y conocer la forma de la que yo la veía también era duro de escuchar, un medio de escape hacia la realidad.

—Adriana tampoco mintió, su historia puede ser tan real como la mía, porque todo lo que dijo es lo que ella recuerda, de alguna manera esos son sus recuerdos.

Diana también estaba llorando, después de todo ella también nos quería mucho, fue la única amiga que tuvimos que fue tan duradera.

—Alexis, Adriana está enamorada de ti, de verdad te quiere demasiado y sus sentimientos son...

Fui interrumpida por el timbre de mi celular, era mi madre, la noche anterior había agregado su número, esperando a que llamase; cada vez que Adriana la ignoraba yo quería poder hablarle, pero esa vez, por fin, después de tanto, podía decirle lo que sentía, me fui a otro lugar para poder contestar.

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